La pandemia de Covid-19 ha hecho aflorar la solidaridad de cientos de personas, empresas y entidades de todo tipo que, sin dedicarse al ámbito sanitario, no han querido ponerse de perfil y han aportado su granito de arena para combatir al virus.
La reconversión de empresas automovilísticas en factorías que crean respiradores, la transformación de la industria textil para fabricar miles de mascarillas, la unión de la Universidad con el sector naval para crear pantallas protectoras, la utilización de impresoras 3D domésticas e industriales para elaborar pantallas de protección… o los necesarios «salva orejas» que precisan los profesionales para trabajar mejor con las mascarillas…
Son incontables las iniciativas que se han puesto en marcha, como también lo son las aportaciones que han llegado durante estas últimas semanas al hospital Povisa.
Es imposible citar todas, pero todas, hasta la que podría parecer más insignificante a primera vista, ha sido una gran aportación para los profesionales y el equipo que conforma Povisa. No cabe duda de que todos los gestos de solidaridad y apoyo, sin excepción, han contribuido a aligerar el peso de la lucha contra el Covid-19 y reconfortar a los profesionales.
Entre los apoyos, la labor del equipo de la Unidad Militar de Emergencias y de los Bomberos de Vigo, desinfectando los accesos al hospital periódicamente desde que se decretó el estado de alarma, el pasado 14 de marzo.
En medio de la incertidumbre ante la amenaza de un virus desconocido, han sido muchos los que se han acordado de los profesionales que trabajan en el hospital Povisa, algunos de ellos con homenajes a través de fotografías y canciones dedicadas al personal de limpieza, de hostelería, urgencias… Gestos de solidaridad entre los propios compañeros, pero también procedente de pacientes, instituciones y empresas del área sanitaria. Los vídeos se convirtieron en virales en las redes sociales y también están disponibles en el perfil de Youtube de Povisa, sumando miles de visitas en estos dos meses. Y, todo, sin olvidar tampoco las emotivas cartas escritas por niños y mayores destinadas a los pacientes.
Al hospital Povisa, a lo largo de estas semanas han llegado galletas, roscones, fruta, almuerzos y ensaladas para hacer más agradables los turnos del personal de Urgencias y los diferentes servicios.
También ha llegado una importante cantidad de material de protección, como las pantallas elaboradas por Galicia Makers -una increíble iniciativa a escala global que ha donado material creado por jóvenes en sus domicilios con impresoras 3D- , la Plataforma Galicia – Escudo Covid 2019 -que cuenta con la participación de Asime y la Universidad de Vigo- o por los propios compañeros del hospital, como las enfermeras integrantes de la iniciativa «Banco de Mascarillas de Vigo», que recogieron material de protección que luego han compartido con el resto de trabajadores.
Las muestras de apoyo y afecto han sido incontables y detrás de cada una de ellas hay una historia de solidaridad y trabajo para poder reunir el material que luego se ha donado de forma altruista. Como ejemplo, la peña celtista Tropas de Breogán, que emprendió una campaña de micromecenazgo para recaudar dinero con el que apoyar a las residencias y asociaciones pero que también tuvo un gesto con Povisa donando varios litros de soluciones hidroalcohólicas.
También la de un particular, hijo y pariente de varios trabajadores del hospital, que hizo llegar un lote de un millar de mascarillas acompañado de una emotiva carta en el que agradecía la dedicación de su madre y sus primos en la lucha diaria contra el Covid-19 y durante todo el año en el hospital.
Mientras tanto, la esperanza se fue poco a poco abriendo camino, con festejos de cada alta de la UCI -la primera, de una mujer de 87 años-, y, al poco tiempo, altas también en planta de pacientes curados de Covid-19, entre ellos nuestra compañera Beatriz, enfermera, que estuvo ingresada
12 días y cuya alta fue celebrada con una gran ovación por parte de sus compañeros. También José Luis y su mujer, que compartieron habitación y que celebraron el 74 cumpleaños de él en aislamiento pocas horas antes de recibir el alta.
Y a los emotivos aplausos del interior, también le acompañaron a diario los reconfortantes homenajes de las ocho de la tarde, una cita a la que acudieron los vecinos del entorno de Povisa pero también los pacientes, los propios profesionales y también los servicios de emergencias que a menudo se acercaron con sus vehículos y encendiendo las sirenas para mostrar su apoyo.