Qué es el presbivértigo

¿Te has dado cuenta de que las personas mayores tienen menos equilibrio? ¿Por qué de repente tus padres o tus abuelos pierden el equilibro al levantarse rápido o subir un escalón? ¿Por qué les desaconsejamos que se pongan encima de una silla o escalera? Tal y como explica la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello, el presbivértigo es el trastorno del equilibrio asociado al proceso de envejecimiento.

“Debido al deterioro global que se produce con la edad, los receptores vestibulares se ven afectados y el equilibrio es menos eficiente en el procesamiento de la información y en la ejecución de respuestas motoras para mantener la postura corporal”, asegura esta entidad. El término presbivértigo hace referencia a procesos degenerativos propios de la edad, que afectan a la función vestibular.

Por eso las personas mayores tienen esa sensación de desequilibro de forma más habitual que el resto de adultos, y una sensación de inestabilidad crónica que en ocasiones puede provocar caídas y en la mayoría de casos, les genera una fuerte inseguridad en según qué actividades que, hasta hacerse mayores, realizaban con total normalidad. Incluso en aquellas personas que mantienen una buena forma física y disfrutan de una salud de hierro.

Síntomas del presbivértigo

En ocasiones esta pérdida de equilibro va acompañada de otros síntomas como mareos e incluso angustia o vómitos, pero los signos principales que alertan del presbivértigo son:

• Síndrome vestibular crónico (mínimo tres meses de duración) con al menos dos de los siguientes síntomas:
  • Inestabilidad
  • Alteraciones de la marcha
  • Mareo crónico
  • Caídas recurrentes

• Hipofunción vestibular bilateral periférica leve
• Edad superior a los 60 años
• Síntomas que no pueden ser atribuibles a otra enfermedad

Tratamiento del presbivértigo

El tratamiento recomendado es multidisciplinar y pasa por ejercicios específicos, entrenamiento y la creación de entornos seguros. El objetivo tiene que ser siempre reducir los riesgos asociados a la pérdida de equilibrio de estos pacientes, buscar la compensación central y así disminuir la inestabilidad y el riesgo de caídas e incorporar al paciente a sus actividades habituales.

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