Noticia publicada por El Progreso Salud
Este ligamento forma parte de la arquitectura del hombro, con un papel crucial en su movilidad. Además de aportar estabilidad a la articulación, permite elevar el brazo hacia adelante y hacia los lados e interviene en la rotación externa. Su rotura o desgarro es una lesión relativamente habitual, como confirma Albert Grau, traumatólogo de Ribera Polusa
La rotura o desgarro del tendón supraespinoso es una de las lesiones de hombro más frecuentes, como explica el doctor Albert Grau, traumatólogo de Ribera-Polusa, ya que «los tendones del manguito rotador son estructuras que, como todos los tendones, tienen mala vascularización y además estos están en un canal muy estrecho, donde el pinzamiento es muy fácil, por eso presenta una tendencia intrínseca a lesionarse. Por ambas causas, si viviéramos 150 años, todos estarían rotos».
¿Qué es lo que suele provocar la fractura del supraespinoso?
En la gente joven, la rotura suele suceder a causa de un esfuerzo, sobre todo al elevar el brazo en un ángulo superior a noventa grados, como al subir un peso por encima de la cara.
¿Los desencadenantes son distintos en mayores?
Sí, en personas mayores muchas veces no hace falta ningún esfuerzo ni ningún traumatismo, con un simple gesto se puede romper. Es una estructura muy estrecha, que va dentro de una fosa, un ‘desfiladero’, contra la que se roza y a consecuencia de eso se inflama una y otra vez. Por eso se rompe fácilmente con el paso de los años.
Los tendones van perdiendo tensión con el paso de los años. Por eso a veces, después de la operación, en pacientes mayores se vuelven a romper
¿Cómo percibe la rotura el paciente?
Va a percibir dolor agudo en el hombro a nivel lateral, que hacia abajo se puede irradiar hasta el tercio medio del brazo y, hacia arriba, hasta la cintura escapular. Y, sobre todo, va a haber una impotencia funcional, con movimientos que no se pueden realizar.
Una rotura parcial, ¿puede pasar más desapercibida?
Una rotura es siempre un proceso agudo, que implica dolor, pero es cierto que esa persona puede no darle importancia y adaptarse a las restricciones de movimiento. Puede limitar el esfuerzo del brazo hasta que, al pasar el dolor agudo y percibir que sigue sin poder levantarlo o sin tener fuerza, en ese momento ya sea consciente de que algo no está bien y suele venir a consulta. También es verdad que hay pacientes que rompen el supraespinoso y, debido a las conexiones que hay entre los distintos tendones y músculos del hombro, van a lograr levantar el brazo, porque las estructuras sanas compensan a la que no lo está, sobre todo si el infraespinoso –que es el que está detrás– y el subescapular –que es el que está delante– están íntegros.
¿Cómo se aborda este tipo de lesiones?
Los pacientes jóvenes se suelen operar, aunque es cierto que ahora hay mucha discusión sobre esto, porque hay un grupo de especialistas de hombro que no son partidarios de la cirugía. En la operación se vuelve a fijar el tendón por vía artroscópica, a través de una pequeña incisión usando una cámara para visualizar los tejidos, y solo se requiere un ingreso de un día. El tiempo de convalecencia sí es largo.
Se ha referido a los pacientes jóvenes, ¿el protocolo es diferente en pacientes mayores?
Los jóvenes se suelen operar porque su actividad deportiva así se lo exige o porque están en edad laboral y necesitan recuperar la fuerza para volver a la actividad. Con los mayores hay más discusión, porque los tendones son estructuras que van perdiendo tensión con el paso de los años y por eso a veces, después de la operación, se vuelven a romper. A partir de cierta edad se tiene en cuenta el estado general de la persona, sus síntomas y la calidad del propio tendón para valorar si se opera o no; aunque como normal general se adopta una solución conservadora: rehabilitación y alguna infiltración. El paciente también debe saber que le puede quedar algún déficit funcional, pero muchos lo prefieren a pasar por una intervención que requiere anestesia general.
En la convalecencia intervienen muchos factores pero, aunque todo vaya bien, como norma general no va a ser inferior a seis meses
¿La operación siempre precisa anestesia general?
Sí, si hay rotura sí.
Ha comentado que la convalecencia es un proceso largo.
Si todo va bien, se prolonga entre cuatro y seis meses. Aquí intervienen muchos factores: la cantidad de tendones que sutures, su calidad, el paciente, la rehabilitación… Depende de muchas cosas, pero como norma general van a ser necesarios seis meses.