Artrosis de la articulación acromioclavicular del hombro
¿QUÉ ES?
La artrosis de la articulación acromioclavicular (AC) es una enfermedad degenerativa de esta articulación.
A medida que una persona envejece y utiliza el hombro, el desgaste normal, o degeneración, del cartílago se lleva a cabo en la articulación. Hay una pérdida de cartílago y, con el tiempo, la articulación se hacen más grandes (hipertrofia), y desarrolla los osteofitos (proyecciones espinosas desde el hueso) alrededor de la articulación. Similar a la artrosis en otras articulaciones del cuerpo, hay dolor e inflamación en la articulación, aunque la artrosis aparece en paciente de edad avanzada, en esta localización en particular puede aparecer en pacientes de mediana edad.
Una consecuencia asociada a la patología inflamatoria acromioclavicular es que al estar esta articulación muy relacionada con los tendones del manguito rotador, un aumento en el volumen articular puede comprimir estos tendones lo cual puede ocasionar un síndrome de atrapamiento subacromial.
CAUSAS:
La principal causa de la artrosis de la articulación AC es el uso. A medida que una persona usa su brazo y el hombro, se hace produce un desgaste en el cartílago. Otra causa es una antigua lesión en la articulación AC, como una luxación o esguince previo. Cualquier actividad que puede ejercer presión sobre la articulación, ya sea normal o excesivo, puede llegar a causar la artrosis.
Las personas que tienen que usar sus brazos por encima del nivel de los hombros por períodos prolongados de tiempo son susceptibles a padecer esta enfermedad, maniobras de elevación constante, tal como las que ocurren en los levantadores de pesas o trabajadores de la construcción pueden aumentar la incidencia de la enfermedad. Otros individuos susceptibles son los atletas que participan en deportes de contacto o participan en cualquier actividad que pudiera resultar en una caída sobre el extremo del hombro. Cualquier fuerza contundente sobre el hombro en el curso del trabajo, las actividades del hogar, o un accidente puede causar, con el tiempo, una osteoartrosis de la articulación AC.
DIAGNOSTICO
El paciente consulta por dolor en la parte superior del hombro, normalmente que aumenta con la movilización del hombro, pero otras veces también aparece dolor en reposo o al acostarse de lado. No existe una prueba exploratoria específica pero el dolor a la presión sobre la articulación es muy sensible para esta patología.
Normalmente con una radiografía simple es suficiente para establecer el diagnóstico, observaremos la presencia de osteofitos y la disminución del espacio articular. En algunos casos se solicitaran otras pruebas complementarias como la ecografía o la resonancia magnética, muchas veces para descartar o confirmar otras lesiones asociadas en el hombro.
TRATAMIENTO:
1. Fisioterapia para disminuir la inflamación y recuperar el rango de movimiento
2. Los analgésicos y antiinflamatorios
3. Las infiltraciones en la articulación dolorosa – esto normalmente proporciona un alivio temporal. En procesos agudos derivados de un traumatismo o sobrecarga en personas jóvenes pueden ser eficaces para resolver el problema. Se pueden usar infiltraciones de corticoides, ácido hiaulorónico o plasma rico en plaquetas.
4. Cirugía – requerida para la enfermedad avanzada, con dolor no controlado con analgésicos, fisioterapia e infiltraciones.
Los tipos de cirugía:
Escisión de la articulación AC. Se quita el extremo distal de la clavícula sin tocar los ligamentos que la mantienen en su posición. Esto se puede realizar como un procedimiento abierto o por artroscopia. Nosotros preferimos realizar esta vía artroscópica por varias razones: la técnica artroscópica permite una visualización de toda la articulación del hombro y el espacio subacromial ya que con frecuencia la artrosis del hombro se asocia con otras patologías como por ejemplo las roturas de los tendones del manguito rotador que podemos reparar en el mismo acto quirúrgico. La artroscopia permite un postoperatorio menos doloroso y permite una movilización precoz ya que no tenemos que tocar el músculo deltoides.
Diego Giménez Belmonte
Jefe de servicio de Cirugía Ortopédica y Traumatología
Hospital de Molina