El colágeno resulta fundamental para que el complejo engranaje de nuestro organismo funcione, ya que es la proteína encargada de aportar fuerza y estructura a los distintos órganos. También a la piel, en la que cuando decae su producción natural se hacen más evidentes las arrugas y falta de firmeza. La medicina estética ofrece distintas soluciones para estimular la producción de colágeno, como explica la doctora Noelia Fernández, especialista de Ribera Polusa.
¿Qué es el colágeno?
El colágeno es una de las proteínas más abundantes del cuerpo. Constituye una parte esencial de la piel, huesos, tendones, cartílagos y ligamentos, al funcionar como una estructura de soporte que proporciona firmeza, elasticidad y resistencia.
¿Cómo actúa en relación a la piel?
El colágeno mantiene la firmeza y la elasticidad, favoreciendo la hidratación en colaboración con el ácido hialurónico. Además, interviene en la regeneración celular y en los procesos de cicatrización. Por eso, a medida que esta proteína disminuye, la piel se vuelve más delgada, flácida y con arrugas.
¿A qué edad empieza a decaer la producción de colágeno?
La producción de colágeno comienza a disminuir progresivamente a partir de los 25 años. Entre los 35-40 años la pérdida se acelera hasta un 1-2% anual.
¿Los suplementos orales resultan útiles para reponerlo?
Hay diversos estudios que han concluido que los péptidos de colágeno hidrolizado por vía oral pueden mejorar la elasticidad y firmeza de la piel, disminuir las arrugas finas y aumentar la hidratación cutánea. Serán más eficaces cuando se acompañen de vitamina C, zinc y ácido hialurónico.
A partir de los 35-40 años, la pérdida de colágeno se acelera hasta un 1-2% anual
La medicina estética ofrece distintos tratamientos para estimular su formación, ¿cuáles son?
Entre los tratamientos más efectivos para estimular el colágeno están la radiofrecuencia, que actúa a través del calentamiento de las capas profundas de la piel, activando así los fibroblastos; el láser fraccionado (CO2, Erbio), que provoca microlesiones controladas que estimulan el colágeno; el microneedling (dermapen), que a través de micropunciones induce una regeneración; el ultrasonido focalizado (HIFU), que actúa a través del calentamiento de las capas profundas sin dañar las superficiales; la inyección de PRP (plasma rico en plaquetas), inyectando factores de crecimiento autólogos, y los bioestimuladores inyectados, como ácido poliláctico o hidroxiapatita cálcica.
¿Cuáles han demostrado mayor eficacia?
Los inductores de colágeno que han demostrado una mayor eficacia, y que están muy de moda entre los famosos, son el ácido poliláctico, muy eficaz para la pérdida de volumen y para combatir la flacidez; la hidroxiapatita cálcica, un potente inductor de colágeno tipo I y III, con importante efecto tensor, y la policaprolactona, con un efecto duradero sobre la calidad cutánea.
¿Cuál de ellos es más aconsejable para cada perfil de usuario?
En primer lugar, antes de elegir el tratamiento es necesario conocer al paciente y realizarle una historia clínica completa, teniendo además en cuenta sus preferencias. En una piel joven (25-35 años) sin tratamientos previos podríamos realizar una estimulación con microneedling y/o algún tipo de láser –yo optaría en este caso por diodo led–. En un paciente con pérdida de densidad, flacidez y piel fina con arrugas (35-55 años) elegiríamos un producto con hidroxiapatita cálcica y/o ácido hialurónico, ácido poliláctico o policaprolactona; también podría ser candidato a HIFU. En una cara más castigada recomendaríamos láser CO2 y una hidratación profunda con ácido hialurónico. A aquellos pacientes que deseen un tratamiento con productos autólogos (propios de su cuerpo) les recomendaríamos el PRP y, a los que rechazan el tratamiento con agujas, radiofrecuencia o láser.
¿Cada cuánto tiempo se aconseja repetir cada uno de ellos?
De radiofrecuencia se harán un mínimo de cinco sesiones, con un intervalo de 15-30 días, y se repetirá en función de los resultados.Del láser fraccionado (CO2, Erbio) se suelen recomendar entre una y tres sesiones con un intervalo entre ellas de cuatro a seis semanas. En el caso del microneedling (dermapen), el mínimo son cuatro sesiones, cada dos o tres semanas. El ultrasonido focalizado (HIFU) resulta suficiente realizarlo una o dos veces al año. El PRP se suele realizar en un protocolo de tres sesiones, cada una con un intervalo de dos a tres semanas, y en el caso de la hidroxiapatita cálcica, una sesión cada 18-24 meses suele ser suficiente. Por último, de la policaprolactona se hará una sesión, repitiéndola entre uno y cuatro años después, según la fórmula empleada y los resultados.
Los inductores de colágeno que han demostrado una mayor eficacia son el ácido poliláctico, la hidroxiapatita cálcica y la policaprolactona
¿Para una mayor eficacia se recomienda combinar distintos tratamientos?
La respuesta es sí, claramente. La combinación potencia el resultado y prologa el efecto.
¿Los inductores de colágeno son compatibles con el uso de neuromoduladores?
Sí, totalmente compatibles. De hecho, esa combinación es una de las más recomendadas y utilizadas. Los neuromoduladores (bótox) van a relajar la musculatura para evitar las arrugas de expresión, mientras que los inductores de colágeno trabajan estimulando el colágeno desde las estructuras profundas. Juntos van a ofrecer resultados más naturales, duraderos y armónicos.