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Comer bien ayuda a la mujer a estar mejor en cada etapa vital

Noticia publicada por El Progreso

Una dieta adecuada contribuye a mejorar algunos de los síntomas más habituales del síndrome premenstrual, como dolor de cabeza, fatiga, irritabilidad y el propio dolor abdominal, tanto en los días previos a la regla como durante la fase de ovulación

La alimentación juega un papel fundamental en la salud de las mujeres, sea cual sea su edad, destaca la nutricionista de Ribera Polusa, Marta Pumar Novoa. En etapas con cambios hormonales significativos, como la menopausia, el embarazo o la lactancia, una alimentación equilibrada y nutritiva puede marcar la diferencia en el estado de salud.

Desde el punto de vista nutricional, existen distintas situaciones fisiológicas que hacen a la mujer más propensa a presentar alteraciones en su salud por los cambios hormonales y la presencia del ciclo menstrual, por lo que se debe prestar una especial atención a la alimentación. Las etapas vitales que hacen a la mujer más propensa a padecer desequilibrios nutricionales son la adolescencia, el embarazo, la lactancia y la menopausia.

Ovario poliquístico

El síndrome de ovario poliquístico (SOP) es una patología que tiene que ver con un proceso hormonal. Es una afección en la cual la mujer tiene unos niveles muy elevados de hormonas y puede presentar muchos problemas como resultado de este aumento anormal, por ello es tan importante un estilo de vida saludable con una alimentación equilibrada, ya que ayuda enormemente a controlar los síntomas.

A veces llegan a la consulta adolescentes que han subido de peso por esta causa, pero no lo saben. Su respuesta es recurrir a dietas que ven en redes o a recomendaciones de amigas, pero esto puede llegar a ser contraproducente, ya que lo que les está ocurriendo es que sufren una patología que está provocando aumento de peso.

Síndrome premenstrual

El síndrome premenstrual, experimentado de diferente forma por cada mujer, se debe a los cambios hormonales producidos cada mes asociados a la menstruación. Estos cambios impactan directamente en la salud física y emocional.

Síntomas tan comunes como dolor de cabeza, dolor abdominal durante la fase de ovulación o los días previos a la regla, irritabilidad, fatiga… no debiéramos normalizarlos. Con nuestra dieta podemos ayudar mucho a paliar estos síntomas, con nutrientes específicos para controlar los cambios hormonales que estamos experimentando. La alimentación es fundamental para mantener un equilibrio hormonal adecuado y disminuir la sintomatología menstrual. Para llevar una buena alimentación es más importante reducir el consumo de alimentos superfluos, como refrescos, bollería industrial, procesados y refinados… que introducir alimentos sanos que están de moda en las redes, ya que el efecto positivo de estos no compensa lo negativo de los alimentos poco saludables.

Endometriosis

Aunque la endometriosis no es una enfermedad hormonal como tal, una alimentación sana y equilibrada mejora la sintomatología y ayuda en los problemas de fertilidad derivados de esta.

Amenorrea hipotalámica

La amenorrea hipotalámica (AH) la suelen sufrir las deportistas de élite y las mujeres con trastornos de la conducta alimentaria (TCA). Cuando una mujer se somete a una actividad física intensa, junto con una dieta restrictiva, tiene muchas probabilidades de desarrollar AH. Por esto, en momentos de alta competición o de exigencias de ejercicio físico muy intenso es tan importante la guía de un nutricionista especialista en alimentación deportiva y salud femenina.

Embarazo

El embarazo es uno de los momentos de mayor vulnerabilidad nutricional en la vida de la mujer. Las necesidades de energía y nutrientes aumentan a consecuencia del crecimiento del feto y de la síntesis de tejidos maternos, como el aumento del tamaño uterino, la hipertrofia de las glándulas mamarias y la acumulación de las reservas grasas. 

El estado nutricional de la madre previo a la gestación y los hábitos alimentarios adquiridos durante el embarazo condicionarán este periodo del ciclo vital.

Para prevenir partos prematuros y también posibles problemas de desarrollo en el recién nacido es importante mantener una alimentación suficiente, equilibrada y variada durante toda la gestación. Se debe controlar que el aumento de peso gestacional se encuentre dentro de un rango recomendable.

Una malnutrición incrementa el riesgo de partos por cesárea, diabetes mellitus, macrosomía fetal… Un aumento de peso deficiente es un factor de riesgo de aborto espontáneo, parto prematuro y bajo peso al nacer.

Menopausia y perimenopausia

La menopausia es una etapa en la que el que el metabolismo de la mujer experimenta muchos cambios y la alimentación puede ayudar mucho en esta etapa.

Hay tendencia a una mayor acumulación de grasa corporal, desmineralización ósea, mayor riesgo cardiovascular… Pero, si seguimos una alimentación saludable y cargada de nutrientes, ayudaremos a nuestro cuerpo (y a nuestra mente) a asimilar de manera gradual la nueva situación.

En muchas ocasiones encontramos sintomatología como insomnio, sofocos, cambios de humor, cansancio, falta de concentración, sequedad en la piel… A través de la alimentación, e incluso con ayuda de suplementación, podemos mejorar esos síntomas.

Como base, se debería llevar una alimentación saludable rica en vegetales, priorizando dentro de las fuentes proteicas las legumbres, el pescado azul y las carnes blancas, y consumiendo cereales integrales ricos en fibra y micronutrientes. Las frutas y verduras, al igual que los alimentos ricos en calcio, vitamina C, antioxidantes y omega 3, serán nuestros grandes aliados para asegurar una adecuada salud cardiovascular y ósea, además de para mejorar la composición corporal.

No menos importante es el proceso de la perimenopausia. Aquí ya deberíamos implantar hábitos de alimentación y actividad física que puedan hacer que la entrada en la menopausia sea más llevadera. Cuando comienzan sus síntomas, a través de la alimentación podemos contribuir a disminuirlos, además en consulta siempre tratamos de ayudar a entender los cambios que el cuerpo está experimentando, adaptando la nutrición y el estilo de vida a esta nueva etapa.