Desmontando el mito: ¿el frío realmente nos enferma? Consejos para un invierno saludable

Con la llegada de diciembre y la bajada de las temperaturas, una frase se repite en casi todos los hogares: “¡Abrígate, que te vas a poner malo por el frío!”. Este consejo, que ha pasado de generación en generación, es uno de los mitos más arraigados de la sabiduría popular. Pero ¿es el frío el verdadero culpable de los resfriados, las gripes y otras infecciones invernales?

En esta entrada al blog del grupo sanitario Ribera vamos a intentar desmitificar esta creencia, aunque el frío sí que afecta a nuestro sistema inmunológico, como luego veremos. También vamos a darte las claves para mantener a tu familia protegida en esta época del año, sobre todo en estas fechas, que es temporada de gripe, de la mano del doctorJose Ramón García López, jefe del Servicio de Pediatría del hospital Ribera Juan Cardona (Ferrol).

Los verdaderos culpables: virus y bacterias, no el termómetro

El doctor García López lo tiene claro: «El frío en sí mismo no es una causa directa de enfermedad salvo temperaturas extremas. Aunque sí es cierto que ocasiona parálisis y mal funcionamiento de nuestras barreras defensivas que nos protegen de las infecciones.»

Es decir, la bajada de temperaturas puede debilitar temporalmente nuestras defensas, pero los responsables de que caigamos enfermos son siempre los virus y las bacterias. Estos microorganismos son los que aprovechan ese momento de vulnerabilidad.

En esta época del año, además, se incrementan los contactos en espacios cerrados (oficinas, casas y reuniones navideñas). Esto, sumado a la concentración de niños en lasaulas, facilita la transmisión de enfermedades.

Las afecciones más comunes

Con el incremento de la convivencia en espacios interiores, es habitual la visita en consulta de pacientes con:

  • Catarros y gripes
  • Laringitis y otitis
  • Conjuntivitis
  • Gastroenteritis
  • La enfermedad de boca-mano-pie

¡No hay fórmulas mágicas! Pero la prevención es importante

Evitar al 100% las infecciones es prácticamente imposible, pero sí podemos reducir su incidencia. Las claves no están en costosos suplementos, sino en hábitos sencillos y cotidianos que impactan directamente en nuestro sistema inmune.

1. Higiene y más higiene

La medida más efectiva es la higiene de manos. Este simple gesto es la principal barrera para muchas infecciones respiratorias y digestivas. Además, en el ámbito escolar (y aplicable a todos los espacios de convivencia), el doctor García López recalca la importancia de unas aulas y espacios de trabajo bien ventilados y limpios.

2. Hábitos Saludables: el refuerzo natural

Ante la saturación de anuncios sobre complementos vitamínicos, el especialista del hospital Ribera Juan Cardona es contundente: «No existen fórmulas mágicas ni maravillosas para actuar sobre la inmunidad en personas sanas. Una buena alimentación junto con el deporte y la higiene son los factores determinantes de una buena salud».

Asegurar un buen descanso y llevar una vida activa son los pilares fundamentales para mantener un sistema inmunológico fuerte, mucho más que cualquier pastilla.

3. Suplementos y probióticos: consulta siempre a tu médico

Si bien una alimentación adecuada suele ser suficiente, hay casos en los que se considera el uso de suplementos o probióticos.

«Los probióticos, macroorganismos vivos, tales como bacterias y levaduras son beneficiosos, sobre todo, en personas que están tomando antibióticos y/o personas con alteraciones intestinales. De todos modos, para tomar probióticos siempre se debería estar indicado por un facultativo, pues no siempre son inocuos y no todos los probióticos son iguales», recuerda el especialista.

En resumen. No enfermamos porque haga frío, sino porque entramos en contacto con un virus o bacteria. La mejor forma de protegernos este invierno no es solo abrigándonos (que ayuda a mantener el confort térmico), sino adoptando hábitos de vida saludables y manteniendo una higiene impecable.

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