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10 consejos para superar el síndrome postvacacional

Publicado por Hospital Juan Cardona el 30 de agosto de 2017 13:30:00 CEST

El síndrome postvacacional, conocido también como estrés o depresión postvacacional, es un conjunto de síntomas que se manifiestan cuando nos incorporamos a nuestras obligaciones, ya sean laborales, familiares o de estudio, tras un periodo de vacaciones. Esto quiere decir que todos estamos expuestos a sufrirlo en un momento determinado en cualquier edad de nuestra vida.


El síndrome postvacacional no está aceptado como enfermedad ni tampoco se manifiesta en todas las personas, pero son muchas las que sufren los síntomas y no queremos obviarlas. Las más propensas a sufrirlo, tienen entre 45 y 55 años y han vivido un cambio en sus ritmos biológicos (costumbres, horarios, etc.) durante sus vacaciones.


Cerca de un 35% de la población ha sentido alguna vez cansancio, apatía, falta de concentración y somnolencia al incorporarse al trabajo tras las vacaciones -algunos de los principales síntomas del estrés postvacacional-, que suelen remitir a los 10 ó 14 días.

El mejor remedio es la prevención: Trabajar en una actividad que nos guste y disfrutar de unas vacaciones relajantes son las mejores formas de evitar el malestar que provoca la vuelta a la rutina. Pero si su trabajo tiende a estresarle y las vacaciones han sido demasiado movidas, a continuación le ofrecemos 10 consejos para superar el síndrome postvacacional.

1. Programe su regreso con tiempo. No cometa el error de regresar de sus vacaciones el día anterior a su vuelta al trabajo. Tómese, al menos, un par de días para retomar sus rutinas y ordenar los enseres y recuerdos que ha traído de sus vacaciones.

2. Aborde sus actividades laborales progresivamente. Dedique un tiempo a analizar qué tareas tiene que hacer, priorice las más importantes y urgentes y comience por las más sencillas y placenteras.

3. Respete las horas de sueño. Aunque en sus vacaciones haya podido trasnochar y dormir de más o de menos, es importante que regularice sus ritmos de sueño tras su vuelta al trabajo.
Evite las siestas, al menos los primeros días, y procúrese ocho horas de sueño reparador por la noche.

4. Modere el consumo de alcohol y cafeína. El alcohol es un depresor del sistema nervioso central que puede agravar los síntomas de apatía, depresión y astenia provocados por el síndrome postvacacional. El café y las bebidas con cafeína, por su parte, agudizan los síntomas de estrés.

5. Haga deporte. Además de ayudarnos a liberar endorfinas, unas pequeñas proteínas responsables de hacernos sentir felices, optimistas y relajados, el deporte hace posible que nuestra mente se libere del estrés al concentrarse en la ejecución del ejercicio físico.
Esta desconexión de las preocupaciones es fundamental para poder solucionar los problemas o dificultades de la vida con objetividad y eficacia.

6. Corte con los pensamientos recurrentes. Dar vueltas en la cabeza, una y otra vez, al mismo tema sólo incrementará su ansiedad y su sensación de falta de control. No lo permita.
Salga a la calle a dar un paseo, dedíquese a una actividad que le guste o escuche su canción favorita: lo que sea con tal de cortar esa cascada de pensamientos que no le llevan a ninguna parte.

7. Organice su tiempo y diviértase. Del mismo modo que emplea un tiempo al día a trabajar, asegúrese de dedicar un tiempo también para si mismo y las cosas que le gustan.
Tener un hobby no sólo le ayudará a divertirse; como ya le contamos, las aficiones también ayudan a combatir la ansiedad y el estrés.

8. Ponga límites y aprenda a decir “no”. Cada cosa, a su tiempo. Frene la impaciencia y las peticiones o exigencias de cualquier tipo diciendo que no.
Poner límites le ayuda a asumir el control y hace que las riendas de la situación las lleve usted y no los demás ni las circunstancias. Quizá le cueste negarse a lo que le piden, pero se harás un gran favor a usted mismo –y también a los demás- si deja de decir sí a todo.

9. Fíjese en lo positivo. A lo largo del día también nos pasan cosas buenas. Unas palabras amables, unas risas a la hora del café, una llamada telefónica de alguien que se preocupa por nosotros… Agradecer esos pequeños detalles nos conecta con nuestra parte más humana y nos ayuda a tomar conciencia de todo lo bueno que nos rodea.
No deje de dedicar una sonrisa o un simple “gracias” a esas personas que hacen del mundo un lugar mejor.

10. Tenga paciencia. El síndrome postvacacional es pasajero. Una vez que se haya encarrilado en su rutina, los síntomas desaparecerán. Es cuestión de actitud y de tiempo.

No le de más importancia de la que tiene y, si ve que se alarga más de quince días, consulte con su médico.

 

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