Definición
Las fracturas son esencialmente roturas en la integridad estructural del hueso. En la mayoría de los casos resultan de un traumatismo significativo sobre un hueso sano o una fuerza moderada en un hueso osteoporótico o debilitado. La fractura puede causar dolor de cadera, hinchazón, hematomas, dolor a la movilización, deformidad visible, especialmente si la alineación ósea está comprometida y una posición o movilidad anormal. La fractura de la cadera implica más específicamente al fémur, en su parte proximal, cerca de su articulación con la pelvis. La fractura en el fémur puede ser: transcervical (también conocido como subcapital o del cuello femoral) que se produce en en el cuello entre la cabeza femoral y los trocánteres, inter-trocantérica, la línea de fractura a través de los trocánteres del fémur o subtrocantérea, mientras que la fractura se produce en el fémur proximal, pero bajo los trocánteres. También es posible ver una fractura en el trocánter mayor.Esta fractura se observa con mayor frecuencia en las persona de edad avanzada, especialmente si tienen huesos osteoporóticos y si tienen otros problemas de salud.
Epidemiología
La incidencia global de la fractura de cadera en nuestro país, en los sujetos mayores de 65 años ha variado entre 301 y 897 por 100.000 habitantes, valores por debajo de los de otros países de Europa o de los de los EE.UU.
Etiología
La mayoría de las fracturas son el resultado de un impacto directo significativo en un hueso sano. La causa es entonces clara y el factor causal más a menudo identificable en el entorno de la persona. También es posible que la persona que sufre una fractura que se llamará patológica producido por un trauma leve o moderado que causa una fractura en un hueso debilitado por una condición (p. Ej. Metástasis ósea o de osteoporosis). Esta última condición es relativamente común en los ancianos, especialmente en mujeres que han pasado la menopausia. La combinación de una caída y una condición osteoporótica preexistente es particularmente común entre las personas mayores que experimentan una fractura de cadera.
Factores de riesgo
Los dos principales factores de riesgo para la fractura de cadera son caídas y la osteoporosis. Los factores de riesgo asociados con las caídas en los adultos mayores pueden ser biológicos, de comportamiento, ambientales y / o socioeconómicos:
alteraciones sensoriales: visual, auditiva, propioceptiva;
limitaciones físicas tales como debilidad muscular, condición física deficiente, problemas de equilibrio y todas las enfermedades que afectan la movilidad, que incluyen:
enfermedades respiratorias y cardíacas;
artritis y osteoartritis
Enfermedad de Parkinson y accidente cerebrovascular;
trastornos relacionados con la presión arterial;
deterioro neurocognitivo, depresión y / o ansiedad;
polifarmacia y uso de alcohol o drogas;
toma de riesgos para viajes y transferencias (por ejemplo, subir una escalera);
ropa suelta o zapatos que no le quedan bien;
el transporte de objetos pesados o voluminosos;
un ambiente hogareño desordenado y condiciones de invierno;
aislamiento (los ancianos que viven solos);
una red social reducida.
Signos y síntomas
Una caída que causa una fractura de cadera se expresará primero por dolor intenso inmediato. El sitio de la fractura puede volverse edematoso y puede aparecer un hematoma en la piel. Sin embargo, en el caso de una fractura de cadera, el edema y los hematomas pueden no ser evidentes. Con mucha frecuencia, la persona mantendrá la extremidad inferior inmovil y su posición de descanso será anormal (a menudo en rotación). La palpación y la movilización causarán dolor. Será imposible que la persona, la mayoría de las veces, se levante del suelo y pueda caminar.
Herramientas de diagnóstico
Además de la historia de caída y el examen físico de la persona, la principal herramienta de diagnóstico de la fractura de cadera es la radiografía simple. Si los síntomas están presentes y los rayos X no revelan una fractura de fémur, puede ser necesario usar TAC o RMN.
La radiografía simple permite la visualización de la fractura del fémur y sirve al médico para determinar los siguientes datos importantes: el tipo de línea de fractura (transversales, oblicuas, espiral, de madera triturada, verde, etc.), la ubicación de la línea de fractura (transcervical, intertrocantérica y subtrocantérica), angulación (en grados), desplazamiento (en mm) y si es una fractura abierta o cerrada (generalmente cerrada por fractura de cadera).
Condiciones relacionadas
Muy a menudo, el examen de la persona mayor que acaba de sufrir una fractura de cadera revela uno o más de los factores de riesgo enumerados anteriormente. La presencia de una o más de estas afecciones es relativamente común en los ancianos que han caído y serán obstáculos para la recuperación posterior a la fractura. Por lo tanto, tendrán un impacto en el pronóstico asociado con la fractura.
Es importante valorar el contexto general de salud del paciente ya que al ser habitualmente personas mayores es muy frecuencia la coexistencia de otras condiciones médicas que también habrá que tratar.
Intervención medicoquirúrgica
La primera intervención que se ofrecerá a la persona que ha sufrido una fractura de cadera será la prescripción de un analgésico para el control del dolor. Se realizará una inmovilización temporal para reducir el dolor y permitir el díagnóstico. Se establecerá el diagnóstico, el tratamiento de la fractura y las complicaciones del trauma.
La mayoría de las fracturas de cadera tendrán indicación de realizar un procedimiento quirúrgico para garantizar la máxima estabilidad en los segmentos óseos o articulares.
Los procedimientos quirúrgicos ofrecidos serán: reparación mediante la inserción de tornillos o clavos para alinear y mantener en su sitio los segmentos óseos (cruzando así los segmentos óseos) y, finalmente, el reemplazo de la cabeza femoral por una prótesis total o parcial, más a menudo cuando la fractura es transcervical. La consolidación quirúrgica asegurará que la carga parcial sea posible unos días después de la cirugía.
Pronóstico y secuelas funcionales
Las complicaciones de las fracturas de cadera son bastante raras cuando se trata de infección, heridas arteriales o embolia pulmonar. Las secuelas funcionales serán mucho más frecuentes, principalmente debido a la edad de las personas. El miedo a caerse puede llevar a la persona mayor a limitar sus movimientos. La fractura de cadera puede tener repercusiones significativas: pérdida de independencia para las actividades diarias, confusión (delirio), depresión, desacondicionamiento después del período de inmovilización, deterioro de la calidad de vida, esperanza de vida reducida. En el año posterior a la fractura, el 20% de los ancianos morirán por ella, ya sea por complicaciones postoperatorias o por agravar los problemas previos a la fractura. Se recomienda que las personas mayores intenten regresar a las actividades diarias lo más rápido posible.