2 septiembre 2013.- Con el final de las vacaciones de verano, llega el consabido síndrome postvacacional. Lo reconoceremos por sus síntomas: entre otros, tristeza, irritabilidad, apatía, trastornos del apetito, deterioro de las relaciones interpersonales, alteraciones motivacionales, insomnio, falta de concentración, etc.
a responsable de la Unidad de Psicología del Hospital de Molina, Tíscar Rodríguez, ofrece algunas claves para afrontar de manera más positiva la vuelta al trabajo:
Volver de vacaciones varios días antes de la reincorporación al trabajo. Esto nos permite ir acostumbrándonos al ritmo habitual y retomar las actividades diarias.
Coger los ritmos del sueño habituales, al menos una semana antes de volver a la rutina.
Priorizar las tareas. No debemos intentar abarcar de golpe todas las tareas pendientes; para ello, podemos elaborar una agenda con una lista de prioridades.
Retomar las relaciones con los compañeros y equipos. Sería bueno organizar una reunión informal para hablar de las vacaciones, conocer lo que ha pasado en nuestra ausencia y tener claro los asuntos que debemos tratar a lo largo de los próximos días.
Proponernos nuevas metas en nuestro desarrollo profesional.
Combinar el trabajo con una vida personal gratificante, esto es, practicar actividades que nos ayuden a desconectar de la rutina: hacer deporte, salir a pasear, quedar en casa de unos amigos, leer un libro, etc.
Reducir la ingesta de alcohol y cafeína durante los primeros días.
Finalmente, si los síntomas no desaparecen en un mes, solicitar ayuda profesional.
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