La pérdida o ausencia de cabello en zonas donde había pelo, también conocido como alopecia, es una afección que afecta tanto hombres como mujeres, principalmente en el cuero cabelludo, pero también en otras zonas del cuerpo, y que puede tener un impacto significativo en la autoestima y la confianza, según el perfil de la persona que lo padece. La Medicina estética, sin embargo, ha avanzado mucho en el desarrollo de diferentes técnicas de injerto capilar y trasplante de cabello que pueden ayudar a tratar la alopecia y restaurar el cabello perdido. En esta entrada al blog de Ribera Estética, la división estética del grupo sanitario Ribera, vamos a intentar resolver algunas de las dudas más frecuentes sobre trasplantes e injertos capilares.
Qué es un trasplante capilar
El trasplante de cabello es una técnica quirúrgica que implica tomar folículos pilosos de una parte del cuero cabelludo del paciente y trasplantarlos a otra área donde se necesita más cabello. Los folículos pilosos se toman de una zona donante que tiene cabello saludable, habitualmente en la parte trasera, cerca de la nuca, y se trasplantan a una zona receptora que tiene cabello escaso o ausente. Es una cirugía menor que se lleva a cabo con anestesia local, para evitar molestias al paciente, que tiene una evolución muy positiva, generalmente visible a partir de los seis meses o un año, y que no deja cicatrices visibles.
Hay varios tipos de injerto capilar y gracias a la evolución de las técnicas, los profesionales especialistas en medicina estética y capilar hacen un diagnóstico preliminar y asesoran a los pacientes para realizar aquel que se adapta mejor a diferentes tipos de cabello y necesidades.
Tipos de injerto capilar y sus técnicas
Los tres tipos principales de injerto capilar son el injerto de unidades foliculares (FUSS) y el injerto de unidades foliculares (FUE).
El injerto de unidades foliculares (FUSS) implica la extracción de una tira de piel del cuero cabelludo de la zona donante, que se divide en pequeñas unidades foliculares individuales que se trasplantan a la zona receptora. Este método puede ser más adecuado para personas que tienen una gran cantidad de cabello en la zona donante y necesitan un trasplante de cabello extenso. Sin embargo, el FUSS puede dejar alguna pequeña cicatriz en la zona donante, que luego queda cubierta por el pelo que vuelve a crecer, y requiere un tiempo de recuperación más prolongado que otras técnicas.
El injerto de unidades foliculares (FUE) implica la extracción de unidades foliculares individuales directamente del cuero cabelludo de la zona donante, utilizando un pequeño instrumento quirúrgico llamado microbisturí. Estas unidades foliculares se trasplantan individualmente a la zona receptora. El FUE es menos invasivo que el FUT y generalmente tiene un tiempo de recuperación más corto. También puede ser más adecuado para personas que tienen cabello fino o liso, ya que se puede seleccionar cuidadosamente las unidades foliculares para imitar el patrón natural del cabello.
Otros tipos de injerto capilar
El injerto de cabello sintético implica la inserción de fibras sintéticas de cabello en el cuero cabelludo del paciente. Este método no requiere extracción de unidades foliculares y no es un procedimiento quirúrgico. Sin embargo, las fibras sintéticas pueden no parecer tan naturales como el cabello real y pueden ser más propensas a la rotura y el daño.
Injerto de cejas, barba y pestañas
Además de los tipos de injerto capilar comentados previamente, también hay técnicas para trasplante de cejas y vello facial. La demanda de este tipo de trasplante no es tan habitual como la del cabello, pero la pérdida de todo o parte de estas zonas de vello facial también suelen tener un efecto psicológico en los pacientes, que buscan una solución definitiva a la pérdida de este vello. La técnica para trasplantar cejas, por ejemplo, es similar al FUE, pero se enfoca en trasplantar unidades foliculares individuales en la zona de la ceja.
El trasplante de vello facial también utiliza la técnica FUE para trasplantar unidades foliculares en la barba, bigote u otras áreas de la cara donde se necesita más vello.
El proceso de trasplante de cabello generalmente comienza con un diagnóstico detallado del paciente para determinar la causa de la alopecia y evaluar si el trasplante es la solución. Sobre todo se recomienda acudir a centros y especialistas que ofrecen garantías de buenos resultados y técnicas seguras, para prevenir complicaciones como las que suceden en ocasiones en centros sin acreditación o profesionales suficientemente formados.
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