Rodrigo Pedrosa, neurocirujano en el Hospital Ribera Polusa, explica en qué consiste y cuáles son las ventajas de esta técnica, que permite operar hernias discales o estenosis de canal.
La cirugía endoscópica ha abierto un universo de posibilidades a la hora de abordar las patologías de la columna vertebral, como destaca el neurocirujano Rodrigo Pedrosa, que aplica esta técnica en el Hospital Ribera Polusa: «La tecnología endoscópica ha avanzado hasta un punto en el cual los cirujanos pueden acceder, visualizar y curar patologías que antes solo podían tratarse mediante una cirugía abierta»
La vía endoscópica permite operar sin necesidad de seccionar ningún músculo
El facultativo detalla que «consiste en la introducción de una pequeña cámara en el interior de la columna vertebral, sin necesidad de seccionar ningún músculo. Simplemente debemos realizar una incisión menor a un centímetro, con lo que evitamos sangrados y dolores innecesarios». Sus ventajas se extienden del paciente al profesional, a quien le aporta «un procedimiento con visión directa comparable a los métodos clásicos, reuniendo, sin embargo, todas las ventajas de uno mínimamente invasivo».
Vías de acceso
Para acceder al canal vertebral a través de una endoscopia hay dos tipos de abordaje o vías de acceso: lateral transforaminal y medial interlaminar.
El transforaminal usa como vía de acceso el foramen intervertebral, «un orificio natural de la columna por el que salen las raíces nerviosas y, mediante unos pequeños dilatadores, se aumenta el diámetro del foramen; en ocasiones, la propia dilatación alivia de por sí el nervio comprimido. Seguidamente se introduce por ahí el endoscopio para visualizar el interior de la columna», señala el doctor Pedrosa.
Hay dos tipos de abordaje o vías de acceso: lateral transforaminal y medial interlaminar
El interlaminar «usa la misma vía que en otras técnicas como la discectomía tradicional con microscopio quirúrgico, pero aún con menor daño. En la vía interlaminar hay que retirar un poco de hueso y un ligamento para acceder al canal, estando este procedimiento especialmente indicado en las hernias más centrales, los canales estrechos y, específicamente, en las patologías en el disco L5-S1″.
Sus ventajas: cuando menos es más
La gran aportación de la endoscopia a las intervenciones de columna es que esta le da al facultativo una visión directa de la raíz nerviosa durante el procedimiento quirúrgico con muchos menos daños para el paciente, tanto durante la cirugía como en el postoperatorio. El doctor Pedrosa desgrana una a una las ventajas que supone para el paciente, empezando porque «apenas provocamos daño en los tejidos y varios estudios científicos han demostrado que los mediadores inflamatorios aumentan menos en sangre tras una endoscopia de columna que tras una cirugía tradicional».
También se logra una menos inestabilidad en la zona, ya que «cuanto mayor es la agresión en el músculo, los ligamentos y el hueso, mayor es la posibilidad de inestabilizar las articulaciones de la columna, un movimiento anómalo que aumenta el dolor de espalda. Las técnicas endoscópicas son tan poco agresivas que el riesgo de inestabilidad es casi inexistente».
También se reduce la posibilidad de fibrosis: «Después de una cirugía, el cuerpo inicia el proceso de cicatrización. Este tejido nuevo puede llegar a envolver el nervio y comprimirlo, y en consecuencia volvería a reaparecer el dolor. La endoscopia disminuye la producción de tejido cicatricial y de las complicaciones derivadas».
Tras una intervención –ya sea tradicional o endoscópica–, la articulación continúa su proceso degenerativo natural, por lo que uno de cada diez pacientes presentará una recidiva de hernia discal, que no siempre requerirá una nueva intervención. Cuando esto se produce, «la cirugía endoscópica permite un acceso alternativo y libre de fibrosis en el caso de que la intervención previa haya sido la tradicional».
Otras ventajas añadidas serían que esta intervención no suele precisar un ingreso mayor a 24 horas, provoca menos dolor y precisa menos medicación tanto durante la propia cirugía como durante el postoperatorio y se reduce el tiempo de recuperación, con una media de seis semanas frente a las 12-16 del abordaje tradicional.
Todas sus ventajas se multiplican cuando los pacientes son mayores o frágiles
Todos estos puntos resultan especialmente favorables en pacientes mayores o frágiles, en los que muchas veces no está indicada una cirugía tradicional.
¿Por qué decidirse por la endoscopia?
La endoscopia de columna vertebral es una técnica innovadora mínimamente invasiva, que permite tratar patologías como la hernia discal y la estenosis de canal. El abordaje se realiza «por una incisión en la piel de menos de un centímetro. A través de esta se hace la exploración del canal espinal mediante una óptica de que aporta una fuente de luz y se conecta a una pantalla de alta definición».
Al compararla con el menos invasivo de los métodos tradicionales, la microdiscectomía, se aprecian mejor sus ventajas: «En la microdiscectomía se realiza una incisión de entre cuatro y seis centímetros y es necesario cortar el músculo y los ligamentos, introducir separadores y retraer la musculatura, lo que puede dañarla. También hay que quitar hueso para acceder al interior del canal lumbar, y esto puede generar inestabilidad y dolor de espalda postquirúrgicos».
La endoscopia es una técnica que no ha dejado de evolucionar durante los últimos años, creándose nuevos métodos y accesos quirúrgicos para abordar la columna vertebral, en unas ocasiones sustituyendo y en otras complementando las posibilidades de otras intervenciones tradicionales más invasivas.
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