La Enfermería Comunitaria es, según la OMS, “el primer nivel de contacto en el acceso al sistema de sanitario”, y será una especialidad clave en el mundo post pandemia. María Rey, profesora de Enfermería Comunitaria en la Escuela de Povisa, nos desvela los entresijos de esta importante labor, en la que el contacto con el paciente adquiere un papel protagonista.
¿A los alumnos les suele sorprender tu asignatura?
Sí, yo en la primera clase siempre les pregunto qué creen que van a aprender, y siempre me doy cuenta de que tienen una idea preconcebida de lo que es la Atención Primaria que después cambia mucho a medida que pasan los días.
¿Ha ganado la enfermería comunitaria peso en los últimos años?
Sí, la Enfermería Comunitaria ha ganado mucho peso gracias a que cada vez hay más plazas de esta especialidad en el EIR, entonces cada vez somos más los profesionales de Enfermería que nos formamos en la Atención Primaria.
¿Qué aspectos de tu asignatura les suele gustar más a los alumnos?
En general les suele interesar más todo aquello que tenga que ver con la práctica, como puede ser la Educación para la salud. Ese tipo de temáticas les suele interesar porque todo se ejemplariza en el día a día y eso hace que los alumnos se impliquen mucho.
¿Se habla del autocuidado de los profesionales en el temario?
Aunque no exista un tema como tal dedicado a ello, siempre hablamos de la importancia de estar bien para hacer un buen trabajo. En la asignatura también hay una parte en la que hablamos de lo importante que es fomentar el autocuidado en el paciente. El autocuidado es un aspecto en el que, por supuesto, cualquier profesor de la Escuela insiste.
¿Qué papel tendrá la Enfermería Comunitaria en el mundo post pandemia?
Será muy importante a la hora de hacer el seguimiento de las posibles secuelas del COVID, ya que nosotros somos el primer nivel asistencial. Por otra parte, es muy importante tener en cuenta todo el cambio que se ha producido con la asistencia a distancia. Hay mucho trabajo por hacer y la Enfermería Comunitaria es la base de todo el seguimiento y de la continuidad de los cuidados.
¿Se interesan más los alumnos ahora por esta materia?
Sí, noto más interés, veo que cada vez se implican más. Cuando hacen trabajos no se van a temas tópicos, sino que buscan, se interesan, ponen mucha atención… Además, creo que en esta asignatura les abrimos mucho los ojos sobre este mundo y lo notamos cuando comprobamos que, años después, eligen hacer su TFG sobre temas de Enfermería Comunitaria.
¿Qué rasgos de personalidad son necesarios para estudiar Enfermería?
La palabra clave en nuestra profesión es ‘empatía’, es importantísimo que nos sepamos poner en el lugar del paciente. Si no tienes empatía, probablemente no encajes en esta profesión. También hace falta ser una persona muy implicada, porque este trabajo es muy dinámico y cada paciente es un mundo, cada día es diferente, tenemos que ser personas muy flexibles para poder llevar a cabo nuestras labores.
¿Estos rasgos se potencian a lo largo de los años?
Sí, porque en primero, cuando llegan, no saben realmente a lo que se van a enfrentar y después, en las prácticas se les abre un mundo, se adaptan y entienden esta profesión de una forma diferente. También aprenden mucho de nuestras anécdotas, siempre se interesan mucho en las historias que les contamos en clase. Pero, en general, todos los alumnos vienen con muy buena actitud desde el primer día, ninguno me ha dicho nunca lo de que “esto no era lo que me esperaba”.
¿Qué les sueles recomendar a esos alumnos que inician su andadura en el mundo laboral?
Siempre les suelo decir que nunca dejen de creer en lo que les gusta y que nunca piensen que ya lo saben todo, porque la Enfermería siempre avanza. Deben tener en cuenta que es mejor que se guíen por lo que les interesa y que exploren, porque esta profesión tiene muchas salidas. También es importante que no descarten especializarse y, por supuesto, que disfruten mucho de lo que hacen.