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«Las nuevas cirugías de cáncer renal ofrecen importantes ventajas»

La cirugía laparoscópica 3D y la cirugía robótica logran los mismos resultados clínicos que las tradicionales intervenciones abiertas, pero resultan menos lesivas para el paciente, como explica el doctor Ángel Núñez López, urólogo en Ribera Polusa.

¿Cuáles son los distintos tipos de cáncer renal que existen?

El 90% de los tumores malignos renales son carcinomas de células renales, que son los que se originan en las células de la corteza renal. De estos tumores, el carcinoma de células claras es el más frecuente (un 80% del total). Un 5-10% de los tumores malignos de riñón son carcinomas de células transicionales o carcinomas uroteliales, que se origina en la pelvis renal y no en la corteza. Es un tipo histológico que sugiere enfermedad de las vías urinarias, similar a otras localizaciones como uréteres, vejiga y uretra. Este tipo de tumores tiene un comportamiento y tratamiento diferentes. En general, cuando hablamos de cáncer renal nos referimos al carcinoma de células renal o adenocarcinoma.

Esto sería en relación a los adultos, porque existe un tipo que afecta específicamente a los niños.

Sí, se trata del tumor de Wilms o nefroblastoma, que se origina a partir de tejido embrionario o inmaduro. Se presenta en uno de cada 10.000 niños menores de 15 años y afecta a ambos sexos por igual. Los tumores de Wilms pueden crecer bastante antes de que aparezcan síntomas, por ello la forma de hallazgo más común es al palpar una masa dura en el abdomen. Otros síntomas que pueden presentar estos pacientes son: dolor abdominal, falta de apetito, vómitos o estreñimiento, sangre en la orina (hematuria) e hipertensión arterial. Estos tumores se tratan con cirugía y quimioterapia.

¿Qué factores de riesgo intervienen en el cáncer renal?

No se han determinado las causas exactas de este cáncer, pero sí unos factores de riesgo que aumentan las probabilidades de padecerlo. El tabaquismo aumenta el riesgo un 50% en hombres y un 20% en mujeres, en comparación con no fumadores; también la hipertensión arterial, la obesidad, la enfermedad quística renal y la enfermedad renal crónica en paciente en diálisis se asocian con un aumento de la incidencia de esta enfermedad. Existen varios síndromes hereditarios que asocian cáncer renal con otro tipo de tumores, aunque las formas hereditarias representan solo un 5% de los casos y la inmensa mayoría de los cánceres renales son esporádicos, sin antecedentes familiares.

El tabaquismo aumenta el riesgo un 50% en hombres y un 20% en mujeres, en comparación con no fumadores, de sufrir cáncer renal

¿Cuáles son sus cifras de incidencia?

El carcinoma de células renales representa un 2-3% de todos los tumores malignos en el adulto, siendo dos veces más frecuente en hombres que en mujeres. La mayoría se detectan en personas de entre 60-75 años, siendo muy poco frecuente en menos de 45 años. En España, durante el 2023 se diagnosticaron unos 8.857 nuevos cánceres de riñón, según las estimaciones del Observatorio del Cáncer de la Asociación Española Contra el Cáncer. En Galicia, su incidencia sigue la tendencia general observada en España, aunque con algunas particularidades debido a su demografía. Galicia tiene una población más envejecida que la media nacional, lo que contribuye a una mayor incidencia de cáncer en general. 

La incidencia se ha elevado globalmente en las últimas décadas, ¿diría que la enfermedad crece o que también influye en las cifras un diagnóstico más preciso?

Sí, la incidencia del cáncer de riñón ha aumentado en las últimas décadas, pero es cierto que una parte de este incremento se debe a la mejora en las técnicas de diagnóstico por imagen, como las tomografías computarizadas (Tac), que permiten detectar tumores que antes pasaban desapercibidos. Por otra parte, el aumento de factores de riesgo, como obesidad, tabaquismo o hipertensión, contribuyen al de los casos.

¿Cuáles son sus tratamientos?

