Publicado por Hospital Juan Cardona el 11 de enero de 2017 11:09:00 CET
La hipertensión arterial es una patología crónica que consiste en el aumento de la presión arterial. Una de las características de esta enfermedad es que no presenta unos síntomas claros y que estos no se manifiestan durante mucho tiempo.
La hipertensión es una patología tratable: si no se controla adecuadamente puede desencadenar complicaciones graves, como por ejemplo, un infarto de miocardio, una hemorragia o trombosis cerebral, lo que se puede evitar si se controla adecuadamente.
Causas
Aunque todavía no se conocen las causas específicas que la provocan, sí se ha relacionado con una serie de factores que suelen estar presentes en la mayoría de las personas que la sufren. Vamos a direrenciar dos tipos: (1) No modificables: genética, sexo y edad; y (2) Modificables: hábitos, ambiente y costumbres.
(1) No modificables
- FACTORES GENÉTICOS
La predisposición a desarrollar hipertensión está vinculada a que un familiar de primer grado tenga esta patología. Cuando uno de nuestros padres, o ambos, son hipertensos, las possibilidades de desarrollar hipertensión se duplican. - SEXO
Los hombres tienen más predisposición a desarrollarla que las mujeres hasta que éstas llegan a la edad de la menopausia. A partir de esta etapa la frecuencia en ambos sexos se iguala. Esto se debe a que la naturaleza ha dotado a la mujer con unas hormonas que la protegen mientras está en la edad fértil (los estrógenos) y por ello tienen menos riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares. Sin embargo, las mujeres jóvenes que toman píldoras anticonceptivas tienen más riesgo de desarrollar una patología cardiaca. - EDAD
Tanto la presión arterial sistólica o máxima como la diastólica o mínima aumentan con los años y lógicamente se encuentra un mayor número de hipertensos a medida que aumenta la edad.
(2) Modificables
- SOBREPESO
Los individuos con sobrepeso están más expuestos a tener más alta la presión arterial que un individuo con peso normal.
La frecuencia de la hipertensión entre los obesos, independientemente de la edad, es entre dos y tres veces superior a la de los individuos con un peso normal. También es cierto, que la reducción de peso hace que desaparezcan estas alteraciones. - CAUSAS VASCULARES
Las principales patologías vasculares que influyen son: Enfermedad renal poliquística.Enfermedad renal crónica.Tumores productores de renina.El síndrome de LiddleEstenosis de la arteria renal - ENDOCRINOLÓGICAS
Incluyen desequilibrios hormonales exógenos y endógenos. - ANTICONCEPTIVOS
Aproximadamente el 5 por ciento de las mujeres que toman anticonceptivos orales puede desarrollar hipertensión. - AINE
Los fármacos antiinflamatorios no esteroideos (AINE) pueden tener efectos adversos sobre la tensión arterial. - DROGAS Y TOXINAS:
- Alcohol.
- Cocaína.
- Ciclosporina,
- Tacrolimus.
- Fármacos antiinflamatorios no esteroides.
- Eritropoyetina.
- Medicaciones adrenérgicas.
- Descongestionantes que contienen efedrina.
- Remedios a base de hierbas que contienen regaliz.
- Nicotina.
- OTRAS ENFERMEDADES que pueden causar hipertensión:
- hipertiroidismo e hipotiroidismo,
- hipercalcemia,
- hiperparatiroidismo,
- acromegalia,
- apnea obstructiva del sueño
- y la hipertensión inducida por el embarazo.
Prevención
Tener hábitos de vida saludable y, sobre todo, evitar el sobrepeso y la obesidad son los principales factores para prevenir la aparición de la hipertensión.
Los especialistas señalan que llevar una dieta sana y practicar ejercicio puede ayudar a que la población general esté exenta de sufrir esta patología.
En los casos en los que en la familia haya antecedentes de hipertensión y por tanto haya una predisposición a ser hipertenso a lo largo del tiempo, este factor genético supone una llamada de atención adicional a que el paciente cuide esos hábitos de vida y vigile sus cifras de tensión arterial.
Tratamientos
A la hora de tratar la hipertensión hay dos bloques fundamentales de acciones a realizar:
El paciente debe (1) mejorar los hábitos de vida: llevar una dieta saludable, disminuir el consumo de calorías, de azúcares y grasas y aumentar la práctica de ejercicio físico.
Además, si el paciente es fumador, conviene que abandone ese hábito y si suele consumir alcohol, es aconsejable que lo reduzca considerablemente.
En caso de que los cambios de los hábitos no funcionen, existen (2) tratamientos farmacológicos que son muy útiles para controlar la presión arterial. Inicialmente estos tratamientos comienzan con un solo fármaco. No obstante, en algunos casos esta medida no es suficiente y necesitan combinar con dos o tres medicinas para controlar la presión arterial.
Por supuesto, nunca se debe comenzar a tomar medicación sin haber consultado con el médico. Si tiene dudas sobre su tensión arterial y desconfía de que pueda padecer hipertensión, pida cita para nuestro Servicio de cardiología y cuide de su hipertensión antes de que se convierta en un problema mayor.