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Paula Sánchez, matrona: «El parto será una experiencia positiva si la mujer siente que tiene el control»

  • El embarazo es una etapa muy especial para la mujer, que la suele vivir con ilusión y felicidad, pero también con miedo e incertidumbre. La preparación maternal es la mejor herramienta para despejar dudas y vencer el temor, tal y como confirma Paula Sánchez Flores, matrona de Ribera Polusa.

¿Cuándo se debe iniciar la preparación maternal?
El momento óptimo para comenzar las clases de preparación al parto sería a partir de la semana 27-28 de embarazo. En este momento, la embarazada ya tiene interiorizado su estado y la podremos acompañar hasta el momento del parto. En muchas ocasiones también necesita apoyo en el postparto, con el bebé y la lactancia, y también ahí estamos nosotras. 

Es importante que, cuando la mujer tiene pareja, sean ambos quienes reciban esta formación.
Para mí es fundamental un padre bien informado, que sepa acompañar de una manera respetuosa, conociendo las necesidades de la mujer en cada etapa del embarazo y del parto, pero para eso debe estar formado. Siempre les digo a mis pacientes «vas a estar acompañada por una matrona en todo el proceso del parto, pero quien realmente va a ser tu apoyo, la persona que sabe tus necesidades y te conoce, es quien tú elijas para acompañarte ese día». Aunque el parto se desarrolla en el hospital, la parte previa, los pródromos, se pasan en casa y ahí, la pareja o la persona que ella escoja para acompañarla, es fundamental para dar soporte y cuidar de la manera más respetuosa posible. 

Para que el padre esté formado, necesita recibir instrucción.
Nosotras hacemos una sesión específica sobre acompañamiento el día del parto, donde siempre les pedimos a las embarazadas que vengan acompañadas. Les enseñamos cómo es el preparto en casa, los masajes o la preparación de la bañera para el alivio del dolor… Pero la implicación de los padres ya debe empezar durante el embarazo; por ejemplo, ellas necesitan caminar para evitar posibles complicaciones, como la diabetes gestacional, y los padres pueden hacer algo por sus hijos: acompañar a la embarazada a caminar. El ejercicio es fundamental y si ellas lo hacen acompañadas, serán más constantes.

Es fundamental un padre bien informado, que sepa acompañar de manera respetuosa, conociendo las necesidades de la mujer en cada etapa del embarazo y del parto

¿Cómo trabajan la preparación física para el parto?
Las clases se dividen en dos partes y, en la segunda, nos centramos más en lo físico, trabajando con la pelota de pilates la interiorización y automatización por parte de la embarazada de su pelvis y las distintas posiciones en el parto. Trabajamos con ellas para evitar posibles complicaciones como el dolor lumbar y, junto con las fisioterapeutas obstétricas, también el fortalecimiento del suelo pélvico antes y después del parto.

La lactancia materna suele generar muchas dudas.
La lactancia materna es un punto importante en las sesiones de educación maternal. La mayoría de las embarazadas llegan a nosotras decididas a dar el pecho y, desde nuestras clases, la idea es destruir falsos mitos que traigan, darles la información adecuada y acompañarlas y empoderarlas con la idea de que lo van a conseguir y, si no fuese así, también debemos estar cuando decidan abandonar, para que no se sientan desprotegidas en ese momento. Tenemos un teléfono de localización en el que pueden realizar cualquier tipo de consulta, tanto en el embarazo, como en el parto y postparto. 

La preparación mental es tan importante como la física, ¿cómo se entrena la gestión emocional?
El éxito de un parto está, en un 90%, en la preparación mental de la mujer. Si sientes y confías en tu cuerpo, si sabes lo que quieres y a dónde vas, lo más probable es que te vaya bien. Prepararse y sentirse protagonista de todo el proceso de embarazo, parto y puerperio es fundamental para tener claras cuáles son las opciones y las realidades. Y claro está, que tus expectativas y la experiencia sean lo más parecidas posible. El respeto hay que exigirlo siempre, porque todas nos merecemos que nos pidan permiso, que nos expliquen las cosas y poder elegir. Para eso es importante empoderarte. 

Parir puede ser una experiencia bonita y placentera, siempre y cuando las condiciones sean las adecuadas

¿Diría que todas las embarazadas le tienen miedo al parto?
Muchas mujeres nos enfrentamos al parto con miedo. Lo más habitual es el miedo al dolor y al sufrimiento. En nuestra sociedad se piensa que es normal que el parto sea algo horrible y que las mujeres debemos saber y asumir esto. El sentirse indefensa, que no podemos hacer nada para evitar ese sufrimiento, incrementa el miedo al parto. De esta manera, la mujer, aparte de aterrada, se presenta en el hospital con una actitud sumisa, acatando las decisiones de los profesionales, que son «los que saben». Así, las mujeres delegamos en los profesionales todo el poder y la responsabilidad, y vivimos atemorizadas uno de los momentos más mágicos de nuestra vida, desconectadas del proceso y deseando que termine lo antes posible. Parte de la labor de la educación maternal es intentar cambiar estas experiencias y la imagen social que se tiene del parto. Parir puede ser una experiencia bonita y placentera siempre y cuando las condiciones sean las adecuadas, y saber esto ayudará a que podamos parir sin miedo.

En nuestra sociedad se piensa que es normal que el parto sea algo horrible y que las mujeres debemos saber y asumir esto

¿Qué es lo que más se teme?
Uno de los mayores temores es el de no saber a qué nos enfrentamos, el desconocimiento de una experiencia que nunca hemos vivido. Es importante conocer todos estos miedos y trabajarlos antes del parto para poder controlarlos. Y el diálogo con otras mujeres, la propia matrona que nos atenderá en nuestro parto e incluso la pareja, pueden ayudarnos a ahuyentar estos miedos. El miedo es, en cierto modo, algo aprendido, por tanto se puede ‘des-aprender’. Yo aquí tengo una premisa: la información es una de las mejores armas contra el miedo. Para mí esta frase resume la esencia de la educación maternal.

¿Qué aportan las clases de educación maternal para vencer ese miedo?
La primera arma que puede tener una mujer para vencer el miedo es conocer a fondo el proceso de parto en toda su dimensión. No solo desde el punto de vista fisiológico, sino también desde el punto de vista de saber realmente qué es lo que le puede suceder. Conocer físicamente el lugar donde se va a dar a luz, conocer la manera de proceder del personal que la va a atender, sus protocolos… esto va a contribuir muy favorablemente a disminuir el miedo. Asimismo, la redacción de un plan de parto y que la mujer sepa de antemano que se van a respetar sus deseos respecto a cómo quiere que acontezca este suceso, puede ser un elemento crucial para disminuir el umbral del miedo al parto. Las variables más importantes para conseguir que el parto sea una experiencia positiva son que la mujer sienta que tiene el control y el apoyo de una matrona.

¿Sobre qué cuestiones diría que existen más creencias falsas?
Uno de los grandes mitos sobre la maternidad es que las mujeres deben «aprender a respirar» para parir. Si bien las técnicas de relajación y respiratorias pueden ser de gran ayuda a la hora de manejarse con el dolor, no hay que respirar de una manera determinada. Lo importante es respirar, porque el miedo paraliza y nos hace dejar de respirar y esa falta de oxígeno aumenta la sensación dolorosa. Así que nosotras les decimos «cuando estés de parto respira, como puedas, como te pida el cuerpo, pero respira».