La salud de nuestros oídos en verano

El departamento de Otorrinolaringología del Hospital de Torrevieja alerta de las atenciones que hay que prestarle a nuestros oídos especialmente en verano. Y es que ,desafortunadamente en esta época son frecuentes las otitis y otras infecciones en nuestros oídos.

Los baños tanto en la playa como en piscina y el aire húmedo que abunda en las zonas costeras contribuyen a que especialmente los pequeños sufran infecciones en sus oídos. Y es que el 60% de los casos atendidos corresponde a niños de entre 2 y 12 años, éstos además poseen un conducto auditivo más pequeño que les produce fiebre e inflamación de la piel.

La comúnmente llamada otitis es una inflamación del oído que afecta al conducto auditivo externo, el tubo que va desde el tímpano hasta la oreja. Esta otitis es también conocida como “oído de nadador” y afecta tanto a niños como a adultos. Su  desarrollo se ve favorecido por la humedad, la excesiva limpieza del oído, la manipulación con bastoncillos u otros instrumentos, heridas en el conducto, el contacto con sustancias químicas irritantes como sprays de pelo, tintes y problemas de la piel del canal como eczema o dermatitis. Los pacientes diabéticos y con otras enfermedades, que producen una disminución de las defensas, tienen más posibilidades de desarrollar este tipo de infecciones.

Para la Dra. Marta Arroyo, especialista en otorrinolaringología y Jefe de Servicio del Hospital de Torrevieja, indica  la importancia de realizar una labor de preventiva para evitar este tipo de patologías, por ello, alega que “debe evitarse la manipulación de los oídos con bastoncillos, prescindir de baños en zonas contaminadas, no realizar el lavado frecuente de los oídos con jabón y mantenerlos secos cuando sea necesario. Así, se pueden utilizar tapones de oídos para el baño, o bien secar el oído después del baño con una toalla o inclinando la cabeza a un lado, e incluso, utilizando un secador de pelo con aire templado”.

Varios son los gérmenes que provocan la otitis, éstos crecen en la piel del conducto auditivo externo, lo que provoca una inflamación con dolor intenso, sensación de taponamiento y sordera. Para tratar este tipo de infecciones, debemos tener un componente analgésico para frenar el dolor, y un antibiótico tópico aplicado dentro del oído con el fin de erradicar la infección. En los casos más leves con gotas tópicas con ácido acético o compuestos bóricos será suficiente, sin embargo en otros casos, el médico le recomendará compuestos con antibióticos con o sin corticoides.

Otra recomendación es que si contraemos la infección  durante al menos una semana, evitemos el contacto de los oídos con el agua, para así garantizar una óptima recuperación.