Hay muchas razones por las que conciliar el sueño puede resultar cada vez más difícil a medida que envejecemos.
Es importante identificar cualquier problema que tengamos y tomar medidas para solucionarlo. Al final, todo redunda en nuestra calidad de vida y sin un sueño reparador profundo no podremos alcanzar la tan anisada sensación de bienenstar general.
El sueño es vital para la salud por muchas razones: ayuda a eliminar las toxinas del cerebro y permite que nuestro cuerpo descanse y se repare.
Algunas personas encuentran que necesitan menos horas de sueño a medida que envejecen, pero la mayoría todavía tenemos como objetivo dormir durante siete u ocho horas cada noche.
El sueño interrumpido y la sensación de cansancio al despertar cada día no son una parte normal del envejecimiento.
¿Por qué no podemos dormir?
Loscambios fisiológicos pueden producir que resulte más dificil conciliar el sueño a medida que envejecemos.
Nuestras enfermedades pueden interrumpir el sueño debido a las molestias o el dolor que muchas veces acarrean: corazón, artritis, problemas gastrointestinales, neuropatías y problemas pulmonares son sólo algunos ejemplos.
La enfermedad de Alzheimer también contribuye a veces a insomnio, al alterar el ritmo circadiano, por lesiones específicas de la enfermedad.
A medida que envejecemos, disminuye el sueño de onda lenta, que es un sueño más profundo y reparador.
Además, al aumentar la edad, nuestras vías aéreas superiores se vuelven más propensas al colapso y se puede desarrollar apnea obstructiva del sueño. Algunos de los síntomas de la AOS son los ronquidos, pausas en la respiración y dificultad para dormir, además de somnolencia diurna excesiva.
Sugerencias para mejorar nuestra calidad de sueño:
1.- Limitar las siestas diurnas.
2.- No comer en exceso antes de acostarnos.
3.- Apagar las pantallas (televisores, tabletas, smartphones) por lo menos una hora antes de acostarnos.
4.- Dedicar un tiempo a leer, escuchar música relajante o tomar un baño caliente, ayuda a prepararnos para dormir.
5.- Limitar o evitar el alcohol y la cafeína, especialmente en la noche.
6.- Mantener la habitación a una temperatura confortable, con preferencia a fresca.
7.- Limitar los líquidos en la noche, para evitar las visitas al baño en lo posible.
8.- Hacer ejercicio regular por la mañana temprano.
Si a pesar de todo nos despertamos en plena noche y no volvemos a dormir en un período aproximado de 20 minutos, podemos levantarnos a leer o relajarnos durante un rato o hasta que sintamos sueño otra vez.
Aconsejamos evitar las pastillas para dormir salvo que el médico, por las circunstancias del caso en particular, aconseje que son lo más recomendable, en cuyo caso prescribirá los adecuados en las dosis justas.
En el Hospital Juan Cardona, tenemos una unidad relacionada con trastornos del sueño, donde le ayudaremos a solucionar su problema para dormir bien.