El jefe del servicio de Otorrinolaringología, Roberto Valdés, ha explicado en una entrevista en ‘Hoy por hoy’ de RadioVigo los diferentes tipos de implante auditivo que existen.
«Se trata de una tecnología que permite a los pacientes con problemas auditivos recuperar la audición. Tiene bastantes años y va evolucionando con el tiempo y los avances tecnológicos», ha explicado el Dr. Valdés.
Además del audífono convencional, que evoluciona día a día, hay otro tipo de soluciones tecnológicas que son los implantes cocleares, implantes activos de oído medio y los implantes óseos. «El más conocido es quizás el coclear, que hace años que los servicios de salud, tanto de España como de otros países occidentales, financian y permiten una recuperación auditiva en pacientes con pérdidas severas y que no pueden usar audífonos convencionales. Sobre todo se trata de niños recién nacidos», remarca.
El primer implante coclear, ha subrayado el Dr. Valdés, «se puso ya hace sesenta años y fue gracias a la amistad entre un otorrinolaringólogo y un ingeniero, que buscaron juntos la forma de poder activar los restos del oído interno de muchos pacientes. Fue evolucionando y la tecnología, hoy por hoy, permite a una persona que no oye recuperar la audición. A veces no totalmente o no es posible con una calidad perfecta, pero cada vez se aproxima más a la audición total».
Además del implante coclear, existen otras soluciones como el implante de transmisión ósea, que «permite que el paciente pueda oír transmitiendo el sonido a través de los huesos del cráneo, saltando una parte del oído». El especialista ha explicado durante la entrevista en RadioVigo que «si el paciente tiene bien el oído interno pero tiene un daño en la parte externa o problemas graves en el oído medio como la caída de los huesecillos, este implante permite que toda la energía acústica le llegue y pueda oír perfectamente».
El otro tipo de solución tecnológica, precisó Valdés, es el implante activo de oído medio. «Se emplea sobre todo en personas con pérdidas auditivas, no solo con pérdida de transmisión sino pacientes que tienen dañado el oído interno pero no tanto como para usar uno coclear», indica. Estos pacientes podrían utilizar un audífono convencional, pero la ventaja de este implante es que, al estar colocado quirúrgicamente, es prácticamente invisible. «No tapona el conducto auditivo externo, está libre y tiene una mayor ganancia auditiva ya que el paciente aprovecha toda la energía y las posibilidades acústicas que tiene el implante».
El doctor Valdés remarca que uno de los inconvenientes de estas soluciones tecnológicas es su coste, más elevado que el de un audífono convencional. «Por ahora, además, no es totalmente invisible porque tiene una parte externa del tamaño de una moneda de dos euros que se coloca detrás de la oreja y que queda fijado a la zona interna del implante. Se debe quitar para no estar en contacto con el agua pero en poco tiempo, probablemente, este procesador quede también por debajo de la piel y será totalmente invisible».
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