29 septiembre 2014.- Con motivo del Día Mundial del Corazón, que se celebra hoy 29 de septiembre, el Hospital de Molina recuerda que la mayoría de las enfermedades cardiovasculares están causadas por factores de riesgo que pueden ser controlados, tratados o modificados. De manera que cada persona puede tomar medidas para reducir su riesgo y el de su familia. El Hospital de Molina dispone de Unidades de Cardiología, Dietética y Nutrición que, en palabras del Director-Gerente, Pedro Hernández Jiménez, “trabajan día a día para mejorar la salud cardiovascular de los pacientes que ya han desarrollado una patología y para orientarles en una serie de hábitos saludables que permiten optimizar la salud de los ciudadanos de nuestra ciudad y nuestra comarca. Además, desde nuestro Centro Hospitalario trabajamos en dos proyectos de investigación en colaboración con el Ayuntamiento de Molina, el Ministerio de Sanidad y el Servicio de Murciano de Salud, que contribuirán a mejorar la salud de nuestros habitantes, evitando la aparición de patologías en un órgano tan vital y crítico como es el corazón”.
Según la Fundación Española del Corazón (http://www.fundaciondelcorazon.com), la enfermedad cardiovascular (ECV) es la causa número uno de muerte en todo el mundo, llegando a causar 17,3 millones de muertes prematuras. Se calcula que esta cifra puede alcanzar los 23 millones en el año 2030. El objetivo de la Organización Mundial de la Salud (OMS) es reducir un 25% la mortalidad prematura por ECV en 2025.
Para conseguirlo, entre otras acciones, es fundamental modificar los factores de riesgo y seguir el siguiente decálogo (http://www.fundaciondelcorazon.com/prevencion/decalogo-de-la-vida-sana.html):
Practica una alimentación cardiosaludable: equilibrada y variada. Las frutas, verduras, hortalizas, pescado, aceite de oliva, carnes magras, cereales y lácteos desnatados no deben faltar en tu cocina. Recuerda: sal, azúcares y alcohol sólo en pocas cantidades.
Dedica 30 minutos diarios a ejercitar tu cuerpo. Elige el ejercicio que más se adapte a tu condición física: caminar, bailar, correr, actividades al aire libre… ¡Muévete por tu salud!
No fumes. Y si lo haces, ¡déjalo ya! Aun fumando poco se multiplica el riesgo de sufrir ataques cardiacos o cerebrales. Busca ayuda si no puedes dejarlo solo. Tu médico evaluará tu estado y te aconsejará sobre cómo conseguirlo. ¡Querer es poder!
Controla tu peso. Mide tu Índice de Masa Corporal (IMC). Es fácil: divide tu peso en kilos entre tu altura en metros elevada al cuadrado. Si el resultado es mayor de 25 kg/m² se considera sobrepeso. Por encima de 30 kg/m² es obesidad.
Vigila la grasa acumulada en el abdomen, ya que es peligrosa para el corazón. Mide tu perímetro abdominal a nivel del ombligo. En la mujer debe estar por debajo de 88 cm y en los hombres por debajo de 102 cm.
Comprueba tu tensión arterial. Si eres una persona sana verifica anualmente que tu tensión sigue por debajo de 140/90 mmHg. Si eres hipertenso también debes mantenerte por debajo de estas cifras. Si ya has sufrido un problema cardiovascular, cerebrovascular, renal o eres diabético, tu tensión tiene que estar por debajo de 130/80 mmHg. En estos últimos casos, los controles y medidas preventivas han de ser continuos.
Revisa tus niveles de colesterol y glucosa. La mejor manera de mantenerlos a raya es seguir una dieta sana y hacer ejercicio. Si tras un análisis en ayunas tus cifras están por encima de 190 mg/dl de colesterol total y 110 mg/dl de glucosa, debes consultar con un especialista.
Conoce tu riesgo cardiovascular y cuál debe ser tu estilo de vida. Acude al médico con un examen físico y tus antecedentes personales y familiares. Consúltale todo lo que quieras: qué dieta seguir, qué ejercicios hacer, qué factores pueden perjudicar tu salud… Actuar a tiempo es la clave para reducir los peligros.
Comparte tus dudas y problemas. Intercambiar experiencias te permite aprender y dar ejemplo para que otras personas se interesen por cuidar su corazón. Recuerda también que tu familia puede ser un gran estímulo y apoyo para superar cualquier dificultad en el cumplimiento de los objetivos de salud. ¡Cuenta con ellos!
Aprende a controlar tu estrés y ansiedad. El aumento de tensión emocional es peligroso para el corazón. El estrés en casa y en el trabajo hace más difícil seguir un estilo de vida cardiosaludable. ¡Relájate!
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