Noticia publicada en El Progreso
Junio es el mes más temido del año por los estudiantes, que deberán poner a prueba su capacidad de trabajo, organización y resistencia ante un auténtico maratón de exámenes y pruebas, algunas tan determinantes como la Abau. Hay una serie de claves que pueden ayudarlos, como explica la psicóloga de Ribera-Polusa Laura Valle.
Estamos acercándonos a la época de exámenes en universidades y a la Abau. ¿Qué problemas tienen los jóvenes a la hora de lograr una concentración y atención plenas?
Debido a diversos factores psicosociales y a la influencia de la tecnología en su desarrollo, muchos jóvenes han disminuido su capacidad de atención sostenida y/o focalizada, además de presentar a menudo una baja tolerancia a la frustración, lo que afecta negativamente a su rendimiento académico. A su vez, la mayoría se ven sometidos a una gran presión social y familiar hacia el éxito, por lo que cuando fracasan a nivel académico, con frecuencia esto les provoca un estado emocional negativo, apareciendo sentimientos como pueden ser la culpa o la vergüenza.
Hay estudios que señalan que el tiempo de atención máxima de los jóvenes ronda los ocho segundos, como consecuencia de las redes sociales y de las pantallas, por el gran número de estímulos que reciben. ¿Cómo afecta esto a la capacidad de concentración y memorización de contenidos?
En mi opinión, las nuevas tecnologías y las redes sociales han provocado diversos cambios en las capacidades de los más jóvenes, aunque no todos son necesariamente negativos. Si bien es cierto que la gran cantidad de herramientas actuales han reducido su capacidad de memorización, ya que por poner algunos ejemplos no tienen la necesidad de recordar números de teléfono o fechas importantes como antaño, o que la corta duración de la mayor parte del contenido audiovisual que consumen haya afectado a su capacidad de atención sostenida; puede que otras habilidades como la capacidad de dividir la atención en distintas tareas se haya visto beneficiada por el estilo de vida actual.
¿La estructura cerebral puede cambiar por unas pautas de conducta determinadas?
El cerebro es plástico, tiene una gran capacidad de adaptación y es influenciable por los estímulos externos incluso a la edad adulta. Gracias a esta plasticidad, el aprendizaje o la automatización de tareas es posible mediante el entrenamiento y el estudio, dado que las vías neuronales se reconectan y transforman mediante estos procesos. Asimismo, se ha visto cómo la activación frecuente de ciertos grupos neuronales puede incluso afectar a la estructura cerebral, como es el caso del estudio clásico, en donde se comprobó que los taxistas londinenses van agrandado su hipocampo, región encargada de la orientación y la memoria espacial.
Por qué es importante aprender a gestionar la capacidad de concentración y atención plena, más allá de los exámenes.
Evidentemente, la etapa académica sirve en gran medida como entrenamiento para la futura vida laboral, por lo que comenzar a ser capaces de gestionar estas habilidades y otras, como la tolerancia a la frustración, desde jóvenes nos ayudará a afrontar la vida adulta de forma más eficaz. Asimismo, la atención no se restringe a estas áreas, porque es tan o incluso más importante ser capaces de concentrarse en los momentos de ocio y esparcimiento. El poder estar presentes, en el aquí y ahora, disfrutando de los buenos ratos y siendo capaces de alejarse de las preocupaciones cotidianas resulta beneficioso para nuestra salud, reduciendo los niveles de ansiedad y proporcionándonos los estímulos positivos necesarios para afrontar las vicisitudes de la vida cotidiana.
Es mejor llevar bien estudiado el 75% de la asignatura que leer todo de forma superficial.
¿Podría ofrecerle a los alumnos algunos consejos prácticos para mejorar su concentración en esta época de pruebas y exámenes?
En la parte académica es vital la organización y planificación del estudio: seguir un horario, marcarse objetivos diarios, disponer de un espacio adecuado, contar con los materiales necesarios antes de sentarse… Además, se recomienda retirar del lugar de estudio los estímulos distractores (móvil, televisión, tablet…). Por último, se aconseja no sobrecargarse de materia, es mejor llevar bien estudiado el 75% de la asignatura que leer todo de forma superficial. En esta línea, y ya de cara a la vida universitaria, también se recuerda que no se debe intentar abarcar todas las asignaturas en una sola convocatoria, sino que estas deben usarse como herramientas.
Esto sería aplicable al ámbito estrictamente académico, ¿y fuera de este?
En el día a día no debemos olvidar nunca la relevancia de una adecuada alimentación y unos buenos hábitos de sueño, no permitiendo que estos aspectos queden supeditados al esfuerzo académico. Asimismo, el saber descansar es fundamental. Se recomienda realizar pausas cada dos horas aproximadamente, dado que si no nuestros niveles de concentración no serán los óptimos para el estudio. Además, tal como se ha mencionado, es importante también reservar momentos para el ocio y la vida social, dado que será lo que nos aporte los estímulos positivos necesarios para tener un buen estado de ánimo, lo que aportará beneficios a nuestras capacidades de rendimiento académico.