Una serie de patologías genitales de la mujer, como incontinencia urinaria, atrofia o hiperlaxitud vaginal, pueden abordarse ahora de forma ambulatoria con un procedimiento no invasivo. Se trata del láser de CO2, una tecnología innovadora que mejora significativamente la calidad de vida de las pacientes en muy poco tiempo
El láser de CO2 BTL es una tecnología que emplea un haz de luz para estimular la producción de colágeno y la regeneración celular, con lo que se logra mejorar la elasticidad y la lubricación del tejido vaginal. «Se trata de un procedimiento ambulatorio y, para minimizar las molestias o incomodidad de la paciente, aplicamos anestesia local en forma de cremas o geles», explica la doctora Luz Marina Márquez, ginecóloga de Ribera Polusa, centro que ofrece este tratamiento a sus pacientes.
La disminución de los niveles de estrógenos en la menopausia produce cambios significativos en la salud íntima femenina, entre ellos la atrofia vaginal, conocida también como sequedad vaginal. Los partos también tienen un impacto notable, ya que su impacto en el suelo pélvico pueden llevar a problemas de incontinencia urinaria, hiperlaxitud vaginal o dejar molestas cicatrices.
El láser de CO2 es efectivo y seguro para tratar todo este tipo de patologías y las pacientes notan una mejoría significativa de sus síntomas en pocas semanas.
El tratamiento con láser de CO2 también está indicado para otras afectaciones vaginales como flacidez, infecciones recurrentes, condilomas genitales, liquen escleroso vulvar o picor crónico. «Es necesario hacer un estudio individualizado de cada paciente para conocer a fondo su patología, valorar si el láser de CO2 está indicado para su caso, cuántas sesiones serían necesarias y si se debe combinar con otro tipo de tratamiento o terapia», apunta la especialista.
Otras indicaciones del láser de CO2
Esta técnica se utiliza también para tratar patologías del suelo pélvico como síndrome genitourinario o incontinencia urinaria de esfuerzo, así como para casos de estética genital o que afectan a la vida sexual. Con la aplicación de esta técnica se pueden mejorar los traumas perineales de postparto, cicatrices dolorosas tras episiotomía o desgarros, vulvodinia, sinequias, labioplastia o ninfoplastia, y blanqueamientos genitales.
«El dispositivo permite una cobertura de 360 grados, con lo que se puede tratar toda la superficie vaginal de manera uniforme en una misma sesión«, explica la doctora Márquez. Simplemente, «tras el tratamiento hay que seguir algunas recomendaciones para maximizar los efectos del láser y garantizar una recuperación óptima, como evitar durante unos días las relaciones sexuales y los baños por inmersión, por ejemplo». Unas indicaciones sencillas para garantizar el máximo beneficio.