Con la llegada del buen tiempo, muchas personas cuidan de manera especial la estética de sus pies, ya que estos resultan más visibles con las sandalias y chanclas. También se debe cuidar su salud para minimizar el riesgo de aparición de hongos, un problema frecuente durante el verano.
La onicomicosis es la infección por hongos en las uñas, explica el dermatólogo de Ribera Polusa, el doctor Javier Concheiro. Sus síntomas son fáciles de detectar. Los pacientes suelen apreciar un engrosamiento progresivo de la lámina ungueal y una variación en la coloración (blanca, amarillenta o hasta verde), tal y como explica, en este caso, la jefa de Dermatología del Hospital Universitario del Vinalopó (Elche), la doctora Irene Latour, aunque el doctor Concheiro apunta que también puede presentarse descamación y despegamiento: «En ocasiones, si se produce una deformidad marcada, el paciente puede presentar dolor y sobreinfección bacteriana». Es importante acudir al dermatólogo ante los primeros síntomas para que este pueda prescribir un tratamiento precoz.
Los esmaltes de uñas, por sí mismos, no producen una infección por hongos, matiza la doctora Latour –salvo que estén contaminados–, pero su uso prolongado en el tiempo, junto con factores como un exceso de humedad en los pies provocado por el uso de determinado calzado, transitar por lugares húmedos como duchas o piscinas públicas sin protección o no secar bien los pies tras la ducha o el baño favorecen su aparición.
El doctor Concheiro recuerda que aunque este tipo de infección es más frecuente en los pies, por ese entorno de mayor humedad, «en determinados perfiles laborales, las manos también pueden verse afectadas, por ejemplo, en hostelería, agricultura o pesca«.
Ambos dermatólogos coinciden al señalar que, aunque la onicomicosis puede ser contagiosa, esto no es frecuente, porque implica un contacto muy directo y constante, como podría ser al compartir los útiles de higiene.
Tratamiento
El tratamiento para eliminar los hongos en las uñas consiste en una combinación de antimicóticos tópicos, como lacas o barnices, y orales, «ya que con los primeros, por sí solos, es difícil conseguir una curación completa y duradera, salvo en un porcentaje pequeño de pacientes», explica el doctor Concheiro. Además, matiza que el tratamiento oral suele conllevar una pauta larga, que se prolonga de tres meses a un año y que tiene que realizarse bajo supervisión médica «ya que son fármacos que precisan de monitorización analítica«. Lo habitual, explica, es que se produzca un recambio progresivo de la uña, que vuelve a crecer de manera sana, reemplazando con el tiempo a la parte dañada. Conforme la uña va creciendo sana con el tratamiento, el dermatólogo corta la parte más distal, recuperando poco a poco la forma y el tamaño normales.
Prevención
Ambos especialistas reiteran la importancia de seguir las siguientes pautas para evitar la aparición de hongos en las uñas:
–Secar bien la piel y la zona entre los dedos después de baños y duchas.
–Evitar el calzado que no transpira.
–Cambiar los calcetines a diario y dejar secar el calzado húmedo.
–Si se sufre excesiva sudoración en los pies, utilizar productos para mantenerlos lo más secos posible.
–Usar chanclas en baños y duchas públicas.
–Evitar el uso prolongado y continuo, sin descanso, de esmaltes, así como los llamados esmaltes permanentes.
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