Aunque en un principio se decantó por estudiar Puericultura, Alejandra Vila pronto se dio cuenta de que su futuro profesional no estaría vinculado a la educación infantil, sino a la sanidad.
Siguiendo el ejemplo de una amiga, comenzó a estudiar para convertirse en TCAE, formación con la que dio sus primeros pasos acompañando a pacientes y que más tarde complementaría con la de Técnico Superior en Imagen para el Diagnóstico y Medicina Nuclear.
Tras una larga trayectoria profesional ligada al Área de Mama de Ribera Povisa, esta técnica de Radiodiagnóstico acaba de ser reconocida con el Premio Especial Adicam 2021 por su empatía y entrega en el trato con las pacientes oncológicas, unas características que la convierten en todo un referente para nuestros estudiantes.
¿Por qué te decidiste por la rama sanitaria?
Yo estudié Puericultura, pero me di cuenta de que, aunque me encantan los niños, no me veía trabajando de eso. Una amiga empezó a estudiar TCAE y yo me aventuré y empezó a gustarme ese mundo. Después me motivaron para seguir estudiando y me convertí en técnico de Radiodiagnóstico. Soy la típica persona que se marea cuando va a hacer una analítica, así que cuando el profesor me preguntó por qué quería estudiar Imagen para el Diagnóstico le dije “porque no quiero ver sangre”. Así que creo que nadie puede decir que no vale para esto, si te gusta el trato con el paciente y ayudar a los demás, vales. Yo siempre digo que el traje de técnico es como la capa de Superman, a mí me transforma. Nuestra mente es muy fuerte, y si algo te gusta, puedes con todo, aunque seas aprensivo.
¿Crees que haber estudiado TCAE te ha dado una visión más amplia para trabajar en el Área de Mama?
Sí, creo que todos los sanitarios deberían pasar en algún momento por ser auxiliar. Trabajar de TCAE fue una escuela genial para mí, porque estuve en Oncología y aprendí a tener tacto con las personas, a escuchar… te cambia la vida. Si no te gusta el trato con los pacientes, no aguantarás en esta profesión y se nota cuando algún alumno de prácticas ha hecho antes TCAE, porque saben más y son más empáticos.
¿En qué consiste exactamente tu labor en el hospital?
Además de hacer cribados, en mi día a día atiendo a pacientes que vienen derivadas por sus médicos de cabecera o que previamente se les ha detectado algo. Mi primer paso es siempre tranquilizarlas, explicarle nuestro mundo y qué es lo que va pasar, porque puede ser un momento muy delicado tanto para ella como para su familia. Lo más complicado de esta profesión es que no sólo realizas un trabajo técnico, sino que tiene mucha parte mental, porque tienes que ponerte en el lugar de esas personas. Hay pacientes a las que veo cada pocos meses y hay muchas que te buscan como apoyo emocional, hay mucho más allá de la pantalla en la que se ve la mamografía.
¿Qué es lo que más te gusta de tu trabajo?
Lo que más me gusta es el trato con el paciente, sentir que puedo ayudar en un momento que es complicado para esa persona. Es duro pero muy gratificante porque te consideran parte de su vida.
¿Qué significa para ti el reconocimiento de Adicam?
Que te reconozca Adicam, que es una asociación de mujeres que lo han vivido, es un orgullo que no se puede describir con palabras. Tengo un equipo de compañeros maravilloso, son todos súper humanos, siempre me animan, confían mucho en mí y eso es lo que ayuda a que podamos hacer el trabajo como se hace.
¿Qué tiene de diferente el Área de Mama con respecto a otros ámbitos en los que pueda trabajar un técnico en Imagen para el Diagnóstico?
Todas las áreas son importantes y todas tienen sus partes de trato con el paciente, pero en Mama es todo mucho más cercano. En una ecografía, en un TAC o en una radiografía tú estás lejos físicamente de la persona, pero aquí hay una conexión muy importante con las pacientes, estamos cerca físicamente, las tocamos, pasamos mucho tiempo con ellas, es un proceso más invasivo y que puede alargarse días, por eso todo es mucho más íntimo que en cualquier otra área.
¿Qué es lo más importante en la formación de los futuros técnicos de Radiodiagnóstico?
Yo creo que los profesores son cruciales y sé que en Povisa son muy buenos. Yo he tenido la suerte de conocer a profesores que saben motivar a los alumnos, que transmiten humanidad y eso es más importante que cualquier otra cosa. La principal ventaja de esta escuela es que los que enseñan son trabajadores en activo y motivan a los alumnos explicando la realidad, el día a día de su trabajo. Después, una vez que se empieza a trabajar, tienes que mantener ese interés. Yo sigo formándome todos los días y tengo la suerte de que en Povisa nos ayudan a seguir aprendiendo, a que no nos quedemos estancados.
¿Está suficientemente reconocida la labor de los técnicos en Imagen para el Diagnóstico y Medicina Nuclear?
Sí, yo creo que cada vez más. En Mama se nos reconoce mucho, aunque tanto aquí como en el resto de especialidades, mucha gente todavía no llega a comprender toda la capacidad que tenemos. En Povisa tenemos la suerte de que estamos muy conectados con el radiólogo, estamos muy formados, y eso es maravilloso para los pacientes, porque podemos adelantarnos a problemas, hacer más rápidos los diagnósticos… Yo creo que somos muy importantes y que cada vez se nos reconoce más.
¿Qué recomendarías a todos esos estudiantes que quieren seguir tus pasos?
Que aprendan a escuchar y que vengan con ganas de absorber, de aprender todo lo que puedan. Creo que es importante la actitud, que no se tomen la formación como un trámite para hacer otra cosa, aunque después quieran seguir formándose. Es muy importante que presten atención a los detalles, aunque les parezcan una tontería. Que te enseñen a hacer bien una cama, por ejemplo, puede parecer una tontería, pero supone un cambio importantísimo para persona que está ingresada y que lo está pasando mal. Es importante querer convertirse en un buen
profesional y venir motivados para aprender a serlo.