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    Ángel Marcial: «Siempre les hablo a mis alumnos del valor que adquiere la Enfermería en tiempos de guerra y ahora estamos viviendo una»

    Ángel Marcial empezó hace 31 años a trabajar en un proyecto educativo para el que más tarde se convertiría en profesor de Fundamentos de Enfermería y Ética y Legislación, Responsable de Relaciones Internacionales y Secretario Académico. Hoy, a las puertas de su merecida jubilación, reflexiona sobre el pasado, el presente y el futuro de nuestra Escuela.

    ¿Ha cambiado mucho la experiencia en el aula debido a la pandemia?
    El año pasado fue horroroso, porque no estábamos preparados para la docencia online ni para la manera de examinar y preparar a los estudiantes. Este curso ha sido más fácil que el anterior, más preparado, ya que contábamos con la ayuda del Campus Remoto, pero para mí no es igual. Me gusta el contacto directo con los alumnos, ver sus caras, cómo reaccionan, me gusta lanzarles preguntas directas… esto ahora me falta, no es lo mismo.

    ¿Cómo es la relación entre profesores y alumnos en la Escuela?
    Nuestra relación es muy buena, siempre nos preocupamos por el estado de los estudiantes e intentamos adaptarnos a ellos, especialmente a aquellos que trabajan. Siempre buscamos ser sensibles a sus circunstancias, ser flexibles y mantener un buen trato con ellos.

    ¿Cómo ha cambiado la Escuela desde sus inicios?
    La Escuela comenzó en el año 1991 y yo empecé a trabajar en este proyecto ya en el año 1990, preparando toda la implantación. Partimos de cero en aquellos tiempos en los que no teníamos informática. Para mí fue una gran experiencia, me llenó mucho, porque vocacionalmente soy y siempre he sido docente. Todo ha cambiado mucho desde entonces, pero creo que uno de los cambios más importantes para nosotros fue la implantación del Plan Bolonia, que hizo que la formación pasase de ser una diplomatura a un grado, cumpliendo una petición histórica de los enfermeros. Gracias a Bolonia, podemos tener acceso a un doctorado, a ser investigadores de pleno derecho… nos abrió muchísimas puertas. Creo que ese fue el cambio más significativo para la Escuela y para la formación.

    ¿Se ha revalorizado la Enfermería durante este año?
    Desde el punto de vista de la sociedad sí. Yo, que enseño Fundamentos de Enfermería, siempre les hablo a mis alumnos del valor que adquiere la Enfermería en tiempos de guerra. Ahora estamos viviendo en cierto modo una guerra, una guerra contra un bicho, y esto ha cambiado mucho el valor que se le da a las profesiones sanitarias. Hemos salido mucho en la prensa, generalmente por cosas positivas, lo que ha influido en este cambio de mentalidad.

    ¿Se han podido realizar este año estancias en el extranjero?
    Este curso no, aunque sí que tenemos matriculada con nosotros a una estudiante de Brasil, que está participando e integrándose online. Para el curso que viene sí que ya hay muchas solicitudes de Erasmus y Sicue. Además de esto, tenemos convenios propios con Quirón, Vithas y otros centros para que nuestros alumnos puedan hacer las prácticas fuera. Estamos pendientes de poder hacer lo mismo en centros del grupo Ribera. Buscamos facilitar también que aquellos estudiantes que no son de Vigo se puedan desplazar a sus casas.

    ¿Con qué países hay convenio?
    Empezamos teniendo convenio con la universidad de Malmö, en Suecia, y actualmente tenemos acuerdos con Florencia, Milán, Zagreb, con varios centros de Portugal, y con Rouen, en Francia.

    ¿Se interesan más los alumnos por la Ética ahora?
    Yo creo que la Ética siempre les cuesta un poco, pero están empezando a ver la importancia de esta asignatura en todas las profesiones sanitarias, porque tienen una relación muy estrecha con las personas. Además, con la evolución de las ciencias de la salud, la tecnología nos permite muchas cosas sobre las que la Ética nos manda parar a reflexionar. Antes era una asignatura “maría”, pero ahora se dan cuenta de su importancia.

    ¿Se ha visibilizado en los últimos meses la importancia del cuidado al paciente, especialmente al paciente mayor?
    Sí, todo este tema ha tenido más visibilidad en la sociedad y, a mi juicio, debería hacerse aún más hincapié en la importancia no sólo de los enfermeros, sino también de los TCAE y los cuidadores, que han tenido un enorme desgaste durante estos meses.

    En cuanto a los cuidados, ¿qué conceptos esenciales se trata de inculcar a los alumnos?
    Para mí lo primero es entender que el centro es el paciente y su bienestar, y a su alrededor giran todas las profesiones sanitarias. Yo siempre les hablo del modelo “House”, de esas personas muy especializadas, pero que no tienen humanidad. Que uno sea excelente no solo implica ser bueno en la técnica, implica ser buena persona, es importante tener en cuenta que esto no rebaja las cualidades científico-técnicas.

    ¿Cómo de importante es el autocuidado para los profesionales de la Enfermería?
    Si no gestionas tus propios autocuidados, no podrás transmitir correctamente a los demás estos valores, debemos dar ejemplo, ser los primeros en colocarnos bien la mascarilla, lavar frecuentemente las manos… Tenemos que entender que la docencia no es solo lo que se hace en las escuelas, todos los enfermeros son docentes de sus pacientes.

    ¿Se nota un cambio de actitud en los alumnos del primer al último año del grado?
    Muchísimo. Muchos vienen perdidos al principio, llegan por casualidad a la Escuela, y esta es una profesión que obliga a enfrentarse muy pronto con las miserias de la vida. Con 19 o 20 años empiezan a hacer prácticas y se encuentran con situaciones duras, lo que los hace madurar muy rápido.

    ¿Qué consejos suele dar a esos alumnos que empiezan su andadura en el mercado laboral?
    Que no se olviden de que hay que seguir formándose siempre. También es recomendable que busquen aquello que más les guste, que encuentren su hueco en esta profesión tan amplia, pero, antes de eso, que toquen varias teclas. Nosotros siempre intentamos que ellos vean un poco de todo y, aunque uno valga para desempeñarse en cualquier ámbito, es mejor que se centre en lo que más le atraiga. Los primeros años son de preparación y búsqueda, que no digan «no» a nada.

    ¿Cómo resumiría su paso por la Escuela?
    Encantadísimo, aquí me encuentro en casa. Suelo decir que soy muy teatrero, por eso disfruto tanto de la docencia y del trato con los alumnos, no me jubilo para escapar, me jubilo para dejar paso a gente nueva. Han sido 30 años, toda una vida y, por supuesto, una parte muy importante de la mía. Quiero pensar que dejo mucho de mí aquí. Siempre digo que llegué a Povisa sin hacer ruido y quiero marcharme también sin hacer ruido, si es posible.