El dolor de espalda es una queja común y uno de los problemas que más consultas médicas ocasiona. Morelva Piñeiro, rehabilitadora en Ribera Polusa, explica que la mayor parte de las veces el diagnóstico será «lumbalgia».
La lumbalgia se define como «un dolor en la región más baja de la columna vertebral, la lumbar. Normalmente el dolor lumbar agudo es derivado de una lesión, mientras que el que permanece durante más de tres meses se considera crónico y ya no se debe tanto a daño o lesión, sino que está ligado a las consecuencias postlesión. En un 5-10% de las personas que sufren dolor lumbar agudo, este se cronifica», explica la doctora Morelva Piñeiro, médica rehabilitadora en Ribera Polusa.
¿Por qué se desencadena una lumbalgia?
La mayoría de las veces no conocemos la causa exacta del dolor. Generalmente este es multifactorial, ya que junto al daño biológico existen asociados factores sociales, psicológicos y económicos.
Partiendo de que cada caso es distinto, ¿se puede hablar de una duración media?
Normalmente, la fase aguda responde a una medicación analgésica que será adecuada al grado de dolor. Es importante tomar esta medicación para evitar generar ‘memoria de dolor’ o miedo al movimiento, pues así podríamos cronificarlo. Si el dolor dura más de tres meses hay que cambiar su manejo, siendo importante recuperar la actividad lo antes posible.
En la fase aguda es importante tomar la medicación pautada para evitar que se genere ‘memoria de dolor’
Precisamente, ante un episodio de dolor agudo hay quien insta a guardar reposo y quien aboga por la movilización inmediata. ¿Qué les aconseja a sus pacientes?
En un dolor lumbar agudo es conveniente guardar un reposo relativo, pero no interesa mantenerlo mucho tiempo: en cuanto sea posible hay que recuperar la actividad física y la vida laboral, pues una de las características del dolor lumbar crónico es el síndrome de desacondicionamiento o deshabituación física. Esto quiere decir que al disminuir la actividad hay también una disminución de funcionalidad física (pérdida de flexibilidad, fuerza muscular y resistencia), funcional (miedo a la actividad y disminución de la movilidad, alterando las actividades de la vida diaria, incluidas laborales, de ocio…) y psíquica (depresión, ansiedad).
Aunque el dolor puede presentarse a cualquier edad, ¿existe mayor propensión en alguna etapa?
Casi todas las personas tendrán dolor de espalda en algún momento de su vida. La prevalencia en España es de cerca del 20%, siendo mayor en mujeres. El grupo de edad más frecuente se sitúa entre los 31 y los 51 años.
El grupo de edad en el que más casos se registran es en el de 31 a 51 años
¿Hay más casos asociados a trabajos sedentarios o a los que exigen esfuerzo físico?
No está muy claro, pues a pesar de haberse reducido las cargas físicas en los trabajos de esfuerzo, de la ergonomía, de la mecanización y del uso de ayudas técnicas, no hay los resultados esperados. La incapacidad por dolor lumbar es un problema de salud pública.
¿Cuál es la relación entre peso y lumbalgia?
La obesidad puede ser un factor de riesgo para desarrollar dolor lumbar, debido al aumento de carga mecánica y a la disminución de la movilidad de la columna vertebral, algo que junto a otras causas contribuye a la degeneración discal. Lo recomendable es tener un índice de masa corporal (IMC) menor de 25 y, cuando existe dolor lumbar, perder peso hasta un IMC sano mejora al paciente.
Si existe dolor lumbar y exceso de kilos, perder peso mejora al paciente
¿Este tipo de dolor se alivia aplicando calor o frío local?
Depende del tipo de lesión, pero en general en la región lumbar va mejor el calor local seco.
¿Por dónde hay que empezar la rehabilitación?
Debemos saber cómo es el dolor, con qué mejora o empeora… y para eso haremos una exploración física dirigida en la que intentaremos descubrir sus causas. Relacionado con esto, es muy importante saber qué actividades realiza habitualmente el paciente.
Tras esta valoración ya se pueden establecer las pautas a seguir.
Sí, en función de los hallazgos se indica el tratamiento, que puede consistir en el manejo de la ansiedad, realizar una actividad deportiva de forma habitual, ejercicios de tonificación, estiramientos… o incluso fisioterapia individualizada. Es importante que el paciente se implique en su tratamiento de forma activa, y a veces incluso será necesario que cambie hábitos.
La aparatología es una de sus herramientas, ¿con qué se están logrando mejores resultados?
La mayoría de aparatos que se usan en la rehabilitación del dolor lumbar generan calor en el tejido, más o menos superficial. Los tratamientos pasivos en los que el paciente no necesita implicarse son muy a corto plazo y a veces ineficaces, por lo que solo son coadyuvantes en el tratamiento.
Los resultados de los tratamientos pasivos son a muy corto plazo
Siendo tan importante la implicación del paciente, ¿qué normas debe seguir este al resolverse el episodio agudo de lumbalgia para que no se presente de nuevo?
Normalmente se le recomienda ejercicio físico de forma habitual —es importante que le agrade para evitar el abandono—, además de que mejore en muchos casos la vida social y de relación. Cuando hemos tenido dolor lumbar nos damos cuenta de los movimientos que hacemos mal, así que le aconsejamos que mantega una buena ergonomía en su vida diaria.
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