La lumbalgia está considerada una de las principales causas de discapacidad en personas mayores de 50 años y los datos señalan que afecta al 85% de la población al menos una vez en la vida. Luis Puente, traumatólogo de Povisa, explica los síntomas y tratamientos.
¿Por qué se produce el dolor lumbar?
El dolor lumbar, la lumbalgiao, como se dice popularmente, el lumbago, es una de las patologías más comunes en nuestro área. Existen múltiples causas por las que se puede producir esta patología; las más comunes suelen ser patologías más leves y estar relacionadas con contracturas y debilidad en la musculatura lumbar. Otra de las más comunes es la artrosis vertebral (el tan famoso “desgaste”). Otras causas que produce dolor en esta zona son las hernias discales, estenosis de canal o la inestabilidad vertebral.
¿Qué debe hacer la persona que comienza a sentir este dolor lumbar?
Quizás lo primero es pararse a reflexionar si existe algún motivo por el que empiece ese dolor (como el cargar pesos o los esfuerzos repetidos) e intentar atajarlo. Intentar darle algo de reposo y tomar un ciclo de antiinflamatoriospara calmar el dolor.
Si ese dolor persiste, debe acudir al traumatólogo para realizar una exploración y los estudios necesarios para establecer el tratamiento y las pautas necesarias.
¿Qué factores deben darse para hablar de lumbalgia crónica?
El hecho de que una patología sea aguda o crónica, en traumatología normalmente se establece según la duración de los síntomas. Solemos considerar que una patología es crónica cuando los síntomas continúan presentes unas seis semanas después del inicio del cuadro. Sin embargo, existen patologías crónicas de la columna como la artrosis o la estenosis de canal en las que se suman la existencia de reagudizaciones puntuales, que necesitarán un reajuste del tratamiento.
¿Podemos hablar de diferentes estadios de la lumbalgia?
Más que de diferentes estadíos de lumbalgia, quizás lo que más importa diferenciar es entre una lumbalgia localizada o una lumbalgia que irradia hacia miembros inferiores (ya sea en forma de dolor, hormigueos, calambres…). Una lumbalgia localizada suele indicarnos la existencia de problemas con una etiología más mecánica, mientras que el dolor irradiado hacia los miembros inferiores está más relacionado con patologías que irriten los nervios que van hacia las piernas o que disminuyan el tamaño del canal espinal.
¿Podemos prevenir la lumbalgia? ¿Qué consejos debemos seguir?
Hay dos palabras que siempre les digo a mis pacientes: “sentido común”. Lo principal para mantener una espalda lo más sana posible es, cuidarla. Lo ideal sería evitar coger pesos, esfuerzos que impliquen la flexión del tronco. Intentar sentarse bien y tener una buena postura. El ejercicio físico que implique el fortalecimiento de la musculatura lumbar y abdominal también ayudará a tener menos dolor.
Otros de los problemas que más influyen es el peso corporal; hay que intentar evitar tanto el sobrepeso como la obesidad ya que cuanto más peso tenga que soportar nuestra columna, más fácil es que “claudique” y empiecen los síntomas.
¿Cuál es el tratamiento para el dolor lumbar? ¿En qué casos se aplica cirugía?
Lo primero que se intenta siempre en el dolor lumbar es un tratamiento conservador. Va a depender del tipo de patología que estamos tratando. Lo básico en un momento agudo es el reposo, tratamiento analgésico y antiinflamatorio –se podrá añadir algún relajante muscular cuando hay contracturas asociadas-.
Además, existen patologías como la hernia discal o la estenosis de canal que pueden tener un componente de dolor neuropático, casos en los que habría que añadir tratamiento específico. Una vez pasado el momento agudo, estaría indicada la ayuda de un buen tratamiento rehabilitador junto con el fortalecimiento de la musculatura. Como tratamientos complementarios están los diferentes tipos de infiltraciones que pueden ayudar en el control de los síntomas.
Si el tratamiento conservador fracasa, atenderemos a la cirugía. Existen otras indicaciones que equilibran más la balanza hacia un tratamiento quirúrgico aunque haya transcurrido poco tiempo del tratamiento conservador, como son las inestabilidades vertebrales o la pérdida de fuera y/o sensibilidad.
Desde el servicio de Traumatología de Povisa diagnosticamos al paciente, identificando las distintas patologías y compartiendo con el paciente las pautas a seguir con el tratamiento efectivo. Son fundamentales asimismo las recomendaciones para el buen cuidado y fortalecimiento de la espalda.