Noticia publicada en El Progreso
En España, las enfermedades cardiovasculares (ECV) constituyen la primera causa de muerte en mujeres y la segunda en hombres. Paradójicamente, son dolencias poco estudiadas, e insuficientemente diagnosticadas y tratadas entre la población femenina, como confirma la cardióloga Margarita Regueiro Abel.
Un informe encargado por la prestigiosa publicación The Lancet ha ahondado en el hecho de que las enfermedades cardiovasculares son dolencias poco estudiadas, infradiagnosticadas e insuficientemente tratadas entre la población femenina. La ministra de Sanidad, Mónica García, se hizo eco de ello, señalando cómo «las mujeres sufren tratamientos más conservadores y tienen, en algunos casos, peores resultados». La lucense Margarita Regueiro, cardióloga en Ribera Polusa, corrobora estas afirmaciones.
¿Comparte que las enfermedades cardiovasculares están infradiagnosticadas en las mujeres?
No solo están infradiagnosticadas, es que además están infratratadas.
¿A qué se debe?
Con frecuencia las mujeres no son conocedoras de los factores de riesgo, y a menudo, aún identificándolos, no tienen conciencia del riesgo que implican, por lo tanto tampoco sienten la necesidad de tratarse ni de modificar estilos de vida. Por otro lado, tampoco los médicos tenemos muy claro cómo evaluar el riesgo cardiovascular en la mujer ni cuáles son los objetivos a alcanzar. Las calculadoras de riesgo cardiovascular valoran los factores de riesgo clásicos: cifras de tensión arterial, de colesterol, tabaco, diabetes… pero no se tienen en cuenta otros factores que sabemos afectan a la salud cardiovascular y que podrían indicarnos la necesidad de ser más estrictos en el control. A esto se une una baja representación de las mujeres en los ensayos clínicos, que impide sacar conclusiones.
¿El riesgo cardiovascular es mayor en hombres o en mujeres?
La mujer muere un 6% más de enfermedad cardiovascular que el hombre. En nuestro país, tres de cada diez fallecidas lo son por patología cardiovascular (ictus, enfermedad coronaria e insuficiencia cardíaca son las más frecuentes). En general, la enfermedad cardiovascular es más frecuente en hombres, pero tiene más mortalidad en mujeres.
«La enfermedad cardiovascular es más frecuente en hombres, pero tiene más mortalidad en mujeres»
¿Hay factores de riesgo específicamente femeninos?
«La enfermedad cardiovascular es más frecuente en hombres, pero tiene más mortalidad en mujeres»
¿Hay factores de riesgo específicamente femeninos?
Las mujeres pueden tener los factores de riesgo cardiovascular clásicos (hipertensión arterial, diabetes, sedentarismo, tabaco, dieta poco saludable, dislipemia, obesidad, historia familiar), algunos están menos presentes en la mujer que en el hombre hasta que llega la menopausia, pero a partir de ahí se adelanta. Pero hay factores específicos más propios de la mujer, como:
–Factores hormonales: menopausia precoz, terapia hormonal, síndrome del ovario poliquístico.
–Factores relacionados con el embarazo: diabetes gestacional, HTA (eclampsia y pre-eclampsia), parto pretérmino (antes de la semana 37), bajo peso al nacer, aumento de peso excesivo, pérdidas gestacionales…
–Factores de riesgo psicológicos, como ansiedad, estrés, soledad, violencia de género o depresión que, aunque pueden afectar a ambos sexos, son más frecuentes en la mujer.
–Hay otras patologías que son más comunes en la mujer y favorecen la enfermedad cardiovascular, como pueden ser las dolencias inflamatorias/autoinmunes y el cáncer de mama, por los efectos secundarios que conlleva el tratamiento con quimioterapia y radioterapia.
Todos estos factores pueden provocar inflamación, causando un daño en la pared del vaso sanguíneo (disfunción endotelial), lo que supone ya una aterosclerosis subclínica, que en un futuro podría manifestarse en forma de infarto, ictus, insuficiencia cardíaca o incluso muerte súbita.
¿Cómo intervienen los estrógenos en la salud cardiovascular?
