Es el único centro hospitalario de Galicia que evalúa, controla y trata de forma periódica el sufrimiento de los pacientes ingresados
Povisa continúa dando pasos para erradicar el dolor de las personas hospitalizadas. Desde hace un año, aplica a todos los pacientes ingresados un protocolo de evaluación, control y tratamiento periódico del dolor, que tiene como principal objetivo evitar el sufrimiento de los enfermos.
La implantación de este sistema, desarrollado íntegramente en el hospital, ha reducido a más de la mitad las posibilidades de que el paciente padezca dolor, según se extrae de los primeros resultados obtenidos.
Los datos señalan que el 73% de las personas que acuden a Urgencias padecen algún grado de dolor, presente también en más del 50% de las consultas médicas, y apuntan a que más del 80% de los usuarios hospitalizados es susceptible de sufrirlo en algún momento del ingreso.
Formación especializada
Para la creación de este protocolo se ha implicado a todas las especialidades médicas, quirúrgicas y al servicio de Enfermería de nuestro hospital, y ha sido necesaria la formación con cursos acreditados para 320 facultativos y enfermeros.
Con su puesta en marcha, se consigue controlar el dolor como una constante vital más en todos los pacientes. Cuando cuando una persona ingresa en Povisa, los sanitarios llevan a cabo una primera evaluación, a través de información suministrada por el propio paciente, cuyas respuestas quedan registradas en el sistema informático del hospital, lo que hace posible un correcto seguimiento de su evolución.
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El Dr. Jorge Sobrino, jefe de la Unidad del Dolor, y María Antonia Muñoz, directora de Enfermería del Hospital Povisa, coordinadores del programa.
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El grado de sufrimiento se mide mediante una escala validada por las sociedades científicas, con calificaciones que oscilan entre los valores cero y cuatro–cero (dolor soportable); uno (dolor leve); dos (moderado); 3 (intenso); cuatro (insoportable)-, y la periodicidad en el seguimiento se establece en función del grado de dolor. En el caso de que el dolor no remita, los pacientes son derivados a nuestra Unidad del Dolor.
Desde que se implantó el programa en septiembre de 2010, alrededor de 16.000 pacientes se han beneficiado ya de sus resultados.