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Eduardo Iglesias: «El glaucoma es la segunda causa de ceguera, pero esta se puede evitar»

Es una enfermedad incurable, que cursa sin síntomas, pero si se diagnostica y trata a tiempo se puede prevenir la pérdida de la visión, como destaca el oftalmólogo del Hospital Ribera-Polusa, actual presidente del Colegio de Médicos de Lugo.

El glaucoma supone la segunda causa de ceguera en el mundo occidental, solo por detrás de la degeneración macular asociada a la edad (DMAE). Se produce al dañarse el nervio óptico, normalmente a causa de una presión intraocular elevada, y resulta más habitual en mayores de 60 años. Es una enfermedad incurable, sí; pero cuando se diagnostica en una fase inicial se puede evitar su progresión. Como no presenta síntomas, el oftalmólogo del Hospital Ribera-Polusa Eduardo Iglesias incide en la importancia de las revisiones periódicas para asegurar una detección temprana. Ese es el mensaje que hoy, Día Mundial del Glaucoma, se busca que cale con fuerza.

Las cifras indican que el glaucoma es la segunda causa de ceguera en el mundo occidental, ¿debería ser una causa evitable?  

Sí, sin duda, debe ser una causa evitable. El glaucoma, en su tipo más frecuente, es silente, así que cuando el paciente presenta síntomas, como la reducción de visión o del campo visual, la enfermedad ya se encuentra avanzada. Este es el motivo de la insistencia del colectivo de oftalmólogos sobre la necesidad de las revisiones periódicas. Su fin es detectar a esos pacientes que están en el inicio del proceso, así como a aquellos con factores de riesgo.

Esas revisiones debe hacerlas el oftalmólogo. ¿Por qué no son suficientes los controles que ofrecen las ópticas?

La evaluación, diagnóstico y tratamiento o prevención, por su formación, es una competencia exclusiva del oftalmólogo. El factor de riesgo principal del glaucoma es la elevación de la tensión intraocular, pero esto tampoco es tan simple, ya que existen glaucomas con una tensión ocular que se encuentra dentro de lo normal. El oftalmólogo debe realizar una valoración completa del historial médico, antecedentes, exploración oftalmológica completa, establecer las pruebas complementarias y, con todo esa información, decidir si alguien está afecto de glaucoma o tiene factores de riesgo.

El diagnóstico y tratamiento de esta enfermedad solo lo puede hacer el oftalmólogo

La supervisión periódica es aún más necesaria cuando existen antecedes familiares, ¿se trata de una dolencia genética?

Efectivamente, tiene una implicación genética. Hay dos tipos concretos –el glaucoma juvenil y el glaucoma congénito primario– en los que se han encontrado mutaciones de los genes, pero en el resto de los tipos se trata de una enfermedad multifactorial. En cualquier caso, quienes tienen  antecedentes familiares presentan un riesgo diez veces mayor de padecer glaucoma.

Actualmente no existe ningún fármaco ni procedimiento que pueda curar esta patología, pero sí los hay para impedir su evolución.

El único tratamiento del que disponemos para controlar la enfermedad es reducir la presión intraocular, lo que se puede hacer recurriendo a diferentes herramientas. El primer paso sería el tratamiento farmacológico, mediante la aplicación de gotas oculares; posteriormente, si estas resultan ineficaces, se pueden usar diferentes tipos de láser y como último recurso, la cirugía.

Quienes tienen antecedentes familiares presentan un riesgo diez veces mayor de padecer glaucoma

Cuando las gotas no funcionan se recurre al láser, ¿cómo actúa?

El tratamiento con láser, un procedimiento denominado trabeculoplastia, consiste en hacer una serie de ‘disparos’ dirigidos a una zona concreta del ángulo camerular. Así aumenta el drenaje del humor acuoso –y se reduce la tensión intraocular–, aunque no funciona en todos los casos.

Ha señalado que la cirugía es el último recurso para tratar de evitar su progresión. ¿En qué consiste la intervención?

La cirugía tratará de crear una derivación del líquido intraocular (humor acuoso) hacia la parte externa (debajo de la conjuntiva), buscando reducir la presión intraocular. En los casos más complejos de cirugía se utilizan las llamadas válvulas.

Antes hacía alusión a la genética, pero hay otros factores y patologías que pueden hacer que aparezca el glaucoma, ¿cuáles serían?

En Galicia es muy prevalente el síndrome de pseudoexfoliación, un trastorno por el que se van acumulando escamas de material en el borde de la pupila, en el cristalino y en las distintas estructuras, principalmente en la parte anterior o frontal del ojo, que obstruyen el drenaje del humor acuoso. También pueden actuar como desencadenantes la diabetes, las obstrucciones venosas, los traumatismos, la miopía, el tratamiento con corticoides…

¿Por qué en Galicia resulta tan prevalente el síndrome de pseudoexfoliación?

No se sabe con certeza qué es lo que lo causa, aunque se piensa que podría ser una combinación de agentes genéticos y ambientales. Es raro por debajo de los 50 años, pero sí es frecuente en Galicia y en los países nórdicos en pacientes mayores. Se trata de una alteración que solo se percibe en la exploración, ya que al paciente no le provoca sintomatología.

Puede afectar a uno o a ambos ojos, según la causa que lo provoque

El glaucoma puede afectar a uno o ambos ojos, ¿qué presentación es más común?

Esto va a depender de la causa del glaucoma. El glaucoma crónico simple suele ser bilateral, aunque la afectación puede ser asimétrica. En patologías como la obstrucción venosa puede ser que solo un ojo se vea afectado.