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- La infección ha llegado a neumonía, con inflamación de los dos pulmones
- Complicación de un cuadro clínico complejo a los 88 años
- El papa Francisco firmó en 2013 un texto donde se comprometía a renunciar «en caso de impedimento médico»
Los problemas respiratorios del Papa son habituales desde hace años. La diferencia es que en esta ocasión la infección se ha complicado y la edad no corre a su favor. Los especialistas se muestran optimistas por le eficacia demostrada de los tratamientos que se le pueden estar aplicando.
El propio Francisco mostraba a primeros de mes en público el efecto de la infección respiratoria. El resfriado evolucionó a bronquitis y hubo de interrumpir su agenda. La infección causada por virus, bacterias u hongos ha llegado a neumonía, con inflamación de los dos pulmones. Complicación de un cuadro clínico complejo a los 88 años.
Eduardo Márquez, presidente de Neumosur:»Si es una persona añosa y con enfermedades de base, el estado puede ser crítico», asegura el experto.
La situación es grave, aunque en casos como el del Papa, los antibióticos son la opción, según afirma Dolores Corbacho, jefa de neumología del hospital Ribera Povisa: «Si ya han identificado los gérmenes que le están afectando y le han puesto antibióticos acorde a estos gérmenes, la evolución puede ser buena. Llevará más tiempo porque es una persona con problemas previos a la infección».
El Papa respira por sí solo y el corazón soporta los tratamientos, dicen sus médicos. El buen humo de Francisco, cuenta.
Varias intervenciones
El papa argentino sigue gobernando la Iglesia católica, aunque desde la planta décima del hospital Gemelli de Roma.
Es la cuarta vez que entra en este apartamento montado en el hospital por Juan Pablo II, quien, dados sus frecuentes ingresos, lo bautizó como ‘Vaticano 3’, tras el palacio de Castelgandolfo.
En estos doce años de pontificado, que cumplirá el 13 de marzo, a Jorge Mario Bergoglio le fue extirpada una parte del colon y se le operó de una hernia abdominal, pero también pasó por el Gemelli por la bronquitis que le asalta cada invierno.
La pasada noche ha sido «tranquila», por la mañana desayuna y lee algunos periódicos, pero pese a que debe guardar «reposo absoluto«, también recibe a sus secretarios para seguir revisando documentos, en una hospitalización que se prevé larga.