Manuel López, cardiólogo en el Hospital Ribera Juan Cardona: “Las patologías del sistema cardiovascular son la principal causa de muerte en nuestro país en ambos sexos”

La cardiología desempeña un papel fundamental en la prevención y tratamiento de condiciones como hipertensión, insuficiencia cardíaca, arritmias y otros trastornos cardiovasculares. Los avances en esta especialidad han propiciado mejoras sustanciales en las técnicas de diagnóstico y tratamiento, contribuyendo así a incrementar la esperanza y calidad de vida de muchas personas.


El Hospital Ribera Juan Cardona, situado en la calle Pardo Bazán, ha incorporado en este año 2024 la especialidad de Cardiología a sus consultas externas, bajo la dirección del doctor Manuel López, graduado por la Universidad de Navarra, y la doctora Elena Sucasas. 

El cardiólogo Manuel López destaca la importancia de que “los pacientes con antecedentes familiares de cardiopatías o que presentan factores de riesgo” acudan a consulta para prevenir posibles complicaciones.

¿Qué sintomatología nos debe llevar a hacer una consulta de cardiología? 

Ante la presencia de síntomas que nos puedan hacer sospechar de la existencia de una enfermedad cardiaca los pacientes deben consultar a un cardiólogo. Estos síntomas son el dolor torácico, la disnea o sensación de dificultad para respirar, la presencia de edema en miembros inferiores, las palpitaciones o la percepción de alteraciones en el ritmo cardiaco, así como los mareos o las pérdidas de conciencia, entre otros.

¿Hay diferencias de género en cuestión de corazón? ¿Las mujeres y los hombres presentan diferentes patologías? 

De forma general, hasta los 50 años, los hombres presentan una mayor incidencia de afecciones cardiovasculares que las mujeres. Se cree que es debido, en parte, a la protección que las hormonas femeninas ejercen sobre el riesgo de eventos cardiovasculares. De hecho, la probabilidad de padecer enfermedades del corazón se incrementa de forma significativa en la mujer posmenopáusica, cuando desaparece el efecto protector de los estrógenos. 

Pero parece que esas diferencias entre hombres y mujeres van más allá de la realidad genética, y es que los factores de riesgo y los hábitos de vida juegan un papel fundamental en la enfermedad cardiovascular. Clásicamente el tabaco era consumido en mayor medida por varones, pero esta tendencia se está invirtiendo, sobre todo, entre la población de menor edad. Por otro lado, las mujeres presentan una mayor prevalencia de obesidad y diabetes después de la menopausia. Por lo tanto, quizá la percepción general es asociar la enfermedad cardiovascular al varón, pero la realidad es que las patologías del sistema cardiovascular son la principal causa de muerte en nuestro país en ambos sexos.

La buena noticia es que el papel de la prevención es independiente del género a la hora de proteger frente a eventos cardiovasculares: evitar el tabaco, dieta equilibrada y ejercicio físico regular son los pilares del tratamiento de toda enfermedad cardiaca.

Los síntomas de infarto son conocidos, dolor en el pecho que irradia al brazo izquierdo. ¿Es común a todos los pacientes o hay diferencias en cuestiones de género?

La forma más habitual de presentación de un infarto agudo de miocardio es con un dolor opresivo intenso centrotorácico, irradiado al brazo izquierdo o mandíbula acompañado de sudoración intensa y sensación nauseosa. 

En ocasiones estos síntomas son más atípicos y hacen más difícil el diagnóstico y la detección de los mismos por parte del paciente. Estos síntomas atípicos son más frecuentes en las mujeres y en las personas de mayor edad y pueden incluir falta de aire, vómitos, mareo o sensación de indigestión. Ante la presencia de síntomas que sugieran un infarto se recomienda que los pacientes contacten con las urgencias sanitarias.

¿Cada cuánto es recomendable una revisión con el cardiólogo? 

La presencia de síntomas de la esfera cardiológica es el motivo principal que lleva a un paciente a las consultas de cardiología. Es cierto que en pacientes asintomáticos un estudio cardiológico puede detectar enfermedades silentes (afectaciones de las válvulas de corazón o enfermedades genéticas, por ejemplo) que pueden requerir un manejo especial. 

No hay directrices científicas que planteen cuándo es recomendable una valoración cardiológica en población asintomática, en parte debido a que cada paciente es único. Resulta difícil por tanto realizar unas recomendaciones generales, pero de forma básica, aquellos pacientes con antecedentes familiares de cardiopatías o que presentan factores de riesgo cardiovascular pueden requerir un estudio cardiológico para descartar o confirmar afectación cardiaca y plantear un seguimiento estructurado. 

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