La extirpación del tumor es el único tratamiento curativo en el carcinoma renal. La cirugía –nefrectomía– es, por tanto, el procedimiento de elección. En el cáncer renal metastásico se utilizan terapias dirigidas e inmunoterapia, que pueden hacer remitir o impedir la progresión de la enfermedad, pero que no la curan. La radioterapia se utiliza para tratar algunas metástasis, óseas o cerebrales; mientras que la quimioterapia no ha demostrado utilidad en las metástasis.

¿Cómo puede ser la nefrectomía?

Existe la nefrectomía radical, que consiste en la extirpación completa del riñón y de la grasa perirrenal que lo rodea. Está indicada en tumores de gran tamaño y en aquellos casos en los que su localización hace difícil la conservación del riñón. Por su parte, la nefrectomía parcial permite extirpar el tumor y conservar el riñón. La tasa de curación es similar extirpando solo el tumor que si se extrae todo el riñón. Sin embargo, la conservación del riñón presenta grandes beneficios para el paciente. Está indicada en los tumores renales iguales o menores de siete centímetros. 

Actualmente, se está recurriendo a procedimientos quirúrgicos menos invasivos para abordar el cáncer renal.

En el cáncer renal, el objetivo de la cirugía es la eliminación completa del tumor, conservar el riñón sano y evitar las complicaciones operatorias. Con la cirugía laparoscópica 3D y la cirugía robótica se pueden hacer nefrectomías parciales y radicales, logrando los mismos resultados oncológicos que con la cirugía abierta, pero con importantes ventajas para el paciente. Estas técnicas consiguen un menor sangrado durante la cirugía y una disminución del dolor en el postoperatorio. Además, gracias a la visión 3D se obtiene una imagen de alta definición, que permite una mayor precisión en la cirugía, una estancia hospitalaria reducida, una recuperación más rápida después de esta y evitar grandes incisiones, mejorando los resultados cosméticos.

La tasa de supervivencia a cinco años para el cáncer renal es aproximadamente del 75%, incrementándose hasta el 93% en tumores localizados

¿Cuáles son las cifras de curación y supervivencia de este cáncer?

Las tasas de curación y supervivencia del cáncer renal han mejorado significativamente en las últimas décadas, gracias a los avances en el diagnóstico y tratamiento. La tasa de supervivencia a cinco años para el cáncer renal es aproximadamente del 75%, incrementándose hasta el 93% en tumores localizados.

¿Qué síntomas deben hacer sospechar a un paciente?

En los estadios iniciales, el cáncer renal puede ser asintomático. Hasta un 40% de los pacientes se diagnostican de una forma casual, cuando se realizan una ecografía o un Tac por otras razones. Clásicamente, a la hora de hablar de síntomas se describía la tríada de Guyon: hematuria (sangre en la orina), dolor en el flanco y masa palpable, pero esta triple asociación solo está presente en un 10% de los casos. La hematuria aparece en más de la mitad de los casos, pero puede no ser visible y tan solo evidenciarse en un análisis de orina. También pueden presentarse dolor lumbar, cansancio, pérdida de apetito y/o de peso, fiebre o anemia. Pero, realmente, estos síntomas no son específicos del cáncer renal. Por ejemplo, la hematuria puede estar causada por procesos benignos, como infección de orina, litiasis (cálculos) renales u otro tipo de tumores genitourinarios.

Con una revisión urológica se puede detectar este tumor en sus etapas más tempranas. ¿Cuándo se aconsejan estas revisiones?

En la actualidad no hay campañas de detección precoz o cribado del cáncer renal dirigidas a la población general. Todo paciente, hombre o mujer, que tenga síntomas deberá consultar con su urólogo, pero también deben hacerlo pacientes con un familiar de primer grado diagnosticado de cáncer renal antes de los 40 años. Los que  presentan cáncer renal bilateral o multifocal en un mismo riñón pueden tener un componente hereditario y deberán realizarse pruebas específicas. El paciente asintomático, que acuda para una revisión urológica, además de la historia clínica y la exploración física, se someterá a una ecografía de riñones, vejiga y próstata. En esta ecografía se pueden detectar lesiones sólidas del riñón que nos hagan sospechar un tumor. Se completará el estudio con un Tac con contraste o una resonancia (RM), en caso de alergia al contraste o si se trata de una embarazada.