¿Qué hacer en caso de gripe?
En pleno pico gripal, que parece empezar a remitir, queremos analizar los motivos por los que la gripe ha parecido arreciar más fuerte este año que otros anteriores. Lo primero que debemos explicar es que los virus de la gripe tienen pequeñas mutaciones cada año, lo que obliga a cambiar la composición de las vacunas.
Para elaborar las vacunas contra la gripe del año en curso, se tienen encuenta las cepas de virus más activas de año anterior. Lo que ocurre es que en ocasiones acaban circulando cepas no tan parecidas, lo que hace que la vacunación pierda parte de su efectividad. Eso sí, protegerse es siempre eficaz para evitar complicaciones graves o la muerte.
La vacuna distribuida este año en España hay activas cepas de los virus recogidos en la vacuna que no han sido contempladas, como tampoco lo es el virus Yamagata, con 29 virus asociados a su linaje que son los que circulan de forma mayoritaria. Esto provoca que la efectividad de la vacuna se reduzca en un 75%, sin embargo, aunque la campaña de vacunación de este año pudiera parecer un fracaso, la efectividad del 25% que todavía posee la vacuna puede ser vital para las personas que pertenencen a colectivos de riesgo como ancianos con enfermedades crónicas, transplantados o bebés.
Si no ha podido librarse de ella, le ofrecemos unas pautas para pasarla de la mejor manera posible. Recuerde que salvo complicaciones relacionadas con las personas en grupo de riesgo, la gripe es un proceso que remite por sí solo:
- Ventilar la casa o la habitación donde esté el enfermo. Una buena ventilación de la estancia donde más tiempo pase el paciente con gripe es fundamental para mantener correctamente las medidas higiénicas que recomiendan las autoridades sanitarias.
- Taparse la boca al toser o estornudar. Y a ser posible, con cualquier cosa que no sea la mano. El virus de la gripe se contagia por vía aérea, a través de pequeñas gotas que se expulsan al toser o al estornudar, por lo que es preciso taparse para evitar el contagio de más personas. Los expertos señalan que lo mejor es cubrirse la nariz y la boca con un pañuelo de un solo uso y luego tirarlo.
- Beber muchos líquidos. Es imprescindible mantenerse perfectamente hidratado, sobre todo porque el paciente con gripe suele tener fiebre y se deshidrata con más facilidad. Los expertos recomiendan especialmente beber mucha agua, aunque también es saludable ingerir caldos, zumos, etc.
- Fármacos para paliar los síntomas. Si no hay ninguna indicación específica que diga lo contrario, los únicos fármacos que paliarán los síntomas de la gripe —porque no la curarán de repente— son los antitérmicos para mantener a raya la fiebre, como el paracetamol y los antiinflamatorios. Estos últimos y los analgésicos también funcionan contra el incómodo dolor articular que acompaña al paciente durante todo el episodio vírico. Para la tos funcionan desde remedios naturales como la leche con miel hasta fármacos antitusígenos.
- Descansar. Guardar cama es lo apetecible en esos casos y lo recomendable, según los expertos. Hay que estar confortabel y con un nivel de temperatura adecuado.
Queremos recalcar que la gripe es una infección vírica y los antibióticos sólo funcionan con infecciones bacterianas. Si en ocasiones un médico receta antibióticos a un paciente con gripe es para tratar posibles complicaciones detectadas, como la aparición de una bronquitis bacteriana. Luego su suso está reservado para los casos en los que ha aparecido la complicación y no para prevenirla. Acuda a su médico de cabecera ante los síntomas de la gripe, no colapse las urgencias y guarde reposo.
