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Luz Marina Márquez, ginecóloga: “En las revisiones ginecológicas se diagnostican precozmente muchos de los cánceres más frecuentes”

Noticia publicada por el Diario de Ferrol

Un diagnóstico temprano de cualquier enfermedad, principalmente las más graves, aumenta exponencialmente las probabilidades de curación. De ahí la importancia de los chequeos médicos periódicos. Es habitual que las mujeres solo acudan a la consulta ginecológica para el seguimiento del embarazo o en los momentos en que detectan síntomas sospechosos. 

La doctora Luz Marina Márquez, ginecóloga del Hospital Ribera Juan Cardona, insiste en la recomendación de realizar una revisión anual para las mujeres de todas las edades. “Las consultas anuales de revisión las consideramos consultas preventivas en las que, aunque una mujer se encuentre bien, podemos detectar algunos problemas de manera muy temprana”, explica. “La estadística nos dice que la revisión anual de ginecología es el lugar donde se realiza un diagnóstico precoz de muchos de los cánceres más frecuentes, como el de mama, cuello uterino, endometrio, ovario, vulva o vagina”. 

“Pero, además, debemos tener en cuenta que la situación de la mujer varía mucho en cada etapa de la vida: no es lo mismo la etapa de debut sexual, que el momento más maduro de la edad reproductiva, ni el periodo previo a la menopausia o el posterior a la retirada de la menstruación”, continúa. “De manera que los especialistas podemos ayudar a la mujer en cada uno de esos momentos, desde recomendar el mejor método anticonceptivo según la edad y las condiciones personales, hasta sugerir tratamientos que mejoren la calidad de vida en el momento de la menopausia, por comentar algunos ejemplos”. 

Las revisiones anuales deberían iniciarse, si no hay anteriormente algún problema o sintomatología sospechosa, al alcanzar la veintena, o cuando se inicie la vida sexual, activa. El punto de partida es realizar la historia clínica de la paciente en la que se toma nota de sus antecedentes de salud, antecedentes familiares, y suele realizarse una exploración física.

Pruebas adicionales

Este examen físico incluye una palpación de la mama y del abdomen, la observación con el espéculo de los genitales internos, la toma de muestras para una citología y una ecografía pélvica para evaluar la situación del útero, las trompas y los ovarios. Con estos datos y pruebas se establece un diagnóstico y se le ofrece a la paciente lo que requiera cada caso, ya sea un tratamiento, una ampliación de pruebas, una derivación a otro especialista o una asesoría sobre aquellas cuestiones que a ella le interesan. “La citología es una prueba en la que se toma una muestra de las células del cuello uterino para, después, analizarlas con un microscopio y diagnosticar las posibles enfermedades del cérvix, ya sean premalignas –lesión escamosa intraepitelial (SIL) o neoplasia cervical intraepitelial (CIN)– o malignas (cáncer)”, explica la especialista del Hospital Ribera Juan Cardona. “Esta prueba no se puede realizar si la paciente se encuentra en plena menstruación, por lo que es recomendable que se calculen esos días a la hora de pedir cita para la revisión anual, y así poder hacer todas las pruebas básicas en una misma sesión, para mayor comodidad de la paciente”. 

Las pacientes del hospital Ribera Juan Cardona tienen la posibilidad de realizarse todas las pruebas recomendadas en una revisión ginecológica en el mismo día, también la mamografía en caso de estar indicada por el especialista. 

“No hay que normalizar un dolor que interfiera con la actividad cotidiana.”

“La mamografía no es una de las pruebas básicas de una revisión, y se realiza en función de la edad de la paciente o si así lo indica la exploración física”, aclara. Las revisiones anuales no se deben detener con la llegada de la menopausia: «Seguimos recomendando las revisiones anuales hasta los 70 años. No se debe cambiar la frecuencia de las revisiones por la ausencia de la menstruación. De hecho, el cáncer femenino más habitual, el de mama, es más frecuente en mujeres de más de 50 años, muchas de las cuales ya han entrado en la menopausia». Las revisiones en estos rangos de edad deben incluir una prueba adicional, la densitometría ósea, para evaluar el estado de los huesos y el riesgo de fracturas. 

Por otra parte, la doctora Márquez indica que toda paciente debe acudir a la consulta de un especialista “ante la presencia de dolor pélvico o abdominal, sangrado genital anormal, ausencia de sangrado genital cuando corresponde, alteraciones en las reglas, sangrado con las relaciones sexuales, lesiones o secreción en los pezones y por autopalpación de un bulto en la mama, el abdomen o los genitales”. Y una última puntualización: «no hay que normalizar un dolor que interfiera con la actividad cotidiana. Cualquier dolor de importancia es motivo para acudir a la consulta del ginecólogo».

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