Los estrógenos tienen un efecto cardioprotector y lo ejercen de varias maneras: mejoran el perfil lipídico aumentando el colesterol bueno (HDL) y bajando el malo (LDL), mejoran la tolerancia a la glucosa y la sensibilidad a la insulina (previene diabetes), mediante un aumento de óxido nítrico y prostaciclinas favorecen la vasodilatación y reducen la actividad del sistema nervioso simpático, con todo ello protegen a los vasos de la aterosclerosis.
Hay voces que afirman que se ha sobreestimado el efecto protector de las hormonas durante la etapa fértil. ¿Está de acuerdo?
*Yo creo que los estrógenos durante la edad fértil tienen un importante efecto protector, lo que no está claro es que al darlos como terapia sustitutiva en la menopausia resulten igual de beneficiosos.
«Los estrógenos tienen un importante efecto cardioprotector durante la edad fértil. Lo que no está claro es que darlos como terapia sustitutiva en la menopausia sea igual de beneficioso»
¿El riesgo cardiovascular de la mujer se multiplica en la menopausia, ¿sería conveniente un estudio médico al alcanzar esa etapa?
La bajada de estrógenos ováricos va a ocasionar cambios físicos y metabólicos, con aumento de peso y de grasa abdominal, mayor resistencia a la insulina, alteraciones en el perfil lipídico con aumento de triglicéridos y del colesterol malo (LDL) y alteraciones vasculares que favorecen la hipertensión, entre otras cosas; además pueden venir asociados trastornos del estado del ánimo como depresión. La mejor forma de tratar siempre es la prevención, con un estudio encaminado a detectar la aparición de todos estos nuevos factores de riesgo, evaluarlos y tratarlos cuando proceda. Una buena educación sanitaria basada en dieta saludable, ejercicio regular, control del peso y evitar tóxicos es una base para empezar el tratamiento, ya antes de la menopausia, pero todo debe ser más estricto en esta etapa, que suele suceder alrededor de los 50 años, pero que podría ser antes de los 45 años, lo que supondría un riesgo aún mayor.
Las diferencias de género alcanzan también la sintomatología cardíaca. ¿Cuáles son las señales de alerta específicas de la mujer?
La forma de presentación puede ser variada, a veces poco típica, con síntomas tales como cansancio, malestar, sensación de ahogo, fatiga, palpitaciones o náuseas.
¿Cómo se anuncia el infarto femenino?
Recientemente se ha demostrado que el síntoma más frecuente es el dolor de pecho (74%), también puede ser interescapular, en cuello, mandíbula, con/sin palpitaciones, náuseas, vómitos o sensación de ahogo; en general, son bastante similares a los síntomas de los hombres. Pero pese a tener una presentación clínica similar, el diagnóstico en las mujeres se retrasa más, en parte debido a que cerca del 40% de las pacientes no relacionan sus síntomas con los de un infarto y tardan hasta cuatro horas en consultar, cuando el hombre lo hace en 90 minutos. Ese tiempo es muy importante y condiciona el pronóstico.
«Un 40% de las pacientes no relacionan sus síntomas con el infarto y tardan hasta cuatro horas en consultar. El hombre lo hace en unos 90 minutos»
La enfermedad cardiovascular ya es la primera causa de mortalidad femenina. ¿Cuál es la causa?
Señalaría el aumento del tabaquismo en la mujer y el sedentarismo, junto a la falta de conciencia de enfermedad y el consecuente retraso en los diagnósticos y tratamientos. La mujer fuma menos que el hombre, pero el efecto es más dañino: es un potente agresor de endotelio vascular y favorece la trombosis.
¿Los tratamientos para hombres y mujeres deben ser diferentes?
Para esa pregunta aún no tengo respuesta. Cada patología tiene su tratamiento y en pocas de ellas se hace distinción en cuanto al sexo, pero no cabe duda de que hay que intentar individualizar el tratamiento teniendo esto en cuenta. Hay que esforzarse en indagar patologías previas o actuales que supongan un mayor riesgo cardiovascular, crear calculadores que los incluyan para aproximar mejor el riesgo de la mujer y así tratarlo, y necesitamos que los estudios clínicos contemplen estas diferencias para que nos ayuden a tomar decisiones. Por cierto, una actitud optimista disminuye el riesgo cardiovascular, así que ánimo a todas.