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El verano deja su huella en los pies en forma de infecciones

La podóloga Danaé Santiago explica que en estos meses llegan muchos pacientes a consulta afectados por problemas como papilomas y hongos como el pie de atleta.

En septiembre, la vuelta a la rutina laboral o escolar y las fuertes variaciones térmicas obligan a dejar atrás chanclas y sandalias para recuperar el calzado cerrado. Es habitual que más allá de las ampollas y rozaduras, se noten algunas otras molestias. «Tras el verano recibimos a muchos pacientes con fascitis plantar e infecciones tipo papilomas o pie de atleta», explica Dánae Santiago Díaz, podóloga del Hospital Ribera Polusa.

La fascitis plantar se manifiesta principalmente con dolor, especialmente en el talón, sobre todo en los primeros pasos que se dan al levantarse por la mañana o tras estar un tiempo en reposo. La podóloga señala que «se produce por la inflamación de un tejido que se llama fascia, que se encuentra en la planta del pie y se extiende desde el talón hacia los dedos y se puede producir por varios factores: una mala pisada que genera tensión en esa zona; el uso de calzado demasiado plano, como sandalias, y de ahí el aumento de la incidencia tras el verano, y algunas veces también puede estar causada por un esfuerzo puntual, como una caminata muy intensa para la que no hemos realizado una buena preparación», matizando que «tras identificar el factor desencadenante, elegimos la mejor solución para cada caso.

El abanico terapéutico es amplio: se pueden, por ejemplo, hacer unas plantillas a medida para controlar la pisada, pautar estiramientos de musculatura posterior para realizar en casa y, en algunos casos, derivaremos a fisioterapia para ayudar a acortar los tiempos de recuperación».

Papilomas y hongos

Otra de las patologías más habituales de esta época del año es el papiloma, una verruga plantar causada por el virus del papiloma humano (VPH). «Su apariencia varía dependiendo de la extensión y el tiempo de evolución, pero habitualmente se parece a una dureza en forma de coliflor y suele presentar puntitos negros. Lo más habitual es que duela al pellizcar, pero en ocasiones puede molestar también a la presión», explica. 

Existen varios tratamientos dependiendo de la extensión del papiloma. Uno de los más habituales es retirar esa capa de queratosis y aplicar el fármaco directamente sobre la lesión: «Se realiza una cura oclusiva y una vez a la semana repetimos el proceso hasta eliminarlo por completo». 

Los hongos, que pueden afectar tanto a las uñas como a cualquier zona de la piel, también son comunes. Dánae Santiago detalla que «en las uñas se aprecia un cambio de coloración y pérdida de brillo, puede percibirse mal olor al cortarlas y a medida que el hongo se extiende, las uñas se van engrosando y volviendo más quebradizas». El tratamiento varía dependiendo de la extensión de lámina que esté afectada: «Se puede pautar un antifúngico en laca de uso diario tras pulir la uña. Si está muy afectada puede requerir tratamiento por vía oral». 

«En la piel, la infección por hongos más habitual es la ‘tiña pedis‘, más conocida como pie de atleta, que se suele presentar como piel seca y descamada que produce enrojecimiento, picor, quemazón y en ocasiones mal olor. Según lo avanzada que esté la infección pueden aparecer fisuras, ampollas y dolor». El tratamiento habitual es pautar antifúngicos, ya sea en pomada o por vía oral, según cada caso.

¿Por qué aparecen?

Tanto la infección por papiloma como por hongos suelen producirse por el contacto directo con estos patógenos, normalmente en duchas públicas, en baños de gimnasios, piscinas, etc., ya sea por no utilizar calzado como por compartir toallas u otros complementos de uso personal que puedan haber estado en contacto con estos microrganismos, etc. Las alteraciones en la piel, como cortes, rozaduras o grietas, facilitan el contagio y la transmisión. 

Como recomendación general, la especialista recuerda que «los ambientes húmedos y cálidos facilitan el crecimiento de hongos, por lo que secar bien los pies después de la ducha —sobre todo entre los dedos— es importante. Además, airear el calzado y cambiar varias veces al día los calcetines si tenemos exceso de sudoración puede ayudar a prevenir estas infecciones».