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«Un chequeo de salud preventivo es más que ir a una consulta y pedir unos análisis»

Enero es el mes de los buenos propósitos. Y el más importante de todos ellos debería ser cuidar más nuestra salud. Se puede empezar por un chequeo preventivo, como recomienda el doctor Luis Senra, responsable de la Unidad de Crónicos en Ribera Polusa. Un estudio individualizado permitirá detectar y poner remedio a muchos problemas cuando estos aún están en un estadio incipiente.

¿Por qué es importante realizar un chequeo preventivo de salud aunque uno se encuentre bien?

Los chequeos preventivos, dado el avance tecnológico en métodos de diagnóstico y las mayores expectativas en salud, son auténticas estrategias sanitarias en algunos países, incluso como programas nacionales sistemáticos, por ejemplo en Japón o en Gran Bretaña. Aunque es cierto que cuando se analiza de modo global la relación costo/beneficios los resultados son objeto de controversia para algunos sistemas sanitarios, la identificación temprana de afecciones que pueden cursar de modo asintomático o de factores de riesgo para las mismas parecen tener un beneficio incuestionable para el individuo.

Identificar tempranamente patologías aún asintomáticas o factores de riesgo tiene un beneficio incuestionable para el individuo

¿En qué debería consistir este chequeo?

Un chequeo preventivo de salud no es ir a una consulta y solicitar unas analíticas estándar porque me queda un tiempo disponible y me parece prudente hacerlo. Es intercambiar información con el profesional, que le va a realizar un interrogatorio dirigido, coincidiendo con ello probablemente le aplique escalas para conocer el riesgo de determinadas enfermedades, le examine y de modo individual le indique cuáles son las exploraciones que en su caso considera oportunas. En una exploración, un profesional puede por ejemplo detectar una mancha o nevo sospechoso, un nódulo tiroideo, la tensión arterial elevada o una arritmia cardíaca, detalles que no se pueden inferir por una analítica y que no habían sido identificados por el paciente. Sin duda, un chequeo preventivo es muy importante, sobre todo si ha sido diseñado individualmente, como un traje hecho a medida. 

Un buen chequeo preventivo debe ser diseñado individualmente, como si fuera un traje hecho a medida

¿Con qué frecuencia se realizará en las distintas franjas de edad? 

Como norma, sobrepasada la cuarta década de vida se recomienda una vez por año. En personas más jóvenes tal vez bianual, aunque la frecuencia individual debe ser acordada en los contactos con el profesional, basándola en estimación de riesgo y otros factores. No está de más recordar que hablamos de personas asintomáticas. 

Los varones sin factores especiales de riesgo cardiovascular deben controlar sus niveles de colesterol a partir de los 35 años, repitiendo las analíticas cada cinco años. Pero hay casos en los que está indicada una periodicidad menor 

Existen escalas establecidas para definir el riesgo cardiovascular individual, que se encuentran incluso disponibles en aplicaciones para móviles. La medición de los lípidos se recomienda a hombres mayores de 35 y mujeres de 45 años en adelante. En ausencia de factores de riesgo personales pero con historia familiar de dislipidemia (formas hereditarias de hipercolesterolemia familiar) o antecedentes de afecciones cardiovasculares, como infarto agudo de miocardio en familiares de primera línea, las edades se anticipan y la recomendación es hacer las determinaciones entre 20 y 35 años. 

El nivel de lípidos es uno de los valores que más les preocupa a los pacientes.

El interés por la detección temprana de alteraciones de los patrones lipídicos como principal factor de riesgo para afección cardiovascular resulta tal que en algunas regiones de EE.UU. se realizan pruebas masivas en niños en edad escolar en busca de hipercolesterolemia familiar para su tratamiento. 

En algunas regiones de EE.UU. ya se realizan cribados masivos entre los escolares para diagnosticar la hipercolesterolemia familiar

Además de este, ¿qué otros parámetros se analizan? 

Existen un grupo de determinaciones comunes, como cifras de hemoglobina, nivel de glucemia, pruebas globales de función renal y hepática, exámenes de orina y búsqueda de sangre oculta en heces, por ejemplo, pero como decíamos siempre será la individualidad lo que dicte los test a indicar.

El sexo también determina unas pruebas específicas, ¿cuáles son? 

Hay una serie de exploraciones comunes a ambos sexos. Para ellas las diferencias están como decíamos en la edad a la que deben realizarse, como en el caso de los lípidos, cuyo control se inicia más tardíamente en las mujeres, coincidiendo con la menopausia, al desaparecer el factor protector sobre la salud cardiovascular que ofrecen los estrógenos. Las pruebas particulares son de conocimiento general y están en general vinculadas con la detección temprana de cáncer prostático (PSA), de cuello uterino (PAP y/o prueba de tipificación de VPH (virus de papiloma humano)) y de cáncer mamario (mamografía) 

La osteoporosis es una enfermedad silente con una elevada incidencia, ¿con qué prueba se diagnostica y quién debería realizársela? 

La densitometría ósea constituye el estudio de referencia para medir la densidad mineral ósea (DMO) y diagnosticar la osteoporosis o la osteopenia. Es un estudio indoloro y rápido, que utiliza bajas dosis de rayos X para evaluar el estado de los huesos. Se recomienda a mujeres mayores de 65 años y a varones mayores de 70.

Actualmente se debate sobre si está o no indicado que los fumadores o quienes lo han sido en los últimos 15 años se sometan a un cribado para detectar precozmente el cáncer de pulmón mediante tomografía computarizada de bajas dosis, ¿lo recomienda? 

La tomografía computada del tórax con bajas dosis (LDCT) es un estudio radiológico fácil y rápido, totalmente indoloro, con una exposición a radiaciones inferior en un 90% a una tomografía axial computarizada convencional (Tac) y que supera ampliamente a una radiografía de tórax en la detección temprana de lesiones pulmonares. Sin duda está recomendado. Los múltiples estudios de pesquisa mediante esta técnica en individuos asintomáticos, de entre 50 y 80 años de edad, que reúnen este criterio han demostrado una gran utilidad en la reducción de mortalidad por cáncer pulmonar y en una ganancia en años de vida.

La tomografía LDCT de tórax ha demostrado su utilidad en la reducción de mortalidad por cáncer pulmonar

El cribado que ya está implantado es el de cáncer de colon a través de la prueba de sangre oculta en heces. ¿En qué casos deben hacerse otros controles más exhaustivas?

Aunque se investiga en consolidar otros procedimientos para pesquisa, los procedimientos establecidos para cribado son dos: la detección de sangre oculta en heces y la colonoscopia diagnóstica, ambas con distintas sensibilidad y especificidad. Cuando un test de sangre oculta es positivo se debe progresar en la investigación. Cómo se continúa y qué estudios adicionales se requieren dependerá de las particularidades del caso. La colonoscopia sería el proceder inicial en casos de síndromes infrecuentes de carácter hereditario, como el de Lynch y otros que se acompañan de poliposis donde la aparición de cáncer de colon puede ser muy frecuente. 

Más información en: riberasalud.com/polusa