- Con la proximidad de San Valentín, psiquiatras y psicólogos del grupo sanitario Ribera advierten que no es una estrategia adecuada para avanzar y cerrar “de un modo sano” el duelo por la ruptura sentimental
- Aseguran que un deseo continuo de revancha, rencor y no aprender a perdonar puede fomentar una inestabilidad emocional importante y dificultar nuevas relaciones sentimentales
Especialistas en Salud Mental del grupo sanitario Ribera aseguran que el deseo de venganza tras una ruptura sentimental “indica que la ira se ha convertido en una emoción problemática y que puede ser necesario recurrir a la psicoterapia”. Relaciones sentimentales, rupturas, reconciliaciones y acuerdos o enfrentamientos con la expareja son situaciones frecuentes en nuestro entorno y en ocasiones, además, son objeto de noticia, debate y hasta programas de televisión, más aún en fechas próximas a San Valentín.
Sofía Carazo, psiquiatra del Hospital Universitario de Torrejón, recuerda que “una ruptura sentimental supone la pérdida de un vínculo, por lo que superarla conlleva un necesario proceso de duelo”. Por tanto, es habitual que una o las dos partes lo pasen mal. De hecho, todos los especialistas atribuyen al duelo sentimental las mismas fases que al duelo por fallecimiento – negación, ira, negociación, depresión y aceptación-, aunque insisten en que no todas las personas pasan por todas las fases, ni siquiera en el mismo orden o intensidad.
Todos los especialistas en Salud Mental consultados coinciden al asegurar que emociones como enfado, ira, culpa, tristeza, confusión, frustración, soledad, decepción, nostalgia o celos pueden formar parte de alguna de las fases del duelo, acompañados, incluso, por síntomas físicos como cansancio, angustia o sensación de un nudo en el estómago, falta de energía, insomnio y llanto. Para Marta Marcos, psicóloga del Departamento de Salud del Vinalopó, “no tenemos que pensar que experimentar esta emoción siempre tiene un significado negativo, porque realmente nos ayuda a poner distancia hacia la expareja, y eso a su vez, nos permite hacer cambios en nuestro modo de vida”. Dicho de otro modo, añade: “si sabemos gestionarlo y no quedarnos anclados en esas emociones, nos van a impulsar hacia la aceptación”. Coincide con ella Ana Isabel Velasco, enfermera de la Unidad de Hospitalización de Salud Mental del Hospital Universitario de Torrejón. “Muchas veces estos sentimientos son necesarios en un momento determinado para un duelo saludable, ya que en algunas ocasiones las personas tienden a anestesiar los sentimientos, evitando experimentar las emociones”, asegura Velasco.
Pero el enfado o hasta la ira no tienen que llevar necesariamente a la venganza. Marta Marcos, psicóloga del Departamento de Vinalopó, explica que el deseo de venganza se genera a partir de “la necesidad de reparar el daño que una persona siente que ha sufrido”. Sin embargo, afirma con rotundidad que «no es una estrategia adecuada para avanzar en la aceptación de la ruptura y que además, dificultará hacer un cierre saludable del proceso de duelo». Para Ana Isabel Velasco, un deseo de continuo de venganza “puede resultar muy drenante en relación con la salud mental y fomentar la aparición de inestabilidad emocional, a partir del descontrol y la ira”. Además, recuerda, puede suponer un problema a la hora de rehacer su vida sentimental.
La doctora Carazo explica el proceso “normal” de duelo, también el sentimental, puede durar entre 6 meses y dos años, y se considera que el duelo se ha complicado y puede ser conveniente acudir a un especialista “cuando los síntomas y sentimientos tras la ruptura son tan intensos que dificultan de manera importante el funcionamiento cotidiano de la persona y/o si se prolongan excesivamente en el tiempo”.
