Desde el servicio de Cardiología de Povisa nos explican por qué se produce un infarto de miocardio y los pasos a seguir en caso de que suceda. Además, ayudan a identificar un infarto, explicando sus síntomas, y proponen una serie de pautas para prevenirlo.
CARDIOPATÍA ISQUÉMICA: QUÉ ES
Para que el corazón funcione necesita que le llegue riego sanguíneo. Éste llega a través de unas arterias que se disponen alrededor del corazón formando una corona y que por eso se llaman coronarias. Con el paso de los años, y de una forma más acelerada en presencia de determinados factores de riesgo, las paredes de las arterias se enferman con lo que llamamos aterosclerosis. La cardiopatía isquémica es la enfermedad del corazón que se ocasiona cuando el riego es insuficiente. La cardiopatía isquémica se debe generalmente a una enfermedad coronaria, es decir, cuando las arterias que riegan el corazón (coronarias) tienen obstrucciones por aterosclerosis.
PREVALENCIA Y FACTORES DE RIESGO
Se trata de la primera causa de muerte en adultos en países desarrollados (más de cuatro millones al año en Europa, es decir casi la mitad del total de fallecimientos), pero también en países en vía de desarrollo. Hay muchos factores de riesgo cardiovascular, algunos no modificables, como la edad. Los factores de riesgo cardiovascular modificables más importantes son el colesterol, el tabaco, la hipertensión y la diabetes. Debemos centrar nuestro esfuerzo en su control, especialmente si ya hay aterosclerosis.
INFARTO vs ANGINA DE PECHO
El dolor que se produce en el pecho por isquemia, se llama angina de pecho. Cuando la isquemia es muy importante y dura el tiempo suficiente (15 o 20 minutos), se produce muerte de algunas células del corazón, es decir, daño miocárdico. Al daño miocárdico por isquemia se le llama infarto de miocardio.
SÍNTOMAS
Los síntomas típicos son la opresión en el centro del tórax (dolor torácico) que a veces se irradia a los brazos, la espalda, la mandíbula o la región encima del estómago. En ocasiones se acompaña de sudoración, palidez y náuseas. A veces se nota dificultad para respirar o mareo. Pero estos síntomas son muy variables y a veces incluso puede haber un infarto sin ningún síntoma.
PREVENCIÓN
Un estilo de vida saludable, con un alimentación equilibrada y variada y la realización de ejercicio de manera regular, son las claves para prevenir esta enfermedad. Igual de importante es la deshabituación tabáquica, la reducción o eliminación del consumo de alcohol y el control de factores de riesgo (como la diabetes, la hipertensión o la obesidad). Podemos intentar retrasar la progresión de la aterosclerosis si controlamos los factores de riesgo que la producen:
- Tabaco: es el factor de riesgo más importante y se debe suprimir. Especialmente si hay asociados otros factores de riesgo o en las mujeres que toman anticonceptivos.
- Colesterol: es importante mantener un estilo de vida saludable y en algunos casos, cuando el riesgo es alto, es conveniente tomar fármacos (esto debe determinarlo el médico). En cuanto a la dieta, deberíamos eliminar la bollería industrial, las comidas precocinadas y los aceites recalentados, y comer más pescado que carne –la carne blanca mejor que la roja-, mucha fruta, verdura y legumbres. Y no creernos todo lo que nos cuenten: no existe ningún estudio que demuestre que un alimento concreto, un yogur, unas hierbas o un producto «natural», disminuyen el riesgo de infarto.
- Hipertensión: son fundamentales los controles periódicos con nuestro médico y mantener una alimentación sin sal.
- Diabetes: Mantener los controles médicos y seguir sus recomendaciones al respecto.
TENGO UN INFARTO? ¿QUÉ HAGO?
Ante la sospecha, debemos solicitar asistencia médica inmediata, ya que la inmensa mayoría de las muertes se producen en los primeros minutos. Con asistencia médica se puede evitar un porcentaje muy elevado de fallecimientos.
Los pasos que dan los médicos cuando un paciente acude por sospecha de infarto están muy establecidos, para no hacer pruebas de más que podrían suponer un riesgo, pero para disminuir al mínimo la posibilidad de que un infarto pase desapercibido.
El médico nos hará un electrocardiograma. Si se ven alteraciones que sugieren una obstrucción completa de una arteria, se procede a la cirugía para abrir esa arteria antes de que el daño sea muy grande, generalmente haciendo un cateterismo. También se harán analíticas, con las que se determinaría si en la sangre hay unas proteínas que sólo existen en el corazón, lo que significaría que hay daño miocárdico (infarto). Si la determinación de esas proteínas es repetidamente normal, se descarta el infarto. Si se confirma el infarto, lo más probable es que todo vaya bien, que el ingreso sea corto y que se nos prescriban fármacos. Tomarlos, no fumar, mantener un estilo de vida saludable, está en nuestra mano. Si lo hacemos, es muy probable que podamos hacer una vida normal el resto de nuestra vida.