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«La vacuna del VPH ha logrado un descenso del 86% de los casos de cáncer de cérvix»

Noticia publicada en El Progreso

Es el tercer proceso oncológico en cuanto a incidencia entre las mujeres españolas, pero es un tumor que se puede prevenir, algo en lo que incide la doctora Luz Marina Márquez y que se recordará durante la jornada conmemorativa de este martes.

La mayoría de los cánceres de cuello de útero están causados por un virus, el VPH (virus del papiloma humano), que también está tras numerosos procesos oncológicos de ano, vulva y orofaríngeos. La Sociedad Española de Oncología Médica (Seom) sitúa el cáncer de cuello de útero como el tercero en cuanto a incidencia entre las mujeres en nuestro país. Su informe ‘Las cifras del cáncer en España 2023’ la cuantifica en 2.300 casos anuales, con una supervivencia del 65% a los cinco años. Pero este tumor se puede prevenir, como recuerda la doctora Luz Marina Márquez, especialista en Ginecología en el Hospital Ribera Polusa.

¿Cuáles son las características del cáncer de cuello de útero?

Es un cáncer que se debe a la multiplicación anormal de células (tumor maligno) en el cuello de la matriz, que pueden invadir los tejidos y órganos vecinos. El tumor se desarrolla en la porción más baja del útero. 

Al ser un virus el agente causal más importante, ¿evitando entrar en contacto con este se podría eliminar el riesgo de sufrirlo?

No totalmente, porque el VPH causa solo uno de los tipos de cáncer –aunque sea el más frecuente, el responsable de un 90% de los casos– y hay otros tipos. 

¿Cuáles son las principales medidas preventivas?

¡Relaciones sexuales con sentidiño! En este caso se aplicarían las mismas medidas de prevención que para las enfermedades de transmisión sexual, pues la infección por VPH se encuentra en esta categoría: inicio tardío de la vida sexual, monogamia, conocer a la pareja y uso del preservativo. Otras medidas son la vacunación contra el VPH, someterse a revisiones ginecológicas periódicas para hacer las pruebas de cribado y acudir al ginecólogo si hay un resultado adverso de las pruebas de cribado.  

¿Este tumor presenta algún síntoma que pueda alertar a la mujer de que algo no está yendo bien?

Generalmente es asintomático en etapas tempranas y, cuando la enfermedad ha avanzado, se puede dar sangrado vaginal de características diferentes al patrón habitual (abundante, maloliente, doloroso), sangrado después de la menopausia, sangrado vaginal posterior a las relaciones sexuales o sangrado en mitad del ciclo menstrual. También puede provocar dolor pélvico, ya sea espontáneo o a raíz de las relaciones sexuales, o dificultades para orinar o para defecar.  

El cáncer de cuello uterino es asintomático en su etapa inicial. Después pueden aparecer sangrados vaginales, dolor pélvico o dificultad para orinar o defecar

¿Qué tratamientos se aplican para el cáncer de cuello de útero?

El tratamiento varía según la extensión de la enfermedad: desde cirugías que la eliminan si está muy al principio, hasta grandes cirugías en la enfermedad avanzada; radioterapia; quimioterapia; terapia dirigida e inmunoterapia. 

¿Cómo han influido los cribados en la consecución de un diagnóstico temprano?

Desde que se han implantado las campañas de cribado y vacunación, la cantidad de casos de cáncer de cuello uterino ha bajado hasta en un 70% en los países desarrollados. La tasa de mortalidad del cáncer cervical también ha disminuido, ya que en la enfermedad temprana hasta el 91% de los casos sobreviven a los cinco años.

¿Se puede hacer ya una valoración del resultado de haber incluido la inmunización contra el VPH en los calendarios oficiales de vacunación? 

Sí, ya existen algunos estudios publicados acerca de este tema, que calculan una disminución de un 86% de los casos de cáncer cervicouterino gracias a la vacunación. 

Cuando este cáncer no se detecta en una fase inicial, ¿cuáles son los porcentajes de supervivencia?

La tasa de supervivencia para el cáncer de cérvix es de un 59% para el estadio II (localmente avanzado, limitado a la pelvis), 37% para el estadio III (el tumor ha avanzado a órganos vecinos como la vejiga y el recto) y de un 18% para el estadio IV (la enfermedad está diseminada en partes lejanas a la pelvis).