Los medicamentos y el verano

Expertos del Departamento de Salud de la Ribera advierten de que hay que vigilar la conservación de los medicamentos especialmente durante el  verano. Muchas veces no prestamos atención a la temperatura de conservación de los medicamentos y las altas temperaturas pueden dañar aquellos fármacos que presentan condiciones especiales de conservación. Medicamentos que deben conservarse en frío y que sólo se pueden utilizar recién salidos de la nevera, son aquellos que hay que prestarles una mayor atención.

Por este motivo los expertos del Departamentos de Salud de la Ribera recomiendan comprobar la apariencia exterior del producto, especialmente en supositorios, óvulos o cremas, sensibles a las altas temperaturas, y si presenta alguna apariencia anormal desecharlo  inmediatamente, ya que puede significar una modificación de la forma farmacéutica.

Si viajamos, se recomienda no llevar los medicamentos en el maletero del coche ya que carece de ventilación y refrigeración, llegando a alcanzar altas temperaturas. Si los medicamentos que transportamos deben conservarse entre los 2ºC y los 8ºC, entonces los deberemos transportar en un embalaje isotérmico refrigerado o por el contrario si estar a entre 25ºC y 30ºC los deberemos transportar en un embalaje isotérmico sin refrigerar, para que no supere dicha temperatura.

Si viajamos al extranjero, recomendamos llevar con nosotros el prospecto de los medicamentos para que puedan encontrar medicamentos genéricos con otro nombre pero idéntico principio activo.  Además recomendamos llevar con nosotros algunas dosis con sus respectivas recetas, por si nos perdieran la maleta o nos pusieran algún problema en la aduana.

Por otro lado hay algunos medicamentos que pueden acentuar sus efectos con las altas temperaturas o pueden agravar un golpe de calor. En este grupo se encuentran los diuréticos, los antiinflamatorios no esteroideos, los antihipertensivos, algunos antibióticos y antivirales, los antiarrítmicos, algunos antidiabéticos, los hipolipemiantes (los que se utilizan para regular el colesterol), los antidepresivos, los antihistamínicos, los antipsicóticos y algunos antiparkinsonianos.