Ya lo decía Siniestro Total: «Ante todo mucha calma y a capear el temporal». Lo dicen ellos y también nuestros especialistas en Salud Mental del grupo Ribera: la vuelta a las clases y al trabajo hay que tomársela con tranquilidad; no es necesario tomar todas las decisiones de manera inmediata. Y si eres aficionado a la queja continua, despídete de ella porque no te aportará nada bueno, ni a ti, ni a los que te rodean.
No siempre es fácil volver al día a día, a las rutinas, los madrugones y las obligaciones, y septiembre es un mes especialmente duro para muchos por lo que supone de reorganización del nuevo “curso”. Una vuelta progresiva favorece la adaptación y será cuestión de tiempo que volvamos a encontrar el equilibrio ante las demandas del trabajo diario.
Los profesionales en Salud Mental del grupo Ribera recuerdan que muchos de los síntomas que reflejan problemas de readaptación a la rutina y ritmo habitual son normales, si no nos hacen perder la funcionalidad del día a día. Pero recomiendan que acudamos a un especialista si cualquiera de ellos nos superan o limitan:
- Problemas de sueño
- Fatiga mental y física
- Falta de concentración y rendimiento
- Irritabilidad
- Ansiedad
- Sensación de desbordamiento
- Pensamientos negativos
- Apatía
- Tristeza
- Falta de motivación
Si eres una persona a la que le cuesta adaptarse a los cambios, tienes tendencia al control, una personalidad fóbica o temerosa o con algún problema en el trabajo que te supone un esfuerzo más grande la vuelta, lee estos consejos y verás cómo te ayudan. Si no, acude a un especialista.
Claves para volver con energía al trabajo o los estudios después del verano
- Evita, en la medida de lo posible, la vuelta brusca. No es buena idea reincorporarte a las pocas de horas de bajar de un avión.
- Haz una lista de prioridades para resolver cuestiones pendientes de mayor a menor urgencia.
- Organiza los días y semanas con cierta flexibilidad.
- No mezcles horarios de vacaciones y de rutina de trabajo.
- Intentar mantener horarios regulares de sueño.
- Ten paciencia. No quieras ponerte al día de todo y estar al 100% nada más llegar, sobre todo si tus funciones no las ha cubierto otra persona y tienes trabajo acumulado.
- Date tiempo para equilibrar las demandas del trabajo diario y organizar la vuelta.
- Asume que te adaptarás a la rutina más pronto que tarde, pero date tiempo.
- Haz alguna actividad de ocio o deportiva que te ayude en la sensación de orden.
- Valora los momentos agradables y divertidos en el trabajo, como el reencuentro con compañeros.
- Pide ayuda en casa o en el trabajo si la necesitas.
- Evita la queja continua. No te aporta nada beneficiosa y puede enturbiar el ambiente de trabajo.
- Aceptar y entender cómo nos sentimos y aprender a tratarnos con amabilidad y cariño.
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