Publicado por Hospital Juan Cardona el 16 de enero de 2019 13:21:00 CET
La Reumatología se ocupa de las enfermedades no quirúrgicas que afectan al sistema músculo-esquelético, así como de una forma de enfermar en la que dicho sistema está implicado, las enfermedades autoinmunes y las enfermedades autoinflamatorias, tal y como veíamos en un artículo anterior. Los pacientes generalmente consultan por dolor, artritis, cojera, fiebre y lesiones cutáneas. Se trata de síntomas inespecíficos que, aislados o asociados, se observan en procesos banales y en patologías graves de etiología múltiple. Hoy vamos a ver qué tipos de pruebas diagnósticas suelen pedir los especialistas.
Es habitual que, tras la exposición que usted haga de su problema, el reumatólogo le pregunte por las características de las molestias que le han hecho acudir a consulta. Por ejemplo: ¿Dónde y desde cuando le duele? ¿Cómo es su dolor: agudo, difuso, intenso,..? ¿Se le hinchan las articulaciones? ¿Le han salido manchas en la piel? ¿Algún miembro de su familia padece de un problema similar?
Posteriormente, el reumatólogo le hará un examen físico en el que buscará signos que delaten su enfermedad reumática, tales como tumefacción, calor o enrojecimiento de las articulaciones, deformidades en las mismas o crujidos y dificultades al movimiento. Las enfermedades reumáticas se acompañan en muchas ocasiones de afectación de otros órganos fuera de las articulaciones, por lo que habitualmente auscultará su corazón y sus pulmones, palpará su abdomen y buscará la presencia de lesiones cutáneas, oculares o en las mucosas orales y genitales.
En ocasiones, todo este proceso será suficiente y el reumatólogo podrá establecer un diagnóstico firme y un tratamiento, pero otras muchas veces no será así y tendrá que solicitar pruebas complementarias que le ayuden a diagnosticar de forma exacta su padecimiento reumático. Estas pruebas suelen ser análisis de sangre y orina y estudios de imagen como radiografía, escáner o resonancia. Mientras se efectúan estas pruebas, el reumatólogo le puede proporcionar algún tratamiento que le alivie de sus molestias.
Análisis de sangre
En primer lugar, se comprueba si hay un fenómeno inflamatorio con el análisis de la velocidad de sedimentación (VS), de la proteína C reactiva y si están altas las plaquetas (trombocitos). También se mirará si hay un factor reumático. Asimismo puede el reumatólogo pedir un análisis del calcio y del fósforo, y de los niveles de anticuerpos con el fin de identificar enfermedades autoinmunes. Para todo este conjunto de análisis basta con extraer sangre en una toma normal.
El análisis que el reumatólogo suele pedir está compuesto de:
– Hematocrito y hemoglobina: Miden el número de glóbulos rojos. Cuando disminuyen se habla de que existe anemia. Esto puede ser debido a falta de hierro, pero también por la inflamación mantenida.
– Recuento de leucocitos: Los leucocitos o glóbulos blancos ayudan a combatir la infección. En general el número de leucocitos aumentan en las infecciones y algunas enfermedades inflamatorias. Algunos fármacos y enfermedades como el lupus pueden disminuir el número de glóbulos blancos. Es un análisis que se usa frecuentemente y que suele repetirse para evaluar los efectos secundarios de un fármaco o la posibilidad de una infección.
– Recuento plaquetario: Las plaquetas ayudan en la coagulación de la sangre. Si el número de plaquetas es demasiado bajo, bien por la propia enfermedad o como reacción a un fármaco, existe la posibilidad de que se produzca un problema hemorrágico.
– Velocidad de sedimentación (v.s.g.): Es una prueba que mide la cantidad de inflamación presente. Pero es muy inespecífica, es decir puede estar alta en muchas circunstancias diferentes tales como infecciones o tumores. Incluso un 5-8 % de los individuos sanos tiene una v.s.g. elevada. Ayuda a diferenciar entre los procesos inflamatorios y los que no lo son, y puede ayudar a determinar si la inflamación está empeorando o desapareciendo.
