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Por qué los niños enferman más en invierno II: enfermedades comunes

Publicado por Hospital Juan Cardona el 29 de noviembre de 2017 13:00:00 CET

En invierno los niños se resfrían más porque el estilo de vida adoptado es diferente, que es una de las causas de por qué los niños enferman más en invierno, como vimos en este artículo.

En el verano pasamos más tiempo en la calle, las ventanas están abiertas y el aire en el cual nos desenvolvemos está siempre renovado. Por el contrario, cuando hace frío nos encerramos, la ventilación es menor, solemos pasar por cambios de temperatura bruscos a lo largo del día y es justo cuando los niños enferman.

Gripe o influenza

La gripe en los niños es una infección vírica provocada por el virus de la influenza que afecta principalmente a las vías respiratorias y se contagia fácilmente, siendo los niños pequeños principales transmisores del virus.

Es una de las enfermedades más frecuentes y pueden padecerla varias veces durante el año. Los síntomas son fiebre alta (más de 38,5 grados), dolor de cabeza, tos y mocos (al principio tos seca y congestión que luego evoluciona en tos productiva), en algunos casos pitidos al respirar (sibilancias), malestar general, dolor muscular y a veces también dolor abdominal acompañado o no de vómitos. Es frecuente en los niños que haya pérdida de apetito e irritabilidad.

Requiere de muchos cuidados ya que puede complicarse y convertirse en una enfermedad más grave como la neumonía. Se la suele confundir con el resfriado o catarro, pero a diferencia de la gripe, éstos no presenta fiebre o es muy baja.

Faringitis

La faringitis es la inflamación de la faringe ocasionada por la infección de un virus o una bacterias. Puede iniciarse después de un proceso infeccioso como la gripe, resfriado o amigdalitis en cuyo caso recibe el nombre de faringoamigdalitis.

Durante la época invernal son más frecuentes las faringitis de origen viral, mientras que las de tipo bacteriana suelen incrementarse en el cambio de estaciones, sobre todo en la primavera.

Las más frecuentes son las faringitis producidas por la bacteria del estreptococo, que producen una rápida irritación de garganta y dolor muy agudo acompañado de fiebre.

Amigdalitis

La amigdalitis es la inflamación de las amígdalas producida por un virus o una bacteria. La infección también puede estar presente en la garganta y áreas circundantes, causando inflamación de la faringe (faringitis).

Se puede observar enrojecimiento y aumento de las amígdalas, en ocasiones acompañado de manchas blancas y dolor en los ganglios submaxilares. Hay dificultad para comer, fiebre, ardor o dolor de cabeza, de garganta, y en ocasiones pérdida de la voz.

Como en el caso de la faringitis, la bacteria más frecuente causante de la amigdalitis es el estreptococo, aunque también las hay virales.

Bronquitis

La bronquitis es ocasionada por la infección de virus o bacterias que provocan la inflamación aguda de los bronquios, que son los conductos que conectan a la tráquea con los pulmones. Al inflamarse los bronquios la respiración se dificulta y las membranas que cubren las vías respiratorias producen grandes cantidades de moco espeso que provocan accesos de tos, dolor de pecho y congestionamiento.

La bronquitis se puede desarrollar a causa de una gripe mal cuidada, por eso, para evitar complicaciones es muy importante que el niño sea atendido adecuadamente en caso de presentar un cuadro gripal.

Es una enfermedad contagiosa que se transmite por medio de las gotitas de saliva que una persona expulsa al hablar, toser o estornudar, por lo que evitar estar en contacto con otras personas y cubrirse la boca y nariz al toser o estornudar es fundamental para prevenir el contagio

Neumonía o pulmonía

La neumonía es una enfermedad especialmente peligrosa en los lactantes y se caracteriza por la inflamación de un segmento de los pulmones, generalmente de origen infeccioso. La mayoría de los casos son producidos por la infección de un virus, aunque en niños menores de 6 meses y niños mayores puede ser una bacteria, una de las más frecuentes, el neumococo.

A veces se origina después de una gripe o resfriado. Entre los síntomas más frecuentes de neumonía típica encontramos fiebre alta, escalofríos, tos con mucosidad y dolor al respirar.

En la variante de neumonía atípica hay síntomas menos específicos como dolor de cabeza y malestar, cansancio, dolor muscular, tos seca y persistente o con expectoración. También puede presentar fiebre sin escalofríos y dolor en el tórax que aumenta al toser.

La principal complicación de la neumonía es la dificultad respiratoria, por lo que siempre, ante el menor síntoma, hay que consultar al pediatra.

Otitis

La otitis es la inflamación de los oídos y se manifiesta con dolores muy fuertes e inaguantables que pueden ser constantes o intermitentes, sordos, agudos y/o punzantes.

Se clasifica en otitis externa cuando involucra al oído externo y conducto auditivo y otitis media cuando involucra el oído medio, localizado justo detrás del tímpano. Se considera otitis crónica en caso que dure más de tres meses.

Son muchas las causas que pueden producir otitis, entre ellas las infecciosas como la otitis bacteriana o causada por hongos, aunque también las hay víricas.

Es habitual que antes de un cuadro de otitis, especialmente otitis media, haya un antecedente de catarro o faringitis.

Bronquiolitis

Por último, la enfermedad estrella del invierno, la bronquiolitis. Es una enfermedad provocada por la infección de los bronquiolos causada por el virus respiratorio sincitial (VRS o SRV) que afecta a menores de 2 años, en especial a los menores de 6 meses.

Es una enfermedad muy contagiosa que afecta a los bronquiolos, las últimas ramificaciones de los bronquios, los cuales miden apenas 2 mm de diámetro, al infectarse, se inflaman y obstruyen impidiendo el paso del aire.

Comienza como un catarro de vías altas, con o sin fiebre pero a los pocos días se nota un empeoramiento a nivel respiratorio. Hay tos, dificultad al respirar, pitos y sibilancias, aumento de la frecuencia respiratoria, y si hay fiebre es un moderada.

Ante el menor síntoma hay que acudir al pediatra para que confirme el diagnóstico. En casos leves se puede controlar en casa, mientras que los más graves requieren hospitalización.

Si alguno de tus hijos presentan algunos de los síntomas de estas enfermedades, consulta con el pediatra o acércate al servicio de urgencias. Además, puedes consultar aquí 12 consejos para prevenir las molestas enfermedades de los niños en invierno. 

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