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Tratamientos biológicos contra el cáncer

Publicado por Hospital Juan Cardona el 25 de julio de 2018 11:31:00 CEST

Los tratamientos biológicos contra el cáncer son los que disponen de un mecanismo de acción con unas características comunes. Así, los tratamientos dirigidos (targeted therapies) se diferencian de la quimioterapia en que están diseñados para bloquear de forma específica aspectos concretos de la biología celular o tumoral en lugar de destruir, de manera más indiscriminada, todas aquellas células que se reproducen rápidamente, que es lo que hace la quimioterapia.

Ventajas:

Puesto que este tipo de tratamiento es mucho más selectivo con las células tumorales tiene menos efectos secundarios que la quimioterapia.

Así, la quimioterapia basa su poder de destruir tumores en que actúa sobre todas aquellas células que se reproducen rápidamente y las del cáncer son, habitualmente, las células que más rápido se reproducen en todo el organismo. Sin embargo, existen otros tejidos en el cuerpo humano cuyas células se reproducen rápidamente como, por ejemplo, la médula ósea o el epitelio intestinal. Este es el origen de gran parte de los efectos secundarios de la quimioterapia como la bajada de defensas, la caída del cabello o las diarreas y llagas en la boca.

Frente al efecto “indiscriminado” de la quimioterapia, los tratamientos dirigidos actúan más selectivamente sobre células tumorales con una característica determinada y esto les confiere un perfil de efectos secundarios en general mucho más tolerable.

Inconvenientes:

A pesar de que lo dicho más arriba los convierte en poco menos que el tratamiento “perfecto” contra el cáncer, el desarrollo y eficacia de los tratamientos dirigidos se enfrenta a dos problemas básicos:

  • El primer problema es que aunque sabemos mucho de biología celular y tumoral, conocemos pocos procesos o moléculas que sean exclusivas o muy características de las células tumorales, lo que dificulta enormemente la aparición de nuevos fármacos selectivos. Conviene recordar que las células tumorales son células de nuestro propio organismo que pierden el control natural y se reproducen rápida y desordenadamente. Con ello, la mayor parte de los procesos propios de su biología son comunes al resto de células del organismo y poco adecuados como dianas de los nuevos tratamientos.
  • El segundo gran reto al que se enfrentan los nuevos tratamientos es que las células tumorales disponen de múltiples aspectos de sus procesos biológicos que les confieren “ventajas” respecto a las células normales. Así, aunque bloqueemos un mecanismo de crecimiento de las células tumorales es, en general, cuestión de tiempo que la célula encuentre una vía alternativa para crecer independientemente de ese mecanismo que nosotros hemos inutilizado con un tratamiento dirigido. De este modo, los tratamientos biológicos o dirigidos más eficaces son aquellos que actúan sobre aquellos tipos de tumores que dependen muy fuertemente de un proceso concreto y que, bloqueado éste, tienen poca capacidad para encontrar alternativas para crecer.

Precauciones:

Estos tratamientos, sobre todo los inhibidores de la tirosina quinasa y los tratamientos hormonales, interaccionan frecuentemente con otros fármacos ( p. ej. antibióticos, fármacos para la epilepsia, para las arritmias…) y/o con productos de herboristería ( p. ej. hierba de San Juan) o incluso alimentos que podemos consumir de manera habitual (p. ej. zumo de pomelo). Aunque desde el Servicio de Oncología Médica y el Servicio de Farmacia se revisa la medicación habitual y se realizan recomendaciones a este respecto sobre lo que ya es conocido, es importante transmitir si se está tomando algún tipo de medicamento o preparado natural (aunque no nos parezca que es un fármaco), para que se pueda valorar si hay que suspenderlo porque pueda alterar el funcionamiento del tratamiento o potenciar sus efectos secundarios.

 Cada médico determinará qué paciente es candidato a este tipo de terapia, pues aunque existe un tratamiento biológico para muchos tipos de cáncer, no todos los organismos son aptos para recibir este tipo de medicación con éxito. Su oncólogo está debidamente cualificado e informado para tomar este tipo de decisiones.

 

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