Noticia publicada en Diario de Ferrol
La muerte súbita en deportistas es un suceso de alta repercusión social porque afectar a personas jóvenes sin problemas de salud evidentes y con una forma de vida aparentemente sana. “El origen es una arritmia grave que provoca una parada cardiorrespiratoria. Las causas de estas arritmias son múltiples, pero el infarto de miocardio y las miocardiopatías (enfermedades genéticas que afectan a la estructural o el funcionamiento del corazón) son las más habituales”, explica Manuel López, cardiólogo del Hospital Ribera Juan Cardona.
Estas enfermedades no afectan por igual a todos los deportistas, así en menores de 35 años la causa más probable de la muerte súbita es la miocardiopatía mientras que en mayores de 35 años es el infarto de miocardio.
“No todos los casos son evitables, pero muchos sí lo son, con un estudio adecuado. Las guías europeas más recientes recomiendan un estudio en paciente con factores de riesgo cardiovascular o sedentarios que se plantean iniciar la práctica de ejercicio de alta intensidad (ciclismo, tenis…). Este tipo de deportistas debe realizarse un estudio cardiológico básico y completarlo según las necesidades de cada individuo”, apunta el especialista.
El Hospital Ribera Juan Cardona cuenta con un variado catálogo de chequeos médicos, desde los más básicos hasta los más premium y especializados, como el chequeo cardiológico que incluye una consulta, análisis clínico, ecocardiografía, ergometría, electrocardiograma de reposo y, en función de las necesidades el especialista puede añadir un ecodoppler carotídeo, un TAC cardiaco y un Angiotac o angiorresonancia.
“Cuando se trata de deportistas jóvenes la evidencia es menor, pero una historia clínica y un electrocardiograma correctamente interpretado por un experto es una buena aproximación inicial para descartar una parte de las anomalías que pueden producir una muerte súbita en este grupo de deportistas”, indica el doctor López. “Por supuesto, ante cualquier síntoma percibido directamente durante la práctica de ejercicio, como disnea intensa, dolor torácico, mareos o pérdidas de conocimiento, la valoración cardiológica es obligatoria”.
La muerte súbita del deportista sigue siendo un suceso no del todo conocido y por tanto con un componente de incertidumbre no desdeñable. Es difícil conocer con exactitud la incidencia de la muerte súbita en deportistas actualmente porque las cifras son variables según regiones y edad de los afectados. Además, no existen datos comparativos con períodos más antiguos, por tanto, no hay evidencia para afirmar que hoy en día sean más frecuentes. La gran repercusión de este tipo de noticias en los medios de comunicación puede tener que ver con la impresión de que ahora se producen más casos de lo normal, pero las estadísticas no están claras.