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Las pautas de nutrición del paciente renal se actualizan

Noticia publicada en El Progreso

La progresión de la enfermedad renal crónica se puede enlentecer siguiendo las directrices nutricionales adecuadas, como explica el nefrólogo de Ribera-Polusa Secundino Cigarrán. Las dietas drásticamente restrictivas, el remojo previo de doce horas o la doble cocción de los vegetales son prácticas que pertenecen al pasado.

El Hospital Ribera Polusa, en colaboración con el grupo de nutrición ERC (Enfermedad Renal Crónica), de la Sociedad Española de Nefrología organizó recientemente en Guitiriz un taller sobre nutrición en pacientes renales. El doctor Secundino Cigarrán Guldrís dirigió el evento de trabajo, que tuvo como lema ‘El enfermo crónico complejo con patologías asociadas’. Las sesiones arrancaron con una charla impartida por la doctora María Luisa González Casaus, de la Unidad de Metabolismo Mineral y Análisis Clínicos del Hospital Universitario La Paz de Madrid, que se tituló ‘De las guías clínicas a la interpretación personalizada de los resultados del laboratorio’. A continuación, nefrólogos, nutricionistas y profesionales de enfermería compartieron experiencias y participaron en un taller práctico. Las jornadas concluyeron con una mesa redonda en la que se abordó el papel de los nutricionistas en el tratamiento de los pacientes renales.

Uno de cada siete adultos padece esta dolencia

La Sociedad Española de Nefrología estima que la enfermedad renal crónica afecta a uno de cada siete adultos en España, de los cuales tres desconoce que la padece. En todo el mundo, serían 47 millones de personas afectadas. 

El doctor Secundino Cigarrán, nefrólogo, explica que «la dieta, los hábitos de vida saludables y el ejercicio constituyen, en la actualidad, tres pilares fundamentales que enlentecen la progresión de la enfermedad renal crónica. Las recomendaciones dietéticas evitan la prohibición de los alimentos y se centran en diversificar las ingestas para así conseguir la adherencia de estos pacientes. Hace 30 años, las dietas eran muy restrictivas, pero con el aumento del conocimiento se han liberado». 

Hace 30 años las dietas eran muy restrictivas, pero con el aumento del conocimiento se han liberado

El nefrólogo de Ribera Polusa también señala que «con el conocimiento actual, se han incorporado a la dieta del paciente renal las proteínas de alto valor biológico procedentes del pescado combinadas con proteína vegetal y fibra (legumbres), sin olvidarnos de la ingesta líquida, que no debe ser inferior a dos litros de agua al día, y la reducción en el consumo de sal a dos o tres gramos».

La dieta es «milagrosa»

El paciente percibirá claramente los efectos de seguir las recomendaciones dietéticas médicas, que siempre deben ser individualizadas, como indica Secundino Cigarrán: «La reducción de ácidos, la mejoría en la microbiota intestinal y el aporte de nutrientes esenciales condicionan una reducción del trabajo renal y una mejoría en su funcionamiento, lo que enlentece la progresión de la enfermedad. Por otro lado, al tratar al paciente de forma holística mejoran otras funciones como la intestinal, con regulación del estreñimiento; se reducen las medicaciones y sus efectos secundarios; mejora cognitivamente y se siente más animado para realizar las actividades de la vida diaria».  

El manejo dietético del paciente renal crónico ha cambiado, como enfatiza el especialista. Las prohibiciones han quedado atrás y han sido sustituidas por «alimentos que deben restringirse. Es por ello que en los servicios de Nefrología se debería asesorar a los pacientes desde el mismo momento del diagnóstico, sin esperar a estadios avanzados. Las recomendaciones de las ingestas establecidas en la actualidad son: energía 35 kcal. por cada kilo de peso, proteínas 0,8-1 gr/kg. de peso, con un 40% de estas de origen vegetal». 

Elaboración

El paciente renal también debe informarse sobre el modo de elaborar los alimentos antes de consumirlos y saber que «los preparados industriales deberían ser muy restringidos por todos los aditivos que contienen. Actualmente, y basándose en evidencias científicas, se han abandonado la doble cocción de los vegetales y el remojo previo de doce horas. Hoy con una sola cocción es suficiente, al igual que en los vegetales frescos lo es un remojo de entre cuatro y seis horas», detalla.  

Las legumbres, hasta hace no mucho tiempo prohibidas, también se han incorporado a la dieta de los enfermos renales. El doctor Cigarrán justifica este cambio en que «aportan fibra, un importante nutriente que reduce el riesgo cardiovascular y el estreñimiento, entre otras funciones. Se dejarán, como se ha hecho tradicionalmente, en remojo o se adquirirán ya cocidas, pero a estas habrá que retirarles los aditivos mediante un buen aclarado con agua».

Se debería asesorar nutricionalmente a los pacientes desde el mismo momento del diagnóstico

El nefrólogo de Ribera Polusa resume que «la preparación recomendable para cualquier alimento, y dependiendo de los gustos individuales, es plancha o brasa, cocción o cocido. Los fritos no son recomendables».  

¿Cuántas comidas se deben de realizar al día?

El número de comidas recomendables para el paciente renal crónico sigue estando establecido en cinco, «desayuno, media mañana, comida, merienda y cena, todo ello dependiendo de la actividad, tipo de trabajo, horarios etc.», según indica el especialista. Frente a este planteamiento ideal, señala que «por nuestro estilo de vida, con tres ingestas se pueden cubrir las necesidades, pero siempre teniendo muy en cuenta las cantidades ingeridas y las proporciones de los nutrientes».  

El doctor Cigarrán apunta que «la dieta atlántica es la que se debería implementar en toda la población, también en los pacientes renales. La dieta basada en pescado y vegetales, acompañada de carnes y frutas, es la más recomendable».