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Ribera Polusa corrige juanetes leves, moderados y graves y hace seguimiento personalizado y sin esperas del paciente

  •  El traumatólogo Albert Grau asegura que la patología más frecuente y habitual del antepié es el Hallux Valgus, que provoca la deformidad del dedo pulgar del pie 
  •  Recomienda la visita con un especialista si existe dolor habitual en la zona al andar o ponerse el calzado

El traumatólogo Albert Grau afirma que la patología más frecuente y habitual del antepié es el Hallux Valgus o “juanete”, que provoca la deformidad del dedo pulgar del pie y recomienda la visita con un especialista si existe dolor/inflamación habitual en la zona al andar o incapacidad para calzarse.

El hospital Ribera Polusa corrige las deformaciones leves, moderados y severas de los juanetes sin esperas, con la mejor tecnología y con un equipo de profesionales de gran nivel, llevando a cabo un seguimiento personalizado de la recuperación total del paciente que tras la intervención suele prolongarse una media de tres meses.

Entre estos profesionales destaca el doctor Albert Grau, quien señala que, en cualquiera de los casos, la intervención quirúrgica consiste en realizar unos cortes en los huesos para corregir las alteraciones angulares que se han producido con el paso del tiempo destacando como factor importante el uso de calzado inadecuado (sobretodo exceso de tacón combinado con exceso de estrechez en la punta)

Los juanetes o Hallux Valgus afectan a un 20% de la población entre 18 y 65 años y, sobre todo mujeres, motivado por el factor del calzado descrito previamente y por su mayor laxitud, según la Sociedad Española de Medicina y Cirugía del Pie y Tobillo (SEMCPT).

Cuando el tratamiento conservador, basado en la modificación de calzado, separadores ortopédicos y en algún caso plantillas, fracasa y los síntomas persisten, se plantea la cirugía, independientemente del grado de severidad, eligiendo la técnica más adecuada y personalizada para cada caso y paciente, según explica el doctor Grau.

“En el hospital Ribera Polusa, agilizamos la atención a los pacientes con esta patología, facilitando la intervención y ayudando en la posterior recuperación”, explica.

Pero el tratamiento no termina con la cirugía, tal y como explica el especialista de Ribera Polusa. “Es muy importante el vendaje posterior a la cirugía, que debe de mantenerse varias semanas, y el uso de zapato ortopédico durante 5 o 6 semanas aproximadamente”, añade el doctor Grau, quien asegura que el posoperatorio, con sus consiguientes revisiones, es clave para una buena recuperación de la movilidad. Posteriormente, explica, “son necesarios alrededor de dos o tres meses más para desinflamar completamente el pie y adaptarse a la nueva pisada, pudiendo necesitar en algunos casos plantillas acomodativas”.