- El jefe del servicio de dermatología, el doctor Álvaro León, recuerda acudir a la consulta en caso de manchas de rápido crecimiento, aquellas con forma irregular y con zonas de color negro o de coloración heterogénea.
- Recomienda adquirir el hábito de utilizar fotoprotección desde pequeños y no descuidarlo tras el verano, o una vez que nuestra piel ya haya cogido color.
La aparición de manchas en la piel tras el verano es muy habitual por la prolongada exposición al sol en estos meses y, aunque no suelen conllevar una patología, requieren de un control médico en algunos casos.
Es importante acudir a consulta en caso de que se dé “un rápido crecimiento, tengan forma irregular y zonas de color negro o de coloración heterogénea, o bien sean lesiones ya preexistentes que han sufrido cambios de este tipo de forma rápida”, según explica el doctor Álvaro León, jefe del Servicio de Dermatología del Hospital Ribera Povisa. Además, las personas adultas de mayor edad deberían acudir a consulta en el caso de tener lesiones cutáneas ulceradas o excrecentes (abultadas), que presenten un crecimiento rápido en semanas o meses.
“Las llamadas ‘manchas de la edad’ en áreas especialmente expuestas a la radiación solar como la cara, escote o dorso de manos deberían llamarse más bien ‘manchas del sol’, pues son consecuencia del efecto del mismo sobre nuestra piel a lo largo de los años”, aclara el especialista. “Los melanocitos, que son las células encargadas de producir melanina para proteger nuestra piel, incrementan su actividad como consecuencia de la exposición acumulada y generan la aparición de estos léntigos solares, que es el nombre científico de estas manchas”.
Su aparición aumenta con la edad, especialmente a partir de los 50-60 años y no son peligrosos en sí mismos de inicio. Tampoco están asociados a ninguna enfermedad, sino que son signos del fotoenvejecimiento de la piel, por lo que no necesitan de ningún tratamiento, excepto por motivos estéticos.
En ese caso, “existen algunas cremas con agentes despigmentantes, o técnicas estéticas para su eliminación que deberían de ser indicadas y realizadas por profesionales cualificados y con la suficiente experiencia en su tratamiento, y siempre con una supervisión previa de un dermatólogo para descartar que pueda tratarse de alguna lesión potencialmente peligrosa”, puntualiza el doctor León. Los tratamientos estéticos para estas lesiones incluyen el láser y la luz pulsada, crioterapia, y la dermoabrasión y microabrasión.
La piel tiene memoria y los efectos nocivos del sol se acumulan con el tiempo, de ahí la importancia de cuidarla diariamente a lo largo de nuestra vida y no descuidar la fotoprotección ni cuando se está moreno ni después del verano. “Deberíamos aplicar fotoprotector solar desde la infancia y a lo largo de toda la vida, cuando nos encontremos realizando actividades al aire libre de una cierta duración, y tanto en días soleados como con algo de nubosidad, pues la radiación UV nos afecta también en días de nubes”, recomienda el doctor León. Cuanto antes se adquiera el hábito de aplicarse fotoprotección solar a diario, mejor será la salud de la piel en la edad adulta.