El suelo pélvico está formado por todos los músculos y ligamentos que rodean la cavidad abdominal en su parte inferior. Es la estructura encargada de sostener los órganos pélvicos y de garantizar su buen funcionamiento. Pese a su indudable importancia, el suelo pélvico ha empezado a conocerse, y a reconocerse, recientemente, como asevera Lucía Teijeiro
Lucía Teijeiro López, fisioterapeuta especializada en suelo pélvico en Ribera-Clínica Santo Domingo, aclara algunas de las dudas que con más frecuencia se encuentra en consulta relacionadas con el suelo pélvico, una estructura de gran importancia con implicación sobre el estado de salud general.
Funcionalidad y alteraciones
El suelo pélvico es un conjunto de músculos, ligamentos y otras estructuras situadas en la base de la pelvis. Entre sus funciones se encuentran: sostén de las vísceras pélvicas (vejiga, uretra, próstata, vagina, útero y recto), función reproductiva y sexual, y continencia de orina, gases y heces. Este grupo muscular no trabaja de manera aislada, sino que lo hace coordinadamente con otras estructuras, como la zona abdominal y la zona lumbar.
Si se produce alguna alteración en el correcto funcionamiento del suelo pélvico, al ser estructuras que recubren los esfínteres, esta puede acabar desencadenando problemas como la incontinencia urinaria/fecal o la dificultad para el vaciado. Este problema puede darse tanto en mujeres como en hombres.
Cambios al pasar los años
A medida que envejecemos, el suelo pélvico –como el resto de nuestro cuerpo– es normal que funcione con más dificultad, pudiendo aparecer las pérdidas de orina. Aún siendo así, la incontinencia urinaria no siempre está ligada al paso de los años y hay diferentes causas (debilidad muscular, alteraciones estructurales, algún tipo de enfermedad o cirugías previas, entre otros) que pueden desencadenarla a cualquier edad. Existen diferentes tipos de incontinencia:
- Incontinencia de esfuerzo, que aparece al someter a nuestro suelo pélvico a presiones como toser, estornudar, reír o hacer esfuerzos.
- Incontinencia por urgencia, que es la necesidad intensa y repentina de orinar, seguida de pérdida de orina.
- Incontinencia por rebosamiento, o escape continuo o frecuente de gotas por falta del vaciado completo de la vejiga.
- Incontinencia urinaria mixta, que es una combinación de varios tipos de incontinencia. La más frecuente es la combinación de esfuerzo más urgencia.
- Incontinencia neurogénica, que se presenta por alteraciones en el sistema nervioso.
Si aparece incontinencia…
La gran mayoría de las incontinencias –aunque cada caso es diferente y deberá estudiarse individualmente– pueden revertirse total o parcialmente a través de la fisioterapia. En los casos más complejos, si bien podría no remitir por completo la situación de incontinencia, sí que se podría conseguir reducir su impacto en la vida diaria del paciente.
Los ejercicios específicos son una gran herramienta para revertir una incontinencia. Estos deberían ser pautados siempre por un fisioterapeuta especializado en suelo pélvico, que previamente hará una completa valoración del tono muscular. Además de ejercicio, es importante que el paciente tome conciencia de la localización y del funcionamiento de esta estructura. Cuanto mejor entienda su funcionamiento, será más capaz de utilizarla correctamente. Los distintos tipos de ejercicios que se realizan para abordar la incontinencia son:
- Ejercicios de movilidad articular de la cadera, pelvis y zona lumbar.
- Ejercicios respiratorios, ya que la respiración y nuestro suelo pélvico trabajan conjuntamente.
- Ejercicios de fortalecimiento tanto a nivel del propio suelo pélvico como de la zona abdominal, lumbar, glútea y de miembros inferiores.
- Técnicas de relajación, en caso de que exista demasiada tensión/presión en la zona.
- Ejercicios hipopresivos.
Los fisioterapeutas, en función del tipo de incontinencia, también cuentan con diferentes herramientas que pueden ayudar a la hora del tratamiento: la radiofrecuencia, la electroterapia o los aparatos de biofeedback son algunas de ellas.
Deporte y suelo pélvico
Antes de realizar cualquier práctica deportiva hay que asegurarse de que nuestro suelo pélvico se encuentra en unas condiciones óptimas para soportar ese esfuerzo al que lo vamos a someter. Especialmente, en toda aquella práctica que implique actividades de impacto.
También es importante saber cómo funciona este grupo de músculos y cómo participan/trabajan cuando estamos realizando actividad física, aunque no sea el grupo muscular principalmente implicado. Como comentamos anteriormente, el suelo pélvico trabaja en conjunto con el resto del cuerpo. Es necesario que funcione correctamente y con la suficiente fuerza para que se adapte adecuadamente a la práctica deportiva y no se lesione.
En definitiva, debemos saber cómo activar esta musculatura y cómo coordinar su funcionamiento durante la práctica deportiva que se vaya a desarrollar.
Embarazo y parto
El cuerpo es sabio y está preparado para afrontar las diferentes etapas que vamos a experimentar a lo largo de nuestra vida. El suelo pélvico femenino se adapta a los cambios que el cuerpo sufre durante el embarazo, así como en el parto. Aún así, pueden darse situaciones que desencadenen alteraciones en el suelo pélvico, ya sea por patologías, malos hábitos o desconocimiento de cómo funciona, y desde la fisioterapia se puede ayudar a solucionar o mejorar los distintos problemas. Con diferentes herramientas, se podrá trabajar para que el suelo pélvico se adapte lo mejor posible a los cambios que el cuerpo va a experimentar en esas etapas.
Es recomendable que tanto durante el embarazo como tras el parto, un fisioterapeuta especializado en suelo pélvico realice una valoración de la zona para evaluar los posibles problemas y plantear una estrategia terapéutica para abordarlos.
Esto resulta aún más importante en el postparto, cuando se valorarán los posibles cambios que hayan podido producirse durante el embarazo y el parto y que necesiten tratamiento. También se realizarán tratamientos enfocados a restaurar la normalidad en el suelo pélvico.
En consulta, se pondrá en práctica una combinación de trabajo manual con utilización de aparatología por parte del fisioterapeuta, así como el aprendizaje y la realización de ejercicios que ayudarán al suelo pélvico a volver a un estado óptimo.