– Proteína-C reactiva (PCR): También mide la cantidad de inflamación presente. Los niveles de PCR responden más rápidamente a los cambios de la cantidad de inflamación que la velocidad de sedimentación. Mientras que sólo se necesita una hora y muy poco equipo para realizar el análisis de la v.s.g, el medir la PCR lleva un día y exige más equipo.
Pruebas inmunológicas
El sistema inmunológico es la defensa natural del cuerpo contra las infecciones. Por medio de una serie de procesos el cuerpo combate y destruye los organismos infecciosos invasores antes de que causen daño.
Pero en alguna enfermedades el sistema inmunológico se confunde, y no distingue las propias células de los agentes extraños (antígenos). Entonces produce sustancias para defenderse (anticuerpos) que por error van dirigidas contra las propias células y tejidos (por eso se llaman autoanticuerpos).
Esta respuesta errónea del sistema inmunológico produce las llamadas enfermedades autoinmunes, entre las que se incluyen varias formas de artritis.
– FACTOR REUMATOIDE: es un autoanticuerpo que está presente en la sangre del 70-80% de las personas que tienen Artritis Reumatoide, pero también hay pacientes con esta enfermedad que no lo presentan. Su presencia debe valorarse siempre en relación a la clínica de cada paciente.
– ANTICUERPOS ANTINUCLEARES (ANA): son autoanticuerpos dirigidos contra una parte del núcleo de las propias células del organismo, de ahí su nombre, que están circulando en la sangre y que se pueden detectar mientras se haga un análisis específico. Los ANA son positivos en la mayoría de los pacientes con lupus (Lupus Eritematoso Sistémico) pero también pueden presentarse en otras enfermedades autoinmunes, en infecciones crónicas, en algunas enfermedades del hígado o del intestino, tras algunos medicamentos y en personas sanas. Por tanto, tener una prueba de ANA positiva no significa tener lupus.
– ANTICUERPOS ANTICITOPLASMA DEL NUETRÓFILO (ANCA): generalmente aparecen en las enfermedades llamadas vasculitis, en las cuales se inflaman los vasos sanguíneos de diferentes órganos. Es una prueba muy específica que sólo se solicita cuando se sospecha alguna de estas enfermedades, que son poco frecuentes.
– ANTICUERPOS ANTIFOSFOLÍPIDOS: un grupo de autoanticuerpos que originan que la sangre tenga más facilidad para formar coágulos o trombos en los vasos, así como para favorecer los abortos de repetición. Según los síntomas con los que se presenten, se puede requerir tratamientos que faciliten que la sangre esté “más líquida” .
– SISTEMA DEL COMPLEMENTO: es un grupo de proteínas normales de la sangre que junto con los anticuerpos destruyen las bacterias. Actúan como un ”amplificador” de la respuesta inmunológica. Habitualmente se detecta en el laboratorio los llamados C3 y C4, que suelen estar disminuidas en enfermedades donde se está produciendo mucha inflamación porque se están consumiendo o “gastando”. Eso ocurre en el lupus y en las llamadas enfermedades por inmunocomplejos.
– SISTEMA HLA: es un conjunto de proteínas que están en la membrana de las células y que actúan a modo de señal. Son como “una marca o señal” específica de las células, que ayudan en los procesos de defensa del organismo.
– ASLO: existe la falsa creencia de que cuando hay algún tipo de dolor articular es necesario pedir el ASLO para ver si se tiene una enfermedad reumática. El ASLO no es más que un anticuerpo, es decir las defensas que produce nuestro organismo frente a la infección por un germen concreto, el estreptococo, que suele producir infecciones de garganta. Es prácticamente excepcional en nuestro medio que se produzca una artritis tras una infección por estreptococo.
– ESTUDIO DEL LIQUIDO SINOVIAL: dentro de las articulaciones normales existe una mínima cantidad de líquido, llamado líquido sinovial que permite la lubricación de los huesos para facilitar su movimiento. Cuando la articulación se inflama, es decir, cuando hay artritis, este líquido aumenta en cantidad y cambia sus características (color, densidad,…). Se puede extraer y estudiar el líquido sinovial mediante una aguja fina que se inserta en la articulación. Esta técnica se llama artrocentesis. El examen del líquido de la articulación puede ayudar a realizar el diagnóstico de la enfermedad, como en el caso de la gota, o a diferenciar las artritis inflamatorias de las que no lo son.
Radiografías y Ecografías
Habitualmente el reumatólgo suele solicitar una radiografía de la parte del cuerpo que causa el dolor. En principio, una radiografía normal, aunque también podría pedir una ecografía, sobre todo para los problemas de tendinitis en el hombro o en el tendón de Aquiles.
La buena definición de los huesos permite ver lesiones en los mismos y la presencia de determinadas lesiones elementales permite el diagnóstico de muchas enfermedades con una gran precisión. Además, la comparación de las radiografías realizadas en distintos momentos facilita la toma de decisiones sobre las estrategias diagnosticas o terapéuticas.
La ecografía aporta una valiosa información anatómica y funcional del aparato locomotor y de sus procesos patológicos, lo que complementa la evaluación clínica clásica de las enfermedades reumatológicas, aportando una información muy valiosa sobre las articulaciones, tendones, ligamentos y músculos, además de poderse realizar en tiempo real en la misma consulta, permitiendo una correlación inmediata entre los datos clínicos y la imagen del paciente. Finalmente, una aplicación muy importante es la posibilidad que ofrece de guiar las punciones diagnósticas y/o terapéuticas del aparato locomotor.
TAC
Después, para las patologías vertebrales, el especialista puede pedir un escáner lumbar o cervical, que, entre otras cosas, sirve para confirmar una hernia discal.
Es una técnica excelente para la evaluación de las estructuras óseas y las calcificaciones. Así, la TAC es la técnica de imagen indicada para estudiar hueso y sus alteraciones (osteomielitis, tumores, osteonecrosis). Asimismo, la TAC ocupa un papel destacado en el estudio de articulaciones complejas o menos accesibles como sacroilíacas, cuya afectación es específica de las espondiloartritis, esternoclavicular y subastragalina.
La TAC también tiene un importante papel en el diagnostico de las manifestaciones sistémicas de las enfermedades reumáticas, como por ejemplo la fibrosis pulmonar.
Resonancia Magnética
Finalmente, por ejemplo en caso de dolor en la rodilla, la IRM (Imagen por Resonancia Magnética) permite ver el estado de los meniscos.
La RMN muestra directa y simultaneamente los componentes óseos y las partes blandas, como los músculos, tendones, ligamentos, cartílagos, bolsas sinoviales, articulaciones, médula espinal, médula ósea, discos intervertebrales o meniscos.
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GammagrafÍa Ósea
La gammagrafía, a diferencia de las anteriores tecnicas, no muestra estructuras definidas sino que expresa información fisiológica y metabólica de los tejidos, mediante el empleo de radiofármacos y su transformación en imágenes. Es una técnica que estudia lasenfermedades que no producen alteraciones de forma o tamaño y no se detectan con otras técnicas de imagen.
En reumatología la gammagrafía se utiliza para saber si existe o no afectación articular cuál es la extensión de esa afectación, también en el estudio de enfermedades metabólicas óseas, para explorar la existencia de metástasis óseas o tumor primario óseo, fracturas imperceptibles a otros métodos de imagen e infecciones óseas.
Es un prueba muy sensible, y por ejemplo su normalidad excluye artitis activa o artitis septica, pero resulta poco específica, informando escasamente sobre el tipo de lesión y precisando de la complementariedad de las otras técnicas de imagen para el diagnóstico definitivo.
Densitometría ósea
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La densitometría ósea es una prueba diagnóstica no invasiva que miden la masa ósea en diferentes partes del esqueleto por medio de técnicas que pueden utilizar o no la radiación ionizantpara: rayos x, ultrasonidos o isótopos radiactivos. Se utiliza para establecer el diagnóstico de osteoporosis, en el seguimiento de los efectos del tratamiento para la osteoporosis y también puede ayudar a evaluar el riesgo que tiene una persona para desarrollar fracturas.