Síntomas y causas
Los bultos asociados con los quistes sinoviales o gangliones se pueden caracterizar por:
Ubicación. Los quistes sinoviales se desarrollan con mayor frecuencia a lo largo de los tendones o articulaciones de las muñecas o las manos. Las siguientes ubicaciones más comunes son los tobillos y los pies. Estos quistes pueden ocurrir cerca de otras articulaciones también.
Forma y tamaño. Los quistes sinoviales son redondos u ovalados y generalmente miden menos de 2,5 centímetros de diámetro. Algunos son tan pequeños que no pueden sentirse. El tamaño de un quiste puede fluctuar, a menudo se hace más grande cuando se utiliza esa articulación para los movimientos repetitivos.
Dolor. Generalmente, los quistes sinoviales son indoloros. Pero si un quiste presiona un nervio – incluso si el quiste es demasiado pequeño para formar un bulto visible – puede causar dolor, hormigueo, entumecimiento o debilidad muscular. Cuando crecen y aumenta la presión dentro del quiste si puede haber dolor a nivel del bulto que se está formando
Nadie sabe exactamente qué causa un quiste sinovial. Los quistes se producen a partir de una articulación o de la vaina que rodea los tendones en la mano y muñeca. Dentro del quiste hay fluido lubricante espeso similar al que se encuentra en las articulaciones o alrededor de los tendones.
Los factores que pueden aumentar su riesgo de tener quistes sinoviales incluyen:
Su sexo y edad. Los quistes sinoviales pueden desarrollarse en cualquier persona, pero ocurren más comúnmente en mujeres entre las edades de 20 y 40.
Osteoartritis. Las personas que tienen artritis por desgaste en las articulaciones de los dedos más cercanas a sus uñas tienen mayor riesgo de desarrollar quistes sinoviales cerca de las articulaciones.
Lesiones en las articulaciones o tendones. Las articulaciones o tendones que han sido lesionados en el pasado tienen más probabilidades de desarrollar quistes sinoviales.
Diagnóstico
Durante el examen físico, su médico puede aplicar presión al quiste para detectar la sensibilidad o la incomodidad. Él o ella pueden tratar de hacer pasar la luz de una pequeña linterna a través del quiste para determinar si es una masa sólida o llena de líquido.
Su médico también podría recomendar pruebas de imagen – como rayos X, ultrasonido o resonancia magnética (RMN) – para descartar otras patologías, como artritis o un tumor. La RMN o ecografía también pueden localizar quistes ocultos.
Un diagnóstico de un ganglión puede ser confirmado por aspiración, un proceso en el que su médico utiliza una aguja y una jeringa para extraer (aspirar) el líquido del quiste. El líquido de un quiste ganglionar será espeso y transparente o translúcido.
Tratamiento
Los quistes son a menudo indoloros, no requieren tratamiento. Su médico puede sugerir un enfoque de vigilancia y espera. Si el quiste causa dolor o interfiere con el movimiento articular, su médico puede recomendar:
Aspiración. En este procedimiento, su médico utiliza una aguja para drenar el líquido del quiste. El quiste puede reaparecer.
Cirugía. Esto puede ser una opción si otros métodos no han funcionado. Durante este procedimiento, el médico quita el quiste y la comunicación con la articulación o tendón. Rara vez, la cirugía puede lesionar los nervios circundantes, vasos sanguíneos o tendones. Y el quiste puede reaparecer, incluso después de la cirugía.
Lo que no se debe hacer como cuentan las antiguas leyendas urbanas sobre estos pequeños bultos tan frecuentes es intentar explotarlos golpeándolos con algún objeto contundente, esto podría provocar lesiones